Esta startup usa cáscaras de café y plástico reciclado para hacer casas prefabricadas de 3.700 euros que se montan como un LEGO

Casa hecha con café

Woodpecker WPC

  • Woodpecker WPC es una startup colombiana que hace casas prefabricadas con un material ligero y resistente a base de plástico reciclado y cáscaras de café, del que Colombia es el mayor exportador mundial.
  • Sus tiny houses cuestan solo 3.700 euros y pueden levantarse en menos de una semana en zonas afectadas por desastres naturales, áreas rurales remotas y regiones de bajos ingresos.  
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Desde hace un tiempo asistimos a un boom en torno a las casas prefabricadas, una alternativa de vivienda mucho más económica, igual de duradera y en muchas ocasiones más sostenible que las viviendas tradicionales, ya integra materiales reciclados o residuos de otras industrias para ensamblar sus componentes. También bebe de avances como la impresión 3D.

Gigantes como IKEA,Amazon o AliExpress se han lanzado a fabricar tiny houses y casas prefabricadas. También las startups apuestan por ellas: en Colombia Woodpecker WPC está revolucionando el mercado con sus viviendas asequibles que pueden montarse en cualquier lugar remoto. 

Casas prefabricadas ligeras hechas con plástico y café

Como destacan desde Fast Company, lo más interesante de estas tiny houses colombianas es su material: dado que el país latino es el mayor exportador del mundo de la variante arábica del café, la startup aprovecha las cáscaras del proceso de tostado para fabricar su material. 

Las casas prefabricadas de la startup son resistentes por este material híbrido de cáscaras de café combinadas con plástico reciclado. Las estructuras resultantes pueden ser pequeños hogares, graneros y espacios de almacenamiento.

El material es liviano, ignífugo, duradero y resistente a los insectos. 

Conseguirlo no fue un camino de rosas: antes de él probaron muchas otras alternativas, puesto que debía ser lo suficientemente ligero como para levar sus piezas en un bote pequeño, un helicóptero o en la parte trasera de un burro. 

Woodpecker probó con diferentes fibras naturales, desde aserrín y arroz hasta hierba y fibra de palma, combinadas con diferentes tipos de plástico reciclado. “Se seleccionó la cáscara de café porque es más fuerte y seca que las otras fibras”, señala Alejandro Franco, director ejecutivo de la startup. 

La compañía empezó a desarrollar la solución hace aproximadamente una década, y uno de los datos más llamativos es el precio de la vivienda. Woodpecker cobra tan solo 4.500 dólares por una casa prefabricada completamente construida utilizando su material híbrido de cáscara de café y plástico. Al cambio, equivale a 3.700 euros.  

Casa

Woodpecker WPC

Kits especializados para montar una casa en cualquier lugar

Aunque la compañía suele construir sus propias casas prefabricadas, algunos clientes pueden optar por comprar un kit especializado para ensamblar la vivienda en cualquier región remota. La construcción de esta tiny house sencilla y barata suele tardar menos de una semana y es similar a montar un LEGO, pero a mayor tamaño.

Su labor no solo da salida a un residuo de la industria cafetera que de otro modo acabaría convertido en desperdicio, sino que también sirve para paliar la crisis de la vivienda y ofrecer soluciones viables en lugares como la isla de Providence, donde un devastador huracán de categoría 5 destruyó el pasado mes de noviembre 1.300 viviendas. 

Cuando aconteció este desastre, la startup donó dos casas, que el ejército ayudó a construir en cinco días. "Enviamos un kit completo desde nuestra fábrica. El sistema funcionó a la perfección considerando que no había suministro de energía, el suelo estaba fangoso, el aeropuerto dañado y no había comida", apunta el CEO a Fast Company. 

La solución de la compañía está especialmente pensada para áreas rurales de bajos ingresos, donde puede resultar complejo y lento transportar materiales de construcción más pesados como ladrillos y cemento.

Casa de Woodpecker WPC

Woodpecker WPC

En cuanto a la reducción del impacto ambiental, la solución de Woodpecker también resulta muy interesante teniendo en cuenta la contaminación asociada a este producto. 

Un estudio reciente de la Universidad de Leeds Becket revela que la producción de café en Centroamérica generó hasta 1,1 millones de toneladas de pulpa y contaminó 110.000 metros cúbicos de agua por día durante un período de 6 meses en 1988. 

La industria del café, sobre la que se proyecta un crecimiento de su valor de mercado en el próximo lustro, también está asociada con la deforestación. Proyectos como este ponen en valor a la cáscara de café y además, ayudan a estrechar la brecha de la vivienda, así como a facilitar soluciones de casas prefabricadas baratas a lugares alejados o en riesgo

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