Que te salgan llagas en la boca podría estar relacionado con tus genes, según los expertos

Dolor bucal

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  • Las llagas o aftas bucales son heridas pequeñas muy molestas que suelen aparecen en zonas de mucosas, como la boca. 
  • Pueden salir por múltiples razones y la genética es una de ellas, por lo que si en tu familia las sufren, es posible que tú también. 
  • Aquí puedes leer algunas recomendaciones para evitar el dolor y que desaparezcan antes, según los expertos.
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Las heridas que suelen salir sobre todo sobre la mucosa de la cavidad oral, como el interior de las mejillas, la lengua, el paladar blando o la base de las encías, son lo que se denominan aftas bucales. Y son las causantes de ese dolor tan incómodo que te impide beber zumos o comer caliente cuando te salen. 

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Cada persona tiene una predisposición diferente a padecer este tipo de heridas en la boca, de hecho, los expertos de Sanitas afirman que son genéticas. A veces salen por estrés por una bajada de defensas y otras porque tu ortodoncia puede estar rozando algunas zonas sensibles de tu boca.

Existen 3 tipos diferentes:

  1. Están las aftas o llagas menores, que suponen el 80% de los casos de estas afecciones, que aparecen principalmente en solitario y que se suelen curar de manera espontánea a los 7 días. 
  2. Las aftas mayores, con un tamaño de más de 1 centímetro, se resuelven en unas semanas, pudiendo dejar una cicatriz residual.
  3. El tercer grupo al que se refieren los expertos son a las llagas herpetiformes, que son los casos en los que salen numerosas úlceras, con un tamaño pequeño (de entre 1 y 3 milímetros) y que desaparecen en semanas, dejando en ocasiones alguna marca residual.

¿Por qué salen llagas o aftas en la boca?

Este tipo de afecciones bucales pueden ser consecuencia de:

  • Una reacción inmunológica frente a las bacterias comunes de la flora bucal.
  • Una infección viral, que se manifiesta en este tipo de heridas bucales.
  • Traumatismos. Darse un golpe en la boca o morderse el interior de los carrillos o del labio pueden dañar la membrana que cubre el interior de la boca.
  • Ortodoncia o prótesis dentales. En ocasiones, este tipo de dispositivos puede rozar algún área blanda de la cavidad oral provocando úlceras o llagas.
  • Limpieza dental agresiva. Cuando el cepillado es demasiado agresivo, con cepillos muy duros o un mal uso de los mismos.
  • Estomatitis aftosa recurrente (EAR), suele afectar a entre un 20 y un 30% de los adultos y a un elevado porcentaje de niños. Son los casos en los que se producen úlceras orales recurrentes (UOR), el trastorno de carácter inflamatorio más frecuente en la cavidad oral. 
  • Estrés. En muchas ocasiones es el causante de este tipo de heridas.
  • Carencias nutricionales. Las úlceras pueden surgir por falta de vitaminas y minerales, principalmente cuando hay carencias nutricionales de hierro, ácido fólico y vitamina B12.
  • Cambios hormonales. Las llagas en la boca afectan el doble a las mujeres que a los hombres y se cree que es por causas hormonales. 
  • Fármacos. Hay expertos que apuntan a un ingrediente de algunos dentífricos y enjuagues bucales, el laurel sulfato de sodio (LSS), como un posible agente que actúa en la aparición de aftas. También se cree que ciertos medicamentos activan su formación.
  • Alergias o hipersensibilidad a los alimentos, como frutos secos, limón, fresas o chocolate.
  • Predisposición genética. Es muy normal que varios miembros de una misma familia las sufran, puesto que parece que hay un componente genético entre sus causas. Así que, si tu padre o tu madre las suelen tener, es muy posible que tú también lo experimentes.
  • Trastornos mucocutáneos, como la enfermedad de Behçet.

¿Cómo puedes combatirlas?

No te preocupes, normalmente se curan solas, pero para acelerar el proceso, evita las comidas con muchos condimentosy reducir la ingesta de alimentos ácidos, como los cítricos. Además, es posible aliviar el dolor y tratar la inflamación, por ejemplo, con anestésicos locales o antiinflamatorios tópicos, que debe recetar el odontólogo. 

En los casos en los que las aftas son persistentes -más de dos semanas con cuidados personales- o recurrentes -más de dos o tres veces al año-, debes ir al médico para que determine otros posibles desencadenantes. 

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