Qué son las SPAC, las sociedades de moda para dar el salto a Wall Street y qué posiblidades existen de que el fenómeno se traslade a España

Un trader de la bolsa de Frankfurt reacciona a las caídas de los mercados
  • El florecimiento de las SPAC para cuajar salidas a bolsa ha sido habitual en Wall Street desde hace año y medio.
  • Su auge puede seguir adelante, mientras que su aplicación en España sí puede hacer recordar a lo que sucedía en la era de las puntocom.
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El último año y medio la fiebre por las salidas a bolsa se ha consolidado en Wall Street.

En el sector tecnológico se han podido ver múltiples debuts en el parqué neoyorkino en los últimos tiempos como Airbnb, Palantir, Doordash y otras tantas otras. Ni la crisis pandémica ha servido para torpedear los estrenos de las empresas en el mercado norteamericano

Sin embargo, lo que últimamente está llamando la atención es la fórmula que se está utilizando por parte de las compañías para comenzar a cotizar en la bolsa estadounidense, ya que lo normal es hacerlo a través de una OPV (o IPO en inglés), que es una oferta pública de venta. En este sentido, el denominador común en esta era ha sido recurrir la SPAC.

¿Qué quiere decir esto? ¿Por qué se está utilizando este proceso? Las SPAC se conocen como las "compañías de cheque en blanco" (blank check companies). Entidades que no tienen un plan o propósito comercial concreto y cuyo modelo de negocio suele estar centrado en participar en una fusión o adquisición con otras compañías. 

Estas empresas salen a la bolsa con la promesa de adquirir una futura empresa por medio de una fusión. Una SPAC se forma para recaudar dinero a través de una OPV para comprar otra compañía.

Esta operación es impulsada por la reducción en el pago de dividendos por empresas. Asimismo, las SPAC tienen dos años para completar una adquisición o deben devolver sus fondos a los inversores.

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Goldman Sachs suscribió la primera salida a bolsa de este tipo de entidades en 2016 y al año siguiente, la Bolsa de Nueva York acogió el estreno de su primera empresa de cheque en blanco en casi diez años.

Estas entidades, generalmente, han estado relacionadas con inversiones puramente especulativas. Habitualmente, se han categorizado en lo que la SEC define como acciones de a centavo (penny stocks). Valores de alto riesgo que cotizan por debajo del dólar y que su capitalización de mercado suele ser muy baja. No obstante, las nuevas regulaciones ha provocado que se popularice entre los inversores y que se haya convertido en un procedimiento más corriente. 

La actividad creciente de las SPAC en el último año y medio

Para ver la dimensión del furor de este tipo de vehículos, basta ver los números. En 2020 las SPACs recaudaron 83.000 millones de dólares en comparación con los 13.000 millones del 2019. Estas cifras superan lo recaudado en el pasado ejercicio por vía de las salidas tradicionales a la bolsa (OPV), que sumaron 78.000 millones de dólares.

Pero 2021 va camino de seguir esta tendencia. En las primeras semanas del año ya se conformaron 67 SPACs, sumando un total de 19.000 millones de dólares. Es decir, en pocos días se ha recaudado más dinero que en todo el 2019, lo cual desvela el furor de estas operaciones para entrar a cotizar en los mercados. 

WeWork es uno de los ejemplos en usar este método en dar el salto al parqué, pero no el único. Hay una creciente lista de empresas conocidas: Virgin Galactic, DraftKings, Opendoor o Nikola Motor se han estrenado en los mercados al fusionarse con SPAC.

Dentro de los SPAC programados para 2021 se encuentra Butterfly Network, la empresa emergente de ultrasonido portátil respaldada por Bill Gates (valorada en 1.500 millones de dólares) o la startup de pruebas de ADN 23andMe, que está en conversaciones para salir a bolsa a través de un acuerdo de 4.000 millones. También se rumorea que las empresas de medios digitales como BuzzFeed, Vice Media, Bustle Media Group y otras podrían utilizar los SPAC para, finalmente, saltar a la bolsa.

Burbuja de las SPAC en los mercados.
SPAC Insider

En esta línea, según Goldman Sachs, esta fiebre se va a mantener: "prevemos que 265 SPAC, con 82.000 millones de dólares, están buscando futuras adquisiciones, que tendrán que comprar entre 2021 y 2022”. Tal y como añade la entidad, ese importe supone el valor total de los acuerdos cerrados durante la última década, lo cual es relevante sobre cuál es la dimensión actual.

Otros riesgos para los inversores de este fenómeno

Una de las preguntas que muchos inversores se pueden hacer es este tipo de estrategia para salir a bolsa es arriesgada. José Luis Cárpatos, director de inversiones de Gloversia Eafi, cree, en declaraciones para Business Insider España, que la idea de las SPAC es buena en su nacimiento. “Sin embargo, como casi todo últimamente, empieza a tener un uso excesivo”, avisa. 

“Ya se crean SPAC sin tener nadie ni la menor idea de exactamente que van a comprar y el número de operaciones empieza a parecer excesivo… Parece muy exagerado que el año pasado fueron casi la mitad de todas las OPVs y parece claro que más de uno está aprovechando la situación, como de costumbre para dar gato por liebre”, analiza. 

El experto considera que para el inversor minorista es un acto de fe entrar en estas cosas. “Mientras que a los grandes inversores sí se les dice que pretenden exactamente bajo acuerdos de confidencialidad”, señala. 

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El promedio de SPAC tuvo un rendimiento inferior al de los índices S&P 500 y Russell 2000 a los 3, seis y 6 meses de la finalización de su fusión, según los analistas de Goldman Sachs, que analizaron 56 acuerdos de SPAC desde enero de 2018 y según publicó Reuters.

Rafael Ojeda, analista senior en Fortage Funds, asegura a Business Insider España que se está utilizando esta fórmula como un atajo de las startups para salir a bolsa: “si no es a través de esta estrategia les costaría dar el salto a los mercados por la cantidad de requisitos y el escrutinio que los reguladores tienen que aplicar para poder proteger al inversor minorista”.

“En definitiva, los requerimientos para conformar una SPAC no protegen a los inversores, que muchas veces se dejan llevar por el marketing que montan estas empresas sin conocer los riesgos”, ahonda Cárpatos.

“A las SPACs no se les requiere tener una experiencia operativa previa y de ahí a que sean operaciones de más riesgo”, apuntan en una nota los expertos de Atlantic Capital. “Incluso la misma SEC alerta a los inversores a interiorizarse sobre el negocio detrás de estas sociedades”, añaden.

Tampoco hay seguridad para el inversor que la SPAC concrete la fusión o adquisición con la empresa que pretende lanzar a la bolsa: otros inversores pueden oponerse a que se fragüe la operación. “La fusión ni siquiera tiene la transparencia necesaria”, sentencian desde la firma estadounidense.

“Este furor acabará en el momento en el que el mercado ya no haya suficientes SPAC que puedan aglutinar una cantidad muy importante de este tipo de compañías”, opina Ojeda. 

Su aplicación en España puede recordar a lo que sucedía en la burbuja del año 2000

No obstante, este es un proceso que puede entrañar riesgo en el entorno español y que ya se está empezando a vislumbrar, según apuntan algunos expertos.

José Luis Diaz-Rio, director de Eaton Square, comenta a Business Insider España que esto hace rememorar una de las etapas más oscuras de los mercados: la burbuja del 2000, que pasó la factura tremenda para muchas cosas. "Tenemos poca memoria y puede ocurrir lo mismo con una figura de estas empresas de cheques en blanco que al final es llevar a el private equity a la bolsa de una manera rápida", opina.

El experto cree que esto ya está en España y supone un gran riesgo. "Quizá en suelo español está sucediendo algo parecido a aquella crisis, ya que se pone el dinero para técnicamente hacer compras a posteriori de la apuesta de ese capital", describe. "Eso es una apuesta muy importante", avisa.

Normalmente, según explica Diaz-Rio, se generan estas SPAC con profesionales muy competentes y con prestigio, que se supone que lo hará bien, pero hay un gran riesgo. "Al final es un cheque en blanco", termina. 

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