Desde muy pequeña lo que más me entretenía era una buena caja de ceras Manley y unas hojas en blanco. Me hacía mucho más feliz que cualquier juguete. Me apasionaba pintar y los colores me permitían dar rienda suelta a mi imaginación. Siempre estaba pintando y dibujando hasta que a los 12 años fui a clases de pintura. Y sí… me hacía mucho más feliz que ir a clase.

Desde muy joven aprendí muchas técnicas de expresión gráfico-plásticas como el carboncillo, el pastel, la acuarela y el óleo.

A los 18, cuando llegó mi momento de estudiar una carrera, me fui a Madrid a estudiar Diseño Gráfico. Al terminar estuve un par de años trabajando hasta que decidí volver a estudiar una Licenciatura de Publicidad y Relaciones Públicas. A partir de aquí mi vida da un giro cuando decido irme a Pekín a trabajar con una beca. Estuve un par de años en Pekín trabajando como diseñadora gráfica y de ahí me mudé a Shanghai. Gracias a LinkedIn y a varias pruebas, tuve el honor de trabajar para Starbucks Asia. Ese momento supuso un gran logro para mí, diseñar e ilustrar las colecciones del merchandising de la marca para varios países principalmente para Japón, China y Tailandia. Me fascinaba porque era un trabajo súper creativo, hasta que después de unos años creció en mí un gran deseo: estudiar y aprender a maquillar profesionalmente. Cumplí mi sueño de estudiar maquillaje en Londres en la London College of Fashion y un curso de estilismo de moda en Istituto Marangoni en Milán. Fueron unas experiencias que sin duda marcaron un antes y un después e hicieron reconducir mi vida a lo que me dedico a día de hoy.

Este proceso no ha sido de un día para otro… Comencé publicando fotos de maquillajes que me hacía a mí misma y a mis amigas en Instagram como tutoriales para Youtube, pero no tenía ni idea de la mecánica de las redes sociales y aun menos porque pasé muchos años en China y debido a la censura no los conocía bien. Mis vídeos de YouTube eran tan aburridos que me aburrían hasta a mí, y publicaba fotos de mis looks en Instagram sin ninguna estrategia hasta que empecé a preguntarme cómo funcionaba la mecánica de sus algoritmos, los hashtags, como crecer una comunidad… pues sólo me centraba en mejorar mis técnicas de maquillaje y publicar fotos bonitas. Pero claramente, eso no era suficiente. Después de unos 4 años publicando mis maquillajes en Instagram teniendo como seguidores a familiares y amigos y un casi nulo crecimiento, Tiktok se cruzó en mi vida. Me resultó una app divertida donde la gente era espontánea y se divertía mucho. La propia dinámica de TikTok me inspiró a probar a hacer diferentes vídeos y experimentar. Gracias a la interacción de los usuarios y al feedback que constantemente recibía me ayudó mucho a saber y a entender lo que a mi audiencia le gustaba. Hasta que me di cuenta que el contenido educativo en el que enseñaba trucos de manera divertida y dinámica tuvo una gran acogida. Y así fue cómo decidí hacer series de vídeos divulgando sobre la teoría del color, mi especialidad, aplicada al maquillaje.

Paulatinamente dejé mi trabajo de diseñadora a dedicarme exclusivamente a trabajar de mis pasiones en el mundo digital.

¿Qué será lo próximo?…

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