Startups e inversores españoles reclaman mejoras fiscales en las 'stock options' para atraer y retener talento en tiempos de crisis

Firma de acuerdo stock options Getty
  • La reforma de la fiscalidad de las stock options, u opciones sobre acciones, es una de las peticiones recurrentes de las startups españolas.
  • Concebidas como una forma de atraer a trabajadores cualificados y hacerles partícipes del crecimiento de la compañía, las startups están dejando de utilizarlas por el impacto fiscal que supone para sus empleados, optando por otros mecanismos, como las phantom shares, que generan otras dificultades.
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En el argumentario de los cambios legislativos que reclaman desde hace años las startups españolasse repite constantemente un concepto: el de las stock options, cuyo tratamiento fiscal es objeto constante de reivindicación.

Desde el consejero delegado de Cabify, Juan de Antonio, que pide mejorar su régimen, hasta el inversor Eneko Knörr, la urgencia de una legislación específica sobre este tema se reconoce hasta en el propio Gobierno, donde el Alto Comisionado para España Nación Emprendedora, Francisco Polo admitió en una entrevista a Business Insider España que hay que modificar su régimen fiscal. De hecho, en la reciente Estrategia España Nación Emprendedora, presentada el jueves 11 por Pedro Sánchez, se recoge que hay que "mejorar el actual tratamiento fiscal" de las stock options en el documento del plan, aunque no se especifica cómo pretende hacerlo el Ejecutivo.

Ahora bien, ¿qué son específicamente las stock options o, en su traducción literal al castellano, las opciones sobre acciones?

Se trata de un mecanismo que permite a la compañía incluir dentro de la remuneración de un empleado "opciones para adquirir acciones de la empresa durante un periodo de tiempo" y "habitualmente a un precio inferior a mercado", explica Ignasi Costas, socio responsable del Área de Innovación y Emprendimiento del despacho de abogados DWF-RCD, uno de los primeros en España en contar con un área específica para asesorar a proyectos de este tipo.

En otras palabras, el trabajador que tiene una parte de su remuneración en stock options recibe la posibilidad de comprar parte de la empresa en la que trabaja —ya sea en acciones o en participaciones, si no está cotizada, lo que suele ser lo habitual en compañías emergentes— a un precio menor al que se espera que tenga cuando se produzca esa compra, por lo que tendría una ganancia si vendiera esos títulos, en el caso de que la compañía haya ganado valor.  

Los motivos por los que a una startup le puede interesar introducir stock options en su oferta a un trabajador son dos. Por una parte, pueden ser una herramienta para atraer a trabajadores muy demandados cuando no pueden llegar al nivel de sueldos de las grandes empresas, ya que los empleados de las startups son, en muchos casos, profesionales cotizados por su conocimiento tecnológico o pertenecientes a áreas en las que hay escasez de personal cualificado. 

Por otra parte, además del ahorro de liquidez que supone para una empresa en crecimiento, entregar estas participaciones pueden generar una mayor identificación del trabajador con el devenir del proyecto, con el éxito de la empresa que se traducirá en un mayor valor de esas participaciones que va a recibir.

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"Esto nació en Silicon Valley como una forma de vincular al trabajador, también emocionalmente, con la compañía, y cumple una función que es interesante", apuntan desde la Asociación Española de Startups. "Con ellas se consigue un ahorro de dinero a corto plazo, y también que el trabajador tenga una mayor vinculación con la empresa, porque si la empresa va bien y su valoración crece, eso va a repercutir positivamente en su salario", agregan desde la organización.

Para Johanna Gallo, cofundadora de la startup APlanet, una compañía que ofrece una herramienta para gestionar la actividad de sostenibilidad y RSC de cualquier empresa, este tipo de retribuciones son "un voto de confianza a la empresa". "Denota compromiso, porque significa que lo que yo estoy aportando a la empresa es para que valga más. Muchas veces es algo que requieren los empleados, y nos hemos dado cuenta de que la gente que se plantea trabajar en una startup entiende lo que son las stock options", explica a Business Insider España.

Que haya empleados que soliciten este tipo de tributación tiene que ver con la madurez del ecosistema, agrega la socia del fondo de inversión K Fund, Carina Szpika. "Hay gente que viene de experiencias emprendedoras anteriores o de startups que han ido creciendo, por lo que están dispuestos a renunciar a una parte de salario fijo por una retribución a futuro via equity de la empresa porque creen en ella", explica. "Nosotros invertimos en fases muy semilla, y lo que nos encontramos es que esta posibilidad está en la mesa desde el principio, los emprendedores lo conocen y lo plantean. Y con cada ronda es un tema recurrente", añade.

De la teoría... a los problemas en la práctica

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Si estas opciones sobre acciones son útiles para la startup e incluso son demandadas por algunos trabajadores que van a trabajar a empresas emergentes, ¿dónde está el problema? Todos los consultados para este reportaje coinciden en un mismo punto: su tributación.

Para entender la tributación de las opciones sobre acciones hay que distinguir tres momentos: cuando se entregan las opciones al empleado, cuando el trabajador decide ejecutarlas y por lo tanto comprar las acciones o participaciones al precio acordado, y en tercer lugar, cuando este empleado decide vender estas participaciones a otra persona.

En el primer momento no se tributa, siempre y cuando no sean transmisibles, pero en el segundo, cuando el empleado compra esas acciones, el empleado debe tributar al IRPF (el Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas) por la diferencia entre el precio de mercado de la acción y el precio al que puede comprarla, como una retribución en especie, con una exención máxima de 12.000 euros si se cumplen todos los requisitos —entre los cuales está que esa oferta se haya realizado en las mismas condiciones a todos los trabajadores—, o con una posibilidad de reducirlo un 30% en un máximo de 300.000 euros si aplican otras condiciones, como que la renta se haya generado en más de 2 años.

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"El principal inconveniente de este régimen es que debe pagarse el impuesto, aunque la operación no comporte un rendimiento líquido (en efectivo) para el trabajador", explica a Business Insider España Iñaki Silva,socio del área fiscal del despacho DWF-RCD. Es decir, el empleado tiene que pagar un impuesto por una ganancia —la diferencia entre lo que vale realmente la participación y el precio que ha acordado por la empresa— sin haberse producido realmente, ya que aún no ha vendido esa acción.

El tercer momento sería si ese empleado decide vender las acciones que ha comprado con sus stock options. En ese caso tendría que declarar esa ganancia o pérdida (si la vende por menos que cuando la compró) en el IRPF, tributando por esa plusvalía. 

Cabify es una de las startups españolas que ha pedido públicamente que se mejore el tratamiento de las 'stock options'
Cabify es una de las startups españolas que ha pedido públicamente que se mejore el tratamiento de las 'stock options'

REUTERS/Jon Nazca

¿Por qué las stock options tienen esa tributación? Hay que remontarse al siglo pasado para recordar el motivo. "En España ocurrieron unos fenómenos en los años 90 con grandes compañías cuyos ejecutivos trataban de camuflar salarios para beneficiarse en términos fiscales, y Hacienda decidió endurecer el tratamiento fiscal", deslizan desde la Asociación Española de Startups. 

Uno de los casos más sonados de aquel momento fue el de Telefónica, cuyo presidente de entonces, Juan Villalonga, obtuvo más de 21,3 millones de pesetas (unos 126.000 euros) en 14 días gracias a recibir y vender stock options, según desveló en aquel momento El Mundo. En total, la compañía remuneró a sus cien primeros directivos con 491 millones de euros utilizando las opciones con acciones, lo que llevó a que el Gobierno de entonces endureciera su tratamiento fiscal por considerarlas una forma de desviar salarios a una fórmula para pagar menos impuestos.

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Los impuestos que las stock options acarrean a los trabajadores han provocado que las startups españolas dejen de utilizarlas. "Que tu empleado tenga que tributar por algo que no puede hacer líquido es darle un caramelo envenenado. Estoy convencido de que quien endureció la fiscalidad de las stock options no cayó en esto, pero la realidad es que a quien más se perjudica es a la pequeña y mediana empresa", opina en declaraciones a Business Insider España Pablo Reaño, fundador y consejero delegado de la consultora tecnológica WePlan Analytics.

Coincide Johanna Gallo, de APlanet. "No las estamos dando porque es peor para los empleados, tienen que pagar por percibir esas stocks, que tampoco son líquidas porque la compañía no es cotizada, para ellos no es nada ventajoso", explica.

"Este sistema de retribución ha perdido protagonismo en los últimos tiempos en detrimento de otros sistemas como las phantom shares, especialmente como consecuencia de un tratamiento no lo suficientemente atractivo a nivel fiscal de las stock options", señala Ignasi Costas, del despacho de abogados DWF-RCD, que cuenta con más de 50 profesionales atendiendo a startups. 

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Las phantom shares se diferencian de las opciones sobre acciones en que no otorgan el derecho de adquirir acciones en el futuro, pero sí reconocen "derechos económicos equivalentes" al trabajador, apunta Costas. "Suponen un pacto entre este y la compañía para el pago de un determinado porcentaje de la diferencia entre el valor de la compañía en el momento que se pacta (valor actual) y el valor cuando transcurre el periodo establecido (en la práctica se trata del pago de un bonus monetario)", amplía. 

"La diferencia fundamental es que solo tienes derechos económicos, pero no políticos, mientras que con las stocks tienes ambos. La ventaja es que el trabajador solo tributa cuando ejerce la liquidez", añade Carina Szpilka, de K Fund.

Este atajo tiene varios inconvenientes, apuntan los fundadores de startups. "La gente no las entiende, son difíciles de explicar, porque para una persona cuando recibe una acción es más sencillo de entender, pero si hablas de una phantom la reacción es preguntar qué es eso y qué implicaciones tiene. Muchas veces nos preguntan dudas que no sabemos ni resolver", relata Johanna Gallo.

"Es algo menos tangible que unas acciones, y por tanto son menos atractivas para el empleado, al ser un bonus (rendimiento del  trabajo) tienen peor fiscalidad que las plusvalías por venta de  acciones, ytienen cierto riesgo fiscal para el empleado (...), al ser un instrumento poco frecuente el empleado queda muy expuesto al arbitrio del inspector", resume Pablo Reaño.

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El abogado experto en fiscalidad Iñaki Silva considera que para reformar la fiscalidad de las stock options debería ampliarse su exención de tributación en su entrega por encima de los 12.000 euros, además de eliminar el requisito de que se haya dado en las mismas condiciones a todos los empleados, y regular un mecanismo para que el trabajador pueda "diferir el pago de la cuota fiscal correspondiente a dicha renta al momento en que obtenga rendimientos derivados de las participaciones adquiridas". Es decir, al momento de la venta o de que reciba dividendos, si los hubiera.

"Habría que llevarlo todo al momento en el que se produce el evento de liquidez. Si tú cobras un dinero es fantástico pagar, pero no puede ser que tengas que pagar dos veces y en un momento en el que no tienes ningún evento de liquidez", opina la socia del fondo K Fund Carina Szpilka.

Todo apunta a que la futura Ley de Startups del Gobierno incluirá la reforma de la fiscalidad de las opciones sobre acciones. "Desde el Alto Comisionado creemos que esa ley tiene que incorporar de una vez una reformulación de las stock options para que sirvan a su cometido, que tiene que ser la atracción y la retención de talento, con una herramienta que nos permita competir y nos dé igualdad con el resto de países europeos", aseguró Francisco Polo en una entrevista a Business Insider España.

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Que esta reforma forme parte de una ley no es una cuestión baladí, aunque pudiera reformarse cambiando algunos de la legislación del IRPF y del Impuesto de Sociedades, porque al incluirse dentro de una ley que defina lo que es una startup se podrá acotar a qué empleados de qué compañías se puede dar ese mejor tratamiento fiscal a las stock options. "Hacienda lo que suele decir es que cómo se aseguran de que eso se aplica solo a las startups, por eso necesitamos una ley que reconozca su singularidad", apuntan desde la Asociación Española de Startups.

Pedro Sánchez ha adelantado este miércoles que la aprobación de esta ley de startups se producirá "en muy pocas semanas" e incluirá facilidades administrativas, ventajas fiscales e incentivos a la inversión. Pero existe cierto escepticismo porque la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, de la que depende la ley, llegó a apuntar el pasado diciembre como fecha de inicio del trámite.

En el documento de la Estrategia España Nación Emprendedora se recoge a las stock options dentro del apartado de "medidas prioritarias" para el Ejecutivo, que en el texto se fija como objetivo "fomentar la entrega de opciones de compra sobre acciones o participaciones sociales como forma de retribución a los empleados de la compañía innovadora" y reconoce que para lograrlo "se deberá mejorar el actual tratamiento fiscal", aunque no aclara de qué manera pretende mejorar la fiscalidad de las opciones sobre acciones.

Desde la Asociación de Startups recuerdan que el acuerdo de Gobierno de la coalición PSOE-Unidas Podemos incluía la ley entre las medidas, lo que les hace ser "razonablemente optimistas" sobre que el texto vea la luz próximamente. 

"Yo quiero creer que lo conseguiremos, y me he pensado muy bien la expresión", opina Carina Szpilka, que considera que en el tema de las stock options, o en los gravámenes a quienes trasladan su compañía fuera de España, el país se juega "su atractibilidad como país", tanto para los emprendedores extranjeros como para los españoles que deciden llevar sus compañías fuera de España. 

"Que nos pongan fácil dar stock options, dar esta parte de nuestra empresa a nuestros empleados, que lo hacemos por buena fe, nos beneficia a nosotros y a ellos. Que sea sencillo, fácil de entender su fiscalidad y cómo se inspecciona. Y por último, comunicación, que sea normal hablar de stocks, de phantom... Que esto sea conocido por la gente", concluye Johanna Gallo, cofundadora de APlanet.

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