No, no son garabatos absurdos: esta escritura extraña te ayudará a tomar notas a gran velocidad (200 palabras por minuto) si te atreves a dominarla

Taquigrafía
  • Aunque el ordenador te permite tomar notas a gran velocidad en reuniones o en clase, es posible que te cueste mantener el ritmo de los apuntes cuando el orador decide hablar más rápido.
  • Existe una técnica de escritura que te permite mantener el ritmo y e incluso mejorar la transcripción añadiendo notas contextuales. Se trata de la taquigrafía.
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En el mundo laboral, el papel del apuntador está infravalorado. Es importante que alguien tome notas durante una reunión de trabajo para que las próximas tareas, las peticiones de mejora o las ideas no queden olvidadas en el limbo.

Aunque el ordenador portátil permite desde hace unos años que tomes notas a gran velocidad, seguro que te ha costado seguir el ritmo durante discusiones acaloradas en la oficina (o durante lecciones complejas en clase). ¡Y eso que estás tecleando lo más rápido posible!

El problema es que cometes el clásico error de tomar apuntes literales, es decir, trascribir exactamente todo lo que se dice. Y eso es una tarea complicada que al final provoca que te despistes, o te agota rápidamente al obligarte a estar muy atento.

Existe una técnica alternativa para tomar notas que la era digital ha exiliado. Y es una pena porque, si la dominas, puede ayudarte a transcribir discursos, lecciones o debates con mayor efectividad y celeridad. ¿Su truco? Invitarte a aprender trazos especiales que transcriben sonidos en lugar de palabras.

Se trata de la taquigrafía.

Qué es la taquigrafía y para qué sirve

Tomar notas

La taquigrafía es un método de escritura muy antiguo que, según la Enciclopedia Británica, fue creada por el historiador griego Xenofonte. Este sistema se acabó popularizando durante la época romana, sufrió un ligero descenso en la Edad Media (debido al analfabetismo generalizado) y regresó con fuerzas durante la Era Victoriana.

Si te preguntas el origen de la palabra en sí, en griego antiguo taquigrafía se compone de los términos Taquis y Grafein, que significan respectivamente rápido y escribir.

Este sistema consiste en escribir trazos cortos, símbolos o palabras abreviadas que permiten a sus usuarios escribir a mayor velocidad de lo normal. La imagen principal de este artículo muestra trazos taquigráficos, pero seguro que los has confundido con simples garabatos o con textos antiguos. 

Inevitablemente, la taquigrafía empezó a usarse especialmente para tomar nota de discursos o diálogos (por ejemplo, durante un juicio).

La mayor demanda de taquígrafos durante la Revolución Industrial provocó que se crearan diferentes métodos. A principios del siglo XIX, en Reino Unido se popularizó el estilo Pitman (por su creador, Isaac Pitman), en Estados Unidos apareció el estilo Gregg (por John Robert Gregg) y en España Francisco de Paula Martí Mora desarrolló uno de los subsistemas más precisos.

Poco a poco, estas diferentes escuelas de taquigrafía acabaron por dominar el gran truco de esta técnica: centrarse en escribir los sonidos en lugar de las palabras. Es este cambio de mentalidad lo que permite a sus estudiosos poder seguir la velocidad de un discurso o de una conversación natural.

Estos métodos, cada vez más depurados, permiten escribir más de 200 palabras por minuto. Sus apuntadores, ágiles y veloces, no solo plasman lo que se dice sino que incluso añaden acotaciones contextuales. 

Para llegar a esa velocidad, es importante aprenderse los símbolos y trazos de cada estilo, pues de lo contrario luego te sería imposible transcribir con más calma aquello que hayas taquigrafiado.

La aparición de dispositivos de grabación, y la actual implementación de dispositivos digitales, ha provocado que la taquigrafía se considere obsoleta. No obstante, hay oficios como el periodismo que siguen dependiendo de ella, ya que, por muy rápido que se teclee en un ordenador, pocas personas pueden teclear 200 palabras por minuto. En cambio, sí es posible trazar a gran velocidad.

Cómo aprender taquigrafía

Tomar notas

Si notas que te cuesta apuntar lo relevante de una reunión o de una clase pese a que tecleas muy rápido, quizás te convendría aprender un poco de taquigrafía.

No te inquietes pensando que debes memorizar cientos de signos raros en pocos días. La clave, como todo en esta vida, es ir poco a poco.

  1. La taquigrafía tiene diversos sistemas y métodos: repásalos y elige el que más te convenza. Ten en cuenta que cada sistema tiene su estilo, velocidad de escritura y dificultad de aprendizaje. Prueba con algunos de los mencionados más arriba como el de Pitman o el de Gregg.
  2. Recopila todo el material necesario para aprender taquigrafía. Internet es una fuente infinita de conocimiento gratuito. Por ejemplo el canal de Youtube LA PROFE incluye lecciones centradas en taquigrafía. También puedes buscar manuales o diccionarios en formato físico.
  3. Memoriza paso a paso. No intentes tomar notas desde el primer día o te frustrarás enseguida. Empieza memorizando las letras, luego las palabras y finalmente atrévete con las palabras compuestas. Repetir en voz alta lo aprendido es un buen método de aprendizaje rápido.
  4. Sé constante. Práctica al menos 20-30 minutos al día tomando notas. Si empiezas a percibir que la media hora se te pasa volando, amplía poco a poco el tiempo de aprendizaje.
  5. Ponte a prueba con dictados. Ponte la radio, un podcast, una entrevista de la tele... y plantéate transcribir el discurso de una persona. Empieza con dictados cortos para no agotarte y poco a poco atrévete con discursos más largos y/o de temas más complejos.

¿Te cuesta el aprendizaje? El blog UnComorecomienda que no tardes mucho en empezar el proceso de transcripción, sobre todo si eres novato. Cuanto más te demores, más fácilmente olvidarás el significado de lo que has escrito.

También es posible que hayas elegido un método que no se adapta muy bien a tu forma de escribir. Prueba todos los métodos posibles durante un período de un mes (dedica una semana a cada método, por ejemplo) para encontrar el tuyo.

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