Lo peor de las subidas de tipos está por llegar: ¿cuánto tardarán en descargar todo su impacto sobre los hogares?

Personas en la calle con bolsas de la compra

REUTERS/Darren Staples (BRITAIN BUSINESS)

  • Los hogares afrontan nuevos créditos más caros y una gran revisión de la cuota hipotecaria, pero el golpe al consumo todavía no ha llegado.
  • "Algunas familias y empresas podrían haber agotado algunos de los colchones (de ahorro) de los que disponían", avisa el Banco de España.

Antes de llover, chispea. Eso es, más o menos, lo que está ocurriendo con el efecto de los tipos de interés. El bolsillo de los hogares ya ha empezado a notar los primeros efectos de las subidas de tipos, pero la tormenta todavía no ha descargado su verdadero impacto en la economía.

"La traslación del impacto de las subidas de tipos de interés es gradual y la veremos al cabo de unos trimestres", avisa Carlos Thomas, director General Adjunto de Economía e Investigación del Banco de España.

El volantazo monetario de los bancos centrales fue una de las noticias más importantes de 2022, al poner fin a una era de política expansiva y dejar los tipos de interés en su nivel más alto en décadas

Por lo pronto, la inflación no remite, y el Banco Central Europeo (BCE) ya ha dicho que seguirá pisando el acelerador este año: en febrero llegó la quinta subida, y todo apunta a que esta misma semana hará un nuevo anuncio de alza de tipos.

"Estas decisiones de política monetaria, que condicionan las dinámicas económicas a través de diferentes canales habitualmente con un cierto retardo, ya se estarían trasladando al conjunto de la economía. Pero el endurecimiento de la política monetaria aún no ha llegado a trasladarse plenamente", avisa el Banco de España.

Subir tipos encarece el precio del dinero. El efecto es bastante parecido al de echar un jarro de agua fría sobre una economía aparentemente caliente: ayuda a enfriar la inflación, pero a costa de dejar el consumo bajo cero.

Pero el impacto no llega de una, y lo peor está todavía por llegar. "Las subidas de tipos empezaron en julio del año pasado, pero el efecto va con retraso, y no lo estamos notando todavía. Creemos que el impacto será notable sobre el crecimiento, y se notará más a partir del tercer o cuarto trimestre", pronostica Judit Montoriol, economista jefe de CaixaBank Research para España.

El efecto de las subidas de tipos se parece en su traslación a la economía a la caída de una hilera de fichas de dominó. Primero, se encarecen los nuevos préstamos y los hogares empiezan a tirar de ahorro en lugar de financiarse. Después, viene la revisión de créditos ya contratados, pero a tipo variable y, por último, el golpe al consumo.

Hay varias fases. Decisiones del banco central de aumentar tipos, cómo esa decisión se traslada a créditos y a hipotecas, y cómo eso afecta a la demanda de las familias. 

La última de las fichas, el golpe al consumo, todavía no ha llegado, y empezará a notarse en los próximos meses.

Ilustración de inflación o de escalada de precios

1. Primera ficha del dominó: se disparan los nuevos préstamos

Los primeros en notar el alza de tipos fueron los hogares y empresas que quisieron pedir un crédito en 2022. Conforme avanzaba el año, los intereses de los préstamos empezaron a subir como la espuma

En diciembre de 2021, el euríbor (índice de referencia para las hipotecas) estaba en el -0,5%, rozando mínimos históricos. Nunca antes las hipotecas habían estado tan baratas. En cuestión de meses, este índice se disparó hasta el 3% de diciembre, la mayor subida desde 2000. Como resultado, el precio de las nuevas hipotecas subió tanto para el tipo fijo como para el variable, que subió un 50%.

"La subida de tipos se traduce en un incremento del coste de la financiación para todos los agentes, hogares, empresas y sector público", resume María Romero, socia directora de Economía de Analistas Financieros Internacionales (Afi).

Y, si los préstamos son más caros… la gente deja de contratarlos. En diciembre de 2022, las hipotecas firmadas cayeron por primera vez en casi 2 años: un descenso del 8,8% respecto a 2021 que a su vez se vio reflejado en un pinchazo del 10,2% en las ventas de vivienda en diciembre.

"Ya estamos viendo algunos efectos de la subida de tipos en la demanda. Hemos visto una caída del crédito nuevo en estos últimos 4-5 meses, sobre todo a hogares, pero también a empresas", añade Raymond Torres, director de Coyuntura Económica de Funcas.

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2. La gran revisión hipotecaria afectará a 4 millones de hogares

Eso es lo que ocurre desde el año pasado con los nuevos préstamos. Pero los ya contratados tampoco se salvan. A lo largo de 2023 se producirá una gran revisión hipotecaria. Todos aquellos hogares que hubieran contratado una hipoteca a tipo variable verán cómo se dispara su cuota mensual.

"Los ciudadanos con hipotecas variables tendrán que afrontar un gasto de entre 160 y 390 euros más al mes, lo que supone de 1.900 a 4.700 euros más al año. Un incremento del 32% interanual", estiman desde el portal Fotocasa.

Lo alarmante del dato es que afecta a la mayoría de las hipotecas ya contratadas. El 71% de los créditos hipotecarios de las familias son a tipo variable, según el Banco de España, lo que se traduce en más de 4 millones de hipotecas cuya cuota será revisada y subirá este año, calcula la Asociación Hipotecaria Española.

"Nuestra estimación es que detraerá 13.000 millones de euros de renta disponible en total en el bienio 2022-2023", calcula Torres.

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3. La bolsa de ahorro se vacía

La cesta de la compra es más cara, pero financiar las compras no sale a cuenta. La inflación y el alza de tipos están exprimiendo de uno y otro lado el bolsillo de los hogares. Afortunadamente, estos tienen una bolsa de ahorro considerable para ir tirando.

"Durante las fases de mayor incidencia de la pandemia, los hogares españoles acumularon una cuantiosa bolsa de ahorro", resume el Banco de España. Las restricciones sociales y de movilidad y los confinamientos provocaron que los ciudadanos redujeran su consumo, lo que se tradujo en un ahorro involuntario que superó los 80.000 millones de euros, según estimaciones de BBVA Research. 

Esa bolsa de ahorro alcanzó máximos históricos, pero se fue reduciendo conforme se relajaban las restricciones y la demanda salía en tromba a viajar y hacer todo lo que no habían podido durante la crisis del COVID-19. 

La escalada de la inflación ha sido la gota que colma el vaso para el poder adquisitivo de los hogares. Pero, por lo pronto, logran salir adelante. Gracias al colchón de ahorro, el consumo no se ha resentido en los últimos meses.

Afi calcula que la tasa de ahorro pudo reducirse hasta el orden del 8%. Pero los hogares siguen tirando: "Hemos infravalorado ese colchón de ahorro, que a día de hoy sigue sufragando el consumo", afirma Romero, pero matiza que "la pérdida de poder adquisitivo pesa, y el colchón se terminará agotando".

Esto es algo que, según el Banco de España, ya está ocurriendo. "En un entorno de elevada inflación, las familias y empresas —especialmente las más vulnerables— podrían haber agotado algunos de los colchones de los que disponían", avisa.

4. Golpe de gracia al consumo

"El efecto de la subida de tipos ya se percibe en el mercado de crédito, pero todavía no se percibe en el gasto ni, por tanto, en el PIB", resume Torres. 

Resulta que, a pesar del agujero que la inflación está abriendo en el bolsillo de los hogares, y de que el dinero está más caro por las subidas de tipos, el consumo no se ha frenado. Y, si el consumo no se frena, la cuerda de precios continúa tensándose.

"Observamos que, por mucho que los precios aumentan, la demanda está asumiendo que tiene que pagar más y no está reduciendo su consumo", avisa Romero. A finales de 2022, por ejemplo, las ventas del comercio minorista crecieron de forma significativa en términos desestacionalizados.

La última de las fichas, el golpe al consumo, empezará a notarse en los próximos meses. "Veremos más este impacto en el consumo que en la inversión, porque esta se va a sostener más en los fondos europeos y porque la capacidad de autofinanciación de las empresas es alta", matiza Torres.

En cambio, a lo largo de 2023, seguirán viéndose los efectos todavía velados de la subida de tipos. "El consumo y la construcción serán los que más sufran el impacto de la subida", añade Torres.

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