Dos hermanos de 14 y 9 años y ganan al mes más de 25.000 euros minando ethereum

En apenas un par de días, su historia ha dado la vuelta al mundo. A una edad en la que la mayoría dedica el verano a jugar y descansar, Ishaan Thakur y Aanya Thakur, dos niños de 14 y de 9 años respectivamente, minan criptomonedas. 

Concretamente, se dedican sobre todo a ethereum, una criptodivisa que anda unos pasos por detrás de bitcoin en popularidad pero que ha reportado en el último mes a estos dos hermanos, según un amplio reportaje del Dallas Morning News, unos beneficios de más de 30.000 dólares (más de 25.000 euros). El dinero tiene un destino claro: la hucha con la que quieren pagar sus estudios universitarios. Ambos quieren ser doctores.

Todo arrancó, según el citado medio, el pasado mes de febrero. Por esas fechas, como cada año, los hermanos Thakur andaban ya pensando en el puesto de limonada que iban a montar este verano en Frisco, una ciudad dormitorio ubicada el norte de Dallas, en EEUU, cuya población ha crecido exponencialmente en los últimos 20 años a lomos del comercio y la tecnología. Sus previsiones eran que ganarían unos 100 dólares este año con su limonada. 

Estas acabaron en la papelera cuando su padre, Manish Raj, un exbanquero inversor de Wall Street apasionado de las criptodivisas, les habló de bitcoin, de ethereum, de su valor, equivalente a varias decenas de miles de dólares, y de que para obtenerlos solo era necesario un ordenador. Uno con unas características muy especiales, pero un ordenador al fin y al cabo. 

El relato no pudo seducir más a los dos hermanos, que de inmediato hicieron lo que suelen hacer hoy en día los chicos de su edad  cuando de verdad quieren aprender sobre algo: mirar videos en YouTube.

"Ya ves que es bastante ruidoso" explica el mayor de los Thakur a las cámaras de la NBC, que, atraídos por el reportaje del Dallas Morning News, se acercaron este lunes al domicilio de los Thakur en Frisco para conocer de primera mano la historia de los dos hermanos que se están enriqueciendo con ethereum desde el garaje de su casa, una historia tan típica que parece irreal. 

Aunque no es el único espacio desde el que trabajan, sí es cierto que ahí empezó el negocio. “Queríamos invertir, pero no teníamos dinero para comprar bitcoin”, contó Ishaan a Dallas Morning. "Así que decidimos que mejor nos dedicábamos a la minería. Al principio, pensé que no iba a poder, porque se necesitan conocimientos de muy alto nivel, pero tras ver videos en YouTube, mi padre y mi hermana me ayudaron".

Dicho y hecho, en marzo, tras consumir una buena cantidad de horas viendo videos sobre minería de criptodivisas, armaron un viejo ordenador con el objetivo de minar y ver hacia dónde les podía conducir aquello.

En su primer mes, cuentan, ganaron unos 1.000 dólares. No era mucho en comparación con las leyendas urbanas que se cuentan acerca de mineros de criptomonedas cuyos beneficios se acercaron de inmediato a las 6 cifras, pero aquello era 10 veces más de lo que pensaban ganar en todo el verano vendiendo limonada. Desde luego, merecía la pena insistir en ello, así que su padre pidió un préstamo para ayudarlos a comprar equipo.

El 30 de abril, los Thakur fundaron su propia empresa, Filfer Techonologies, de la que los dos hermanos son socios a partes iguales.

Para ese momento, ambos ya habían tenido ocasión de descubrir la otra cara del negocio, las dificultades que afrontan la mayoría de los que quieren vivir de la minería: la falta de los microchips que son necesarios para que los procesadores funcionen. 

Para salvar la dificultad, tuvieron que ingeniárselas y registrarse en webs como Best Buy o Micro Center para recibir avisos sobre la llegada de componentes y rebuscar en ebay, donde es posible encontrar cosas interesantes a buen precio.

Hoy, cuentan con 94 procesadores que usan principalmente tarjetas de video Nvidia RTX 3090 con las que son capaces de hacer unos 9.000 millones de cálculos por segundo. El resto, es la historia conocida: cuando los ordenadores dan con un código correcto, obtienen criptomonedas o partes de ella.

“La criptominería es como buscar oro o diamantes en una mina, solo que en vez de usar palas, se hace con ordenadores; y en vez de encontrar un pedazo de oro o de diamante en la mina, encuentras una pieza de criptomoneda”, explica en Dallas Morning News Ishaan, que, tras armar sus primeros equipos en el garaje, hoy tiene parte de su negocio en un almacén con aire acondicionado en Dallas.

El ruido y el calor que genera la minería es demasiado para cualquier garaje, digan lo que digan las historias de empresarios hechos a sí mismos. Los Thakur reservan este lugar de la casa para conservar algunos procesadores y hacer pruebas en consolas que arman y desarman a su gusto a la velocidad de la luz.

“Queremos hacer de esto algo grande”, dice Ishaan, que no teme que la volatilidad de las criptomonedas haga que todo se venga abajo: simplemente, espera que, cuando venda sus criptodivisas para poder ir a la universidad, el mercado ofrezca por ellas una buena cantidad. Por ahora, las pequeñas cantidades que ha vendido han servido para sufragar gastos como el consumo de electricidad, tarjetas de video, software y su centro de operaciones en Dallas.