Las tecnológicas encienden las alarmas: se activa una señal que no se veía desde las dos últimas grandes crisis

Un trader de Wall Street se echa las manos a la cabeza
  • En el momento actual que nos ocupa, con el mercado de Estados Unidos merodeando los máximos históricos, las compañías tecnológicas se han movido a unas cotas que nunca antes se habían visto.
  • Con todo, el Nasdaq dio la sexta señal consecutiva de Hidenburg Omen, que aparece cuando en altos niveles bursátiles empiezan a darse simultáneamente muchos valores en máximos de 52 semanas y a la vez en mínimos, junto con otra serie de filtros complejos. 
  • Según explica José Luis Cárpatos, director de inversiones en Gloversia EAFI, lógicamente en un mercado alcista como este “no tiene mucho sentido cuando una parte del mercado se desconecta”. 
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Hay determinados momentos en los que las bolsas dan algunas señalas que pueden preocupar a muchos de los inversores. En el momento actual que nos ocupa, con el mercado de Estados Unidos merodeando los máximos históricos, las compañías tecnológicas se han movido a unas cotas que nunca antes se habían visto. Han sido las principales impulsoras de Wall Street en términos generales.

Toda esta fase alcista ha supuesto que muchos inversores hayan visto cómo sus carteras se han ido disparando exponencialmente. Unas subidas en las que el comportamiento del Nasdaq, principalmente, ha tenido mucho que ver. 

Por el contrario, el escenario en el que nos hallamos empieza a preocupar a muchos analistas. Tanto es así que el Nasdaq dio la sexta señal consecutiva de Hidenburg Omen. ¿Esto qué quiere decir? Este indicador lo que hace es detectar una anomalía de mercado. Aparece cuando en altos niveles bursátiles empiezan a darse simultáneamente muchos valores en máximos de 52 semanas y a la vez en mínimos, junto con otra serie de filtros complejos

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The Omen compara el porcentaje de nuevos máximos y mínimos de 52 semanas con un porcentaje de referencia predeterminado para predecir la creciente probabilidad de un desplome del mercado, así como el deterioro del impulso en la amplitud subyacente, mientras que los índices principales continúan repuntando. 

El nombre algo estrambótico no es más que una táctica de marketing y hace que los inversores "serios" lo ignoren. Este es el sesgo de efecto de bocina, y es bueno para el resto de nosotros, porque la mayoría de las veces son efectivos.

Según explica José Luis Cárpatos, director de inversiones en Gloversia EAFI, lógicamente en un mercado alcista como este “no tiene mucho sentido cuando una parte del mercado se desconecta”

El historial de fondo

De este modo, con tantos máximos de 52 semanas como mínimos (más de 90 en ambos casos). Esto no se veía desde finales de 1999- principios de 2000 antes de la gran caída de tres  años, verano del 2007 antes de la crisis del 2008  y verano del 2015 justo antes del desplome de agosto de 2015

La señal de Hidenburg Omen en el Nasdaq

Cárpatos añade que hay que recordar que esta señal como vemos desde los años 60, cuando aparece una de estas señales, hasta tres meses después el porcentaje de episodios alcistas es “muy bajo”. Llama la atención que un mes después de las señales las bolsas caen en promedio un 2,27% y tan solo suben el 29%

Aunque no siempre acierta, siempre es “una señal que hay que tener en cuenta”, analiza Cárpatos. Todos los crash fueron precedidos sin excepción de una señal como esta, aunque evidentemente “no siempre que apareció hubo un crash ni mucho menos”, concluye.
 

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