¿Por qué te ha vuelto a tocar pagar en la declaración? Las principales razones (y cómo evitarlas para el año que viene)

Diego Lorenzana
Por qué me sale a pagar la renta
  • Ha llegado el momento de presentar la declaración pero, como cada año, descubres que te ha vuelto a salir a pagar.
  • Es una situación que, en ocasiones, es inevitable. Sin embargo, en otras, se puede evitar de una forma sencilla.
  • Tanto si eres trabajador como si eres autónomo y te encuentras en alguna de estas situaciones, tranquilo, porque hay solución.
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Llega el mes de abril y, como cada año, es el momento de presentar la declaración de la renta. Estás nervioso por saber cuál es el resultado, pero una vez más, descubres que tienes que volver a pagar. Es una situación repetida por muchos contribuyentes, que se dan de bruces con la cruda realidad todos los años cuando llega la primavera.

Y aunque en muchos casos es una situación difícil de salvar, en ocasiones se puede evitar de una forma sencilla. Si te ha tocado pagar, es posible que estés en alguna de las siguientes situaciones. Y si es así, tranquilo, porque suele tener solución.

Porque tienes más de un pagador

Aunque el hecho de tener dos o más pagadores no es en sí mismo una razón que implique que la declaración te salga a pagar, en muchos casos sí tendrás que asumir que será así. El motivo es que, al aumentar tus ingresos como consecuencia de tener varios pagadores, puede que pases de un tramo a otro, lo que eleva tu tipo marginal.

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Al mismo tiempo, cada pagador practicará las retenciones correspondientes como si ellos fuesen el único pagador del contribuyente. Esto ocurre, por ejemplo, en el caso de una persona que tiene dos trabajos como asalariado o uno de ellos como autónomo.

¿Cómo evitarlo? Las empresas practican las retenciones correspondientes a cada empleado según sus circunstancias personales, comunicadas a través de la presentación del Modelo 145 de la Agencia Tributaria. Con carácter general, no es posible reducir el tipo de retención, pero sí aumentarlo.

Para ello, tan solo debemos realizar una solicitud por escrito a nuestra empresa. Aunque, eso sí, en ningún caso, el trabajador podrá solicitar un tipo de retención superior al tipo marginal máximo, que es del 45%.

Porque eres autónomo, y retienes poco

Los profesionales autónomos deben incluir como norma general las retenciones del IRPF correspondientes en sus facturas. Sin embargo, a diferencia de las empresas, los trabajadores por cuenta propia incluyen un tipo de retención fijo que, con carácter general, es del 15%.

Sin embargo, los nuevos autónomos que se den de alta en actividades profesionales podrán aplicar una retención reducida en el IRPF del 7% en el año en que se dan de alta y los dos siguientes. Pero esto no significa que vayan a pagar menos IRPF que el resto de autónomos, sino que durante esos años es previsible que sus ingresos sean inferiores a los siguientes. 

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¿Cómo evitarlo? Si estás aplicando el 7% y prevés que tus ingresos durante este ejercicio vayan a ser superiores a los del año pasado, puede ser interesante que aumentes el tipo de retención hasta el 15% en las facturas que emitas desde este momento.

Porque eres autónomo, y no has incluido todos tus gastos deducibles

Otra de las razones que hacen que nos toque pagar en la declaración es porque no hemos incluido todos los gastos deducibles en la declaración de la renta, o los hemos introducido de manera errónea. Y no solo hablamos de todos los conceptos desgravables, como las aportaciones a planes de pensiones o los donativos, sino a todos los gastos afectos a la actividad económica.

Hay algunos gastos que son claros, como los gastos de manutención, las cotizaciones sociales o los gastos del vehículo, pero otros que no lo son tanto, como la amortización del inmovilizado material o las provisiones, entre muchos otros.

¿Cómo evitarlo? Este supuesto es, probablemente, el más complejo de todos. Por eso, si nuestra actividad es compleja, es recomendable recurrir a los servicios de una gestoría y, por supuesto, llevar la contabilidad y la facturación a través de programas preparados para ello.

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Porque has liquidado tu inversión en el peor momento

Cuando vendemos una inversión y esta da pérdidas, se pueden compensar con otras ganancias patrimoniales y rendimientos del capital mobiliario. El problema es que, en ocasiones, vendemos una inversión sin tener en cuenta sus repercusiones a nivel fiscal, y casi en el peor momento, lo que hace que no se reduzca la base imponible del ahorro.

¿Cómo evitarlo? La mejor forma de reducir la carga fiscal por nuestras inversiones es planificar de antemano el impacto fiscal. Si tenemos previsto vender una inversión con pérdidas a principio de año, es posible que te interese anticipar esta decisión y vender en diciembre. 

Pero ojo, no es recomendable que lo dejes para el último día. Deberás hacerlo con algo de antelación. 

Algunas inversiones, como las participaciones en fondos de inversión, tardan en liquidarse varios días, de manera que si no lo hacemos una semana antes de que acabe el año, tendremos que asumir que esa inversión se declarará el ejercicio siguiente.

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