Las pruebas de coronavirus en aguas residuales podrían detectar rebrotes hasta 10 días antes que los diagnósticos médicos

Trabajadores recogen muestras de aguas residuales tras un brote de coronavirus en China.
  • El diagnóstico de coronavirus en las aguas residuales podría detectar si se está produciendo un rebrote en una comunidad 10 días antes de lo que lo harían los test médicos. 
  • Un extenso grupo de investigadores de Reino Unido está trabajando para estandarizar un sistema que permita mantener una vigilancia epidemiológica a partir del control de la presencia del virus en estas aguas. 
  • Saber si el virus se está propagando entre una comunidad podrá ayudar en la toma de decisiones de salud pública, coinciden los expertos. 
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El diagnóstico del coronavirus en aguas residuales podría identificar un rebrote 10 días antes que los test médicos, según The Independent. 

Por eso, un extenso grupo de investigadores de Reino Unido ha iniciado un programa para estandarizar un método de diagnóstico del COVID-19 en estas aguas. La iniciativa durará hasta octubre de 2021 y está dirigido por el Centro de Ecología e Hidrología del Reino Unido y participan científicos de las universidades de Bangor, Bath, Edimburgo, Cranfield, Lancaster, Newcastle, Oxford y Sheffield, así como de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.

Los expertos se basan en varios estudios que ya han sido realizados en otras partes del mundo—desde Italia, hasta Países Bajos o Estados Unidos—que concluyen que la presencia de COVID-19 en las aguas residuales puede alertar de que el virus se está propagando en una comunidad concreta antes de que se confirmen los contagios. 

"Mediante la toma de muestras de aguas residuales en diferentes partes de la red de alcantarillado, podemos reducir gradualmente un brote a zonas geográficas más pequeñas, lo que permite a los funcionarios de salud pública orientar rápidamente las intervenciones en las zonas con mayor riesgo de propagación de la infección", señala el doctor Andrew Singer, del Centro de Ecología e Hidrología de Reino Unido, que es el investigador principal del nuevo programa nacional de vigilancia epidemiológica de las aguas residuales COVID-19, a The Independent. 

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"En el fondo, estamos detectando el virus de la misma manera que funciona una PCR", explicó Arnau Casanovas, un microbiólogo catalán que realiza investigaciones epidemiológicas en la Universidad de Yale, en una entrevista hace unos días con Business Insider España.

El equipo de investigación en el que trabaja Casanovas participó de un estudio junto con otro departamento de la universidad para diagnosticar el coronavirus en el agua para intentar relacionarlo con la curva epidemiológica de la comunidad. 

El estudio concluyó que el control sobre las aguas residuales podría alertar de que el virus se estaba propagando una semana antes de que se reportaran los casos. 

"Ahora que estamos entrando en la fase de desconfinamiento, habrá probablemente otros picos", advirtió Casanovas. Mediante los sistemas de control en el agua, "unos días antes podrías saber que está habiendo un rebrote y hacer saltar a las alarmas", estima. 

Una ciudad podría así preparar los hospitales para un nuevo pico de casos o reevaluar las medidas de distanciamiento social o de confinamiento. 

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A pesar de que se detecte la presencia de virus en las aguas, hay que destacar que hasta ahora no se ha encontrado evidencia de que las aguas residuales sean un foco de infección. 

"Es muy poco probable, prácticamente imposible", apuntó Casanovas.  

Para el científico, el hecho de que el virus no parezca ser infeccioso en las aguas es una buena noticia especialmente para los países en desarrollo con problemas de infraestructuras y donde "el tratamiento de las aguas es casi inexistente". 

El experto también ve con optimismo el hecho de que el COVID-19 pueda detectarse en las aguas como una forma de tener más vigilancia sobre las comunidades que no tienen acceso masivo a los test de diagnóstico. 

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