Las olas del mar, el canto de los pájaros o la corriente de un río: los sonidos de la naturaleza pueden aliviar el dolor, según un estudio

Mujer en la naturaleza

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  • Ya conocías su poder anti estrés, pero ahora la naturaleza puede ayudarte a disminuir el dolor. 
  • Un nuevo estudio de la Universidad de Carleton en Ottawa asegura que escuchar sonidos que provienen de la naturaleza produce en el cerebro sensación de tranquilidad, alivia el dolor y mejorar la capacidad cognitiva. 
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Los beneficios de estar en contacto con la naturaleza son innumerables, muchos de ellos, por ejemplo, están relacionados con la reducción del estrés. De hecho, recientemente se ha demostrado que las personas que hacen deporte al aire libre se sienten con más energía durante el día y menos tensión que las que realizan deporte en espacios cerrados. 

Pero ahora, un nuevo estudio publicado en Real Simple ha confirmado el poder sanador de los sonidos que emite. La investigadora que lo ha llevado a cabo es Rachel Buxton, quien pertenece al departamento de biología de la Universidad de Carleton en Ottawa, Canadá. 

Ella y sus compañeros han estudiado cómo los efectos de los sonidos naturales, como el canto de los pájaros y la corriente de los ríos, afectan a la mente y su relación con la tolerancia al dolor. El equipo ha descubierto que los sonidos de la naturaleza pueden tener un efecto positivo en ambos, tal y como ha publicado enProceedings of the National Academy of Sciences.

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"Estos sonidos causan lo que se suele llamar 'efecto positivo', evocan sentimientos de tranquilidad", compartió Buxton con US News and World Report sobre los resultados. 

Además, aseguran que sus efectos calmantes ayudan a aliviar el estrés, disminuir el dolor, mejorar el estado de ánimo y aumentar la capacidad cognitiva, y que los sonidos que más relajan son los que incluyen el canto de los pájaros. 

La mala noticia viene de la mano de la intervención humana. Mientras realizaban el estudio en 68 parques nacionales distintos encontraron un factor estresante: bocinas y ruido. El estudio recoge que solo el 11,3% de los lugares que evaluaron tenían baja audibilidad de los sonidos humanos, esto quiere decir que los parques naturales saturados de personas ahogan los sonidos naturales. 

Esto no significa que se deban evitar este tipo de espacios, pero los investigadores inciden en la necesidad de dedicar más esfuerzos a protegerlos.

"Deberíamos protegerlos. Deberíamos proteger el paisaje sonoro natural y asegurarnos de no inundarlo con ruido", pide George Wittemyer, coautor del estudio. 

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