La Sony Bravia Master Series XR A95K es una de las mejores Smart TV del año gracias a una calidad de imagen alucinante, aunque su precio no es apto para todos los bolsillos

Hace ya algunos meses, Sony presentó su nuevo portfolio de Smart TV de gama alta, las Bravia Master Series, con un objetivo claro: representar colores más vivos y texturas realistas a cualquier nivel de brillo. 

Hace unos meses tuve la oportunidad de probar la Master Series A90K, que me dejó unas sensaciones increíbles, pero durante las últimas semanas he puesto a prueba la tope de gama, la Bravia Master Series XR A95K.

Una Smart TV que apuesta por la tecnología QD-OLED, lo último en este tipo de tecnología, y con varios elementos clave en su interior: diseño premium, software de altura y, como no, calidad de imagen. 

¿Su precio? 2.399 euros. ¿Merece la pena?

Tras pasar unas 3 semanas disfrutando con ella, ya tengo una opinión formada sobre la Bravia Master Series XR A95K. 

¿Quieres conocer la respuesta? Sigue leyendo. 

Diseño muy inspirado y premium, con un grosor francamente fino, aunque la base se come demasiado espacio. 

Es una cosa habitual en las Smart TV premium de Sony: cuentan con un diseño premium muy elegante y esta, como podrás imaginar, no iba a ser menos. 

Tiene unos marcos minúsculos, que consiguen dar la sensación de estar ante una pantalla mucho más grande —en mi caso era una de 55 pulgadas— y llama la atención que la parte trasera viene con algunas tapas extra para tapar los cables. 

La Smart TV se sostiene sobre una peana enorme que puedes colocar hacia delante o hacia atrás que no me ha convencido por 2 puntos muy concretos. 

El primero de ellos es que en las instrucciones no he encontrado cómo colocar la peana hacia atrás, para que simplemente la televisión de la sensación de que flota. 

El segundo es que, además de ser realmente pesada, lo que hace algo complicado montarlo solo o en compañía, se come una enorme superficie que vuelve completamente inútil esa zona del mueble. 

Una calidad de imagen apoteósica que brilla como nunca y deja unos colores asombrosos, muy bien equilibrados y con muchísima fuerza. 

A lo largo de estos últimos años he probado muchas Smart TV de gama alta con tecnología OLED, pero a medida que he ido consumiendo contenido en esta Bravia Master Series XR A95K, me ha dejado claro que es uno de los mejores paneles que han pasado por mis manos. 

Hay varios motivos que lo explican. 

Primero, el cambio del W-OLED por el QD-OLED que, a través de un sistema de disipación térmica y un filtro de nanocristales, consigue un nivel de brillo sencillamente alucinante que entrega una media de 300 nits más que los modelos anteriores. 

En segundo lugar, el procesador Cognitive XR, un viejo conocido que ya tienen muchas Smart TV de Sony, que suma la tecnología XR Triluminos MAX que además de gestionar el brillo, también es capaz de jugar con el color y el contraste de una manera mucho más acertada.

Y por último, la tecnología que guarda en su interior: 4K, una profundidad de color de 10 bits, HDR Dolby Vision, HDR10, HLG y una calibración de color basada en los monitores de referencia para cine. 

Todo esto unido logra crear una experiencia que se puede resumir en un par de palabras: consistencia y credibilidad. 

La Smart TV Master Series XR A95K muestra unos colores vibrantes, llenos de vida y de color que se sienten francamente naturales y no caen en la sobresaturación gracias a un calibrado asombroso. 

Si no te convence, a pesar de que tiene una calidad impecable de serie, también tienes opciones para cambiar entre diferentes modos de perfil de imagen para que cambies a tu antojo. 

Y mucho ojo: que no solo consigue que estrenos nuevos se vean de escándalo, sino que incluso logra mejorar películas con algunos años a sus espaldas, dotándolas de más color, viveza y detalles.

Un sonido francamente bueno que convence, aunque si quieres sacarle todavía más partido, lo mejor es apostar por una barra de sonido. 

Se nota mucho cariño también en el apartado de audio, algo donde generalmente fallan los televisores, y aquí, aunque si quieres sacarle el máximo partido es necesario una barra de sonido, me ha convencido bastante. 

En su interior guarda a la tecnología Acoustic Surface Audio+ que entrega una potencia total de 60W y que destaca por tener 6 actuadores dedicados: 2 para los tonos medios, 2 más para los agudos y 2 que actúan como subwoofer generando las frecuencias más graves.

Con esto consigue ofrecer un sonido cargado de matices muy bien equilibrado que además tiene soporte Dolby Atmos y DTS. 

Si la vas a utilizar para gaming, vas a alucinar: tiene absolutamente todo y brilla en máquinas de nueva generación gracias a 2 HDMI 2.1, VRR, HDR10+, baja latencia, 120fps...

Como no podía ser de otro modo, en el terreno gaming también da la talla con unas prestaciones fantásticas: soporte VRR, baja latencia de imagen, HDR, 120fps a 4K y como no, HDMI 2.1 para conseguir todo esto. 

Respecto a este último punto, es cierto que se queda algo atrás respecto a sus competidores, ya que solo ofrece 2 puertos HDMI 2.1 de los 4 disponibles, pero lo cierto es que tampoco me ha importado mucho.

PS5 y Xbox Series X sí que hacen uso de esta tecnología, pero a Nintendo Switch no le hace falta, por lo que te vale con conectarla al HDMI básico. 

Y con la máquina de Sony va a otro nivel gracias a la tecnología Perfect for PS5. 

No solo se ajusta automáticamente para ofrecer la mejor calidad posible, sino que guarda algunos automatismos fantásticos: encender la consola cambia al HDMI, estés donde estés, algo que también puedes hacer pulsando el botón HOME del DualSense, por ejemplo. 

Google TV como sistema operativo, algo habitual en Sony, y un absoluto acierto: una vez entras, no quieres salir. 

La experiencia de todo lo anterior se redondea con un sistema operativo sobresaliente que una vez pruebas no quieres salir: Google TV.

Todas tus plataformas de streaming aparecen en pantalla con una presentación preciosa que actúa prácticamente como un servicio de streaming que te recomienda diferentes películas o series que igual son de tu interés. 

Por ejemplo, estas semanas he revisado la trilogía de El Señor de los Anillos y entre las recomendaciones aparecían películas de fantasía, algunas protagonizadas por parte del elenco, así como obras parecidas, por ejemplo. 

Eso sí, una vez pinchas en un contenido, sí que se abre la aplicación correspondiente para que se pueda reproducir, como puedes imaginar. 

También me gusta muchísimo la facilidad que ofrece la Smart TV para acceder a los ajustes de imagen y sonido desde una barra de accesos rápidos sin tener que detener la reproducción de lo que has visto, así como una interfaz muy trabajada y francamente sencilla de utilizar. 

Un hardware sobresaliente con algunos automatismos magníficos al que suma una Bravia CAM que ajusta sonido e imagen en función del momento del día y al que solo le puedo poner una pega: un mando algo anticuado que sigue apostando por las pilas. 

En su interior, guarda un procesador de 4 núcleos MediaTek MT5895 con 3 GB de RAM y 8 GB de almacenamiento que, si te suena, es precisamente porque cuenta con el mismo hardware que su antecesor. 

Eso sí, viendo lo bien que se comporta, entiendo el motivo de mantenerlo: fluidez, ningún bug, transiciones excelentes entre menús y un montón de automatismos para hacerte la vida más fácil. 

Por ejemplo, si enciendes la consola, se pone en el modo de juego. Si estás viendo una película, la imagen pasa a modo película o IMAX (si lo soporta) y pasa exactamente lo mismo con el apartado sonoro.

Lo único que no me termina de convencer es un mando que funciona a pilas, que solo funciona correctamente si apuntas a un punto concreto de la televisión y que tarda bastante en encenderse, sobre todo cuando actualiza el software. 

Por último, toca hablar de la Bravia CAM que es capaz de calibrar el sonido y la imagen de manera automática en función de dónde estés sentado y aunque hace un trabajo notable, sí que ha habido determinados momentos en los que he tenido que subir el volumen o jugar con el brillo para una mejor experiencia. 

La Sony Bravia Master Series XR A95K es una de las mejores Smart TV del año: excelencia en imagen, hardware y software, aunque tiene un precio algo elevado, así como alguna cosa que no me ha convencido del todo. 

Creo que es bastante evidente: la Sony Bravia XR A95K Master Series es una de las mejores Smart TV del año y una de las mejores que han pasado por mis manos.

La calidad de imagen es simplemente apoteósica, gracias al uso de la tecnología QD-OLED que deja un brillo asombroso, una representación del color alucinante y unos tonos naturales llenos de matices. 

A esto se le suma una calidad de sonido francamente buena, un software que es una delicia y un rendimiento de altura que te va a permitir disfrutar de una experiencia sobresaliente.

Como puntos negativos, esa enorme peana que sirve de soporte, que no me ha convencido mucho, un mando algo anticuado y algún que otro reflejo que enturbia la experiencia —a pesar de que hace un trabajo encomiable. 

Sin embargo, su único punto crítico es el precio: 2.399 euros. Una cifra que lo aleja por completo de todos los bolsillos y que sinceramente considero algo caro. 

Eso sí, si apuestas por ella ya te digo que es un acierto absoluto: es una de las mejores Smart TV de la actualidad.