Steve Jobs era un visionario que implantó el teletrabajo en Apple hace 40 años: ahora la compañía ha decidido imponer el regreso a la oficina

Steve Jobs

Reuters

  • Steve jobs reconocía que el teletrabajo soslayaba la distancia entre profesionales de distintas oficinas y ayudaba a conciliar la vida laboral con la personal. 
  • Su legado, sin embargo, no ha dejado huella en la dinámica empresarial de Apple, que ha decidido apostar por un modelo híbrido en su estrategia para 2023.

Cuatro décadas antes de que los softwares de conexión en remoto como Teams, Slack o Meets reinaran en las oficinas de todo el mundo, un joven visionario Steve Jobs ya predicaba las bondades del teletrabajo.

Con motivo de la promoción de los primeros ordenadores Macintosh en los ochenta, Jobs explicaba que varios de sus empleados trabajaban algunos días desde casa.  

"Ahora mismo, muchos de nuestros trabajadores trabajan dos días desde casa y las implicaciones son enormes", afirmaba Jobs en una entrevista para el Sunday Express Magazine en 1981.

Entre ellas, destacaba “la capacidad de establecer tu propio horario de trabajo, usar tu hogar e interactuar con la familia, almorzar con los niños de vez en cuando, es una oportunidad única”.

 

Ya en 1990, con un tímido internet implantado en muchos hogares y los primeros portátiles en el mercado, Jobs defendía el trabajo en remoto.

“Estamos descubriendo que podemos reorganizar electrónicamente nuestras empresas con gran rapidez y que es la única organización que puede empezar a seguir el ritmo de las cambiantes condiciones empresariales", contaba en una entrevista al programa The Machine That Changed the World que puedes ver aquí

Además de estar a la vanguardia, Jobs aludía a la necesidad de conectar equipos de trabajo que se encuentran en otras partes del mundo, "al enlazar estos ordenadores con redes sofisticadas y grandes interfaces de usuario, estamos empezando a ser capaces de crear grupos de personas que trabajan en una tarea común de forma extremadamente eficiente sin importar donde estén geográficamente".

La compañía, establecida en California, tenía focos importantes de negocio en otros lugares. Ingenieros de Europa, la India o de otras partes de Estados Unidos trabajaban en Apple siguiendo un sistema centralista; dependían de las decisiones de negocio de la central en California y necesitaban comunicarse con ellos continuamente.

A lo largo de los 2.000, la evolución de Internet permitió la entrada de nuevos agentes que cambiaron el mundo digital, como Skype, que nació en 2003, seguido de Slack que lo hizo en 2013 y de Microsoft Teams, en 2016.

Apple abrazó estos cambios sin permitir que se convirtieran en la única manera de trabajar. Steve Jobs reconocía que acudir a la oficina propiciaba la serendipia. Ese comentario que te hace un compañero mientras tomas café, o esa reunión esporádica que surge en medio de una crisis y que arroja nuevas y fascinantes ideas a un proyecto. 

"La creatividad proviene de reuniones espontáneas, de discusiones aleatorias. Te encuentras con alguien, le preguntas qué está haciendo, dices 'Guau' y de pronto estás cocinando todo tipo de ideas", explicó Jobs al final de su vida a su biógrafo Walter Isaacso, según informa el medio Zdnet.

Aunque algunos expertos opinan que esta entrevista demuestra que Steve Jobs se posicionó en contra del trabajo en remoto en su madurez, otros apuntan a que más bien no quería establecerlo de forma completa. 

La pandemia obligó al mundo a encerrarse en casa después de que Jobs falleciera y no pudiera ver cómo la necesidad cambió un paradigma laboral que llevaba décadas mutando

Con los sofisticados sistemas que tenemos ahora, es probable que Jobs descubriera nuevas bondades sobre el teletrabajo.

Sin embargo, tras casi tres años permitiendo a sus empleados conectarse desde casa, Apple ha decidido dar marcha atrás, a pesar de su capacidad de operar con sus trabajadores en remoto.

Nueva hoja de ruta de Apple en 2023

La compañía, valorada en 165 mil millones de euros, acaba de presentar unos beneficios de 30 mil millones en el último trimestre de 2022. 

Sin embargo, sus ventas en ese periodo han caído un 5% y la compañía se enfrenta a una crisis en sus sistemas de logística y a un contexto de enorme tensión geopolítica con la guerra de Ucrania, la crisis de los suministros y la subida de la inflación.

Por ello, el CEO de Apple, Tim Cook, ha presentado una nueva hoja de ruta en marzo, según informa Bloomberg, en la que va a reorganizar sus prioridades. Retrasará el desarrollo de algunos dispositivos como el HomePod con pantalla y reducirá el presupuesto en algunos de sus equipos.

Asimismo, retrasará la entrega de bonos a sus empleados hasta el otoño y establecerá una política estricta de trabajo presencial: con tres días en la oficina frente a dos en casa. Además, se obligará a que los días de presencialidad sean martes, miércoles y jueves, lo que dificulta la flexibilidad.

Las quejas no se han hecho esperar en su fuerza laboral; ya en octubre del año pasado sus empleados organizaron una revolución al descubrir el retorno a las oficinas. 

No obstante, aunque Apple haya dado marcha atrás, sus empleados pueden sentirse afortunados, mientras la compañía no decida sumarse a la oleada de despidos masivos, como sí han hecho Meta, Microsoft y Amazon.

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