Tesla, GM, Rivian y otras empresas tienen problemas con el negocio de las baterías, del que dependen para sus ambiciosos planes de vehículos eléctricos

Alexa St. John,
La oferta de baterías es insuficiente para la industria de vehículos eléctricos, lo que está provocando una guerra entre GM, Tesla y Rivian.
La oferta de baterías es insuficiente para la industria de vehículos eléctricos, lo que está provocando una guerra entre GM, Tesla y Rivian.

Los fabricantes de vehículos de todo el mundo, tanto las empresas más longevas como las más nuevas, están asumiendo gastos que ascienden a los 526.000 millones de dólares (unos 516.250 millones de euros al cambio actual) para poner en circulación millones de coches eléctricos en los próximos años. No obstante, tendrán que superar muchos obstáculos para alcanzar este objetivo.

Según Steve Christensen, CEO de la Responsible Battery Coalition (Coalición de Baterías Responsables), la escasez de los materiales necesarios para fabricar baterías es uno de los problemas que afectan a la industria en estos momentos, ya que, actualmente, los fabricantes se afanan en conseguir metales de tierras raras, como el litio.

Según la coalición, las empresas de automoción podrían disponer del suficiente litio para los vehículos eléctricos del próximo siglo. Pero para ello sería necesario que la industria tuviera una tasa de reciclaje de baterías del 90%, así como una tasa de recuperación de materiales también del 90%, algo que no existe en la actualidad.

Y aunque el sector del automóvil tuviera la infraestructura de reciclaje necesaria para satisfacer sus necesidades de baterías, queda un segundo problema, quizá más grave: tener la capacidad de fabricar esas baterías. 

A corto plazo, la oferta de baterías que la industria cree que va a producir se ve superada por la demanda prevista de los fabricantes de coches. 

Sean O'Day, fundador y presidente de Titan Advanced Energy Solutions, afirma que "cuando se observa la hoja de ruta de la nueva capacidad de fabricación que se prevé poner en marcha en Europa y Norteamérica para cumplir los objetivos de producción de vehículos eléctricos, cabe preguntarse por el desajuste y el calendario entre la puesta en marcha de estas líneas de productos para vehículos eléctricos".

Estos son los 3 problemas que están empujando a compañías como GM, Tesla y Rivian a competir por las baterías:

Los fabricantes de baterías siguen sin alcanzar sus objetivos de producción

Compañías como Ford prevén que en los próximos años, haya millones de coches eléctricos. Pero la oferta de baterías de la industria dice otra cosa.
Compañías como Ford prevén que en los próximos años, haya millones de coches eléctricos. Pero la oferta de baterías de la industria dice otra cosa.

Ford

La industria de baterías, que podría ser un negocio de más de 360.000 millones de dólares en 2030 (353.250 millones de euros) según McKinsey, se apresura a producir millones de celdas de batería para suministrar a las empresas de automoción.

Sin embargo, los fabricantes de baterías producen únicamente entre el 70% y el 90% de lo que se proponen, según una investigación del Laboratorio de Energías Renovables de EEUU.

"Cuando se ponen en marcha nuevas fábricas de baterías, se tarda mucho tiempo en conseguir que alcancen altos índices de utilización", explica el director de datos de Benchmark Mineral Intelligence, Caspar Rawles.

Dado que las empresas estadounidenses buscan fuentes de suministro nacionales, muchas de las nuevas plantas de baterías de Norteamérica están empezando a entender lo que otros expertos del sector en Asia, como CATL y Samsung SDI, llevan años perfeccionando. 

Como resultado, puede haber defectos en la fabricación de las celdas, lo que significa que algunas de las baterías tienen que desecharse. 

Las baterías para coches eléctricos son más grandes y complejas que las de los smartphones

El GMC Hummer EV tiene una batería enorme.
El GMC Hummer EV tiene una batería enorme.

GM

En segundo lugar, es más difícil obtener el mismo número de celdas de batería para los vehículos eléctricos que para los smartphones. Las de los vehículos eléctricos son más grandes y complejas

"Ahí es donde la cadena de suministro de los coches eléctricos tiene un problema, porque no se puede confiar en lo que se ha visto históricamente en términos de tasas de utilización de la industria de la electrónica de consumo", aclara Rawles.

Las empresas de coches eléctricos exigen baterías con más densidad de energía

Empresas como Tesla, quieren reforzar la densidad de energía de las baterías de sus vehículos eléctricos para conseguir la máxima autonomía.
Empresas como Tesla, quieren reforzar la densidad de energía de las baterías de sus vehículos eléctricos para conseguir la máxima autonomía.

David Zalubowski/AP

En tercer lugar, los fabricantes de coches están teniendo muchos problemas para conseguir baterías con mayor densidad de energía, que les permitan mejorar la autonomía de sus vehículos eléctricos y aventajar a la competencia. Por ello, tienen que fabricarlas repletas de metales como el níquel para reforzar sus capacidades.

"Aunque el proceso de fabricación de esas celdas será similar, se plantean otros retos al cambiar la mezcla química", explica Rawles. 

¿Qué significa esto para los objetivos de los vehículos eléctricos?

La curva de aprendizaje, la posibilidad de que haya menos celdas y los cambios han provocado un desajuste entre las previsiones de fabricación de vehículos eléctricos y la capacidad real para conseguir esas previsiones. Sin embargo, esto no quiere decir que sus planes se vayan a estancar.

Los expertos del sector creen que hay oportunidades que aprovechar. El reciclaje de los materiales de las baterías está experimentando un aumento de la inversión y de los nuevos enfoques. Asociarse con fabricantes de baterías experimentados para garantizar un alto rendimiento es otra de las posibilidades para superar este bache. Tesla y Panasonic, GM y LG Energy Solution, y Ford y SK Innovation son algunos ejemplos. 

Por último, el aprendizaje automático u otros avances tecnológicos recientes podrían servir para mejorar el proceso de fabricación de baterías, y rápidamente.

"Existe la posibilidad de utilizar la inteligencia artificial u otras tecnologías para acelerar el proceso de aprendizaje e idear formas nuevas y novedosas de agilizar la producción de baterías", afirma Rawles.

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