Los tipos de facturas que debes conocer como autónomo

Una pareja revisa sus facturas
  • Los trabajadores por cuenta propia pueden emitir facturas corrientes, electrónicas, rectificativas y simplificadas.
  • Cada factura debe contener los datos del emisor y el receptor, el producto o servicio que vende, la fecha de emisión y el número de factura.
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Cobrar puede llegar a ser una odisea para muchos autónomos. Una auténtica pérdida de tiempo para éstos, que, como consecuencia, se ven obligados a no dedicar todas sus energías a su actividad, a su negocio, a lo que de verdad saben hacer. 

Difícil es lidiar con un cliente que se retrasa o que, directamente, no quiere pagar, pero tanto a ellos como a los cumplidores hay que ponérselo fácil para que abonen lo pactado. Sobre todo en los tiempos del coronavirus, cuya irrupción disparó la petición de ayudas por cese de actividad. Una herramienta básica en este sentido es la factura, que, como trabajador por cuenta propia, es un documento que debes conocer y manejar con soltura.

Las facturas que puedes emitir como autónomo

Aunque depende del negocio al que te dediques, lo normal es que uses de forma habitual un solo tipo de factura: la corriente. En ella debes hacer constar el producto vendido o el servicio realizado y el importe del mismo con la retención de IRPF pertinente(en general, el 15%). Es decir, la cantidad bruta y neta que corresponda en cada caso. 

También deberás incluir la fecha de emisión, tus datos y los del cliente, así como el número de factura que le corresponda. 

¿Cuándo hay obligación de emitir una factura rectificativa?

Si el documento de cobro no cumple alguno de los requisitos establecidos como ineludibles en los artículos 6 y 7 del reglamento que regula las obligaciones de facturación, te tocará corregirlo. 

De esta manera, siempre que no incluya con fidelidad los datos básicos tanto del emisor como del receptor, tales como el nombre y los apellidos, la razón o denominación social completa, o el número de identificación fiscal (NIF), así como la fecha, el importe, la retención o el producto o servicio contratado, habrá que hacer una factura rectificativa.

Esta factura rectificativa debe tener su propia numeración separada de las facturas normales y que la identifique claramente del resto de facturas del autónomo.

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Cuando una factura rectificativa vaya a sustituir a otra, se habla de facturas sustitutivas.

La factura simplificada

También existe la opción de emitir una factura simplificada en caso de que el montante que pagar no supere los 400 euros o los 3.000 en determinadas operaciones, como, por ejemplo, el transporte de equipajes. 

La factura simplificada es la más común junto a la factura completa o normal. Es lo que antes se conocía como tiquet de compra.

La factura proforma

La factura proforma se usa sobre todo en el ámbito comercial y sería el siguiente paso después de presentar un presupuesto. Sería una factura provisional. 

Este tipo de factura incluye todos los detalles de la futura factura, pero no se integra en la contabilidad del autónomo ni se puede convertir en una factura al uso. Sí que sirve para acreditar que ha existido un inicio de actividad comercial. 

La factura electrónica: el futuro

En ultimo lugar, es preciso mencionar la factura electrónica, cuyo uso se está generalizando. De hecho, desde enero de 2015, toda aquella empresa que actúe como proveedora de la Administración debe emitir factura electrónica siempre que la operación comercial rebase los 5.000 euros de importe o el organismo público de turno así lo señale de forma reglamentaria. Lo cierto es que la factura electrónica cuenta con innegables ventajas:

  • Garantiza la contabilidad automática, con el consiguiente ahorro de esfuerzo, tiempo y dinero.
  • Evita el error humano, dando mayor exactitud al contenido del documento.
  • Permite acceder a las facturas archivadas con mayor facilidad.
  • El espacio dedicado a almacenar los documentos físicos se libera, quedando reducida la información en un disco duro o similar, pudiendo dedicar el primero a otros menesteres.
  • Ahorro de costes por la menor utilización de papel.
  • Beneficios evidentes para el medio ambiente por la menor de tala de árboles y la nula generación de residuos.

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Objetivo: cobrar las facturas

Finalmente, cabe recordar que existen herramientas para asegurarse el pago de las facturas, por ejemplo, los seguros de crédito o el forfaiting

Los primeros protegen a las empresas y los autónomos frente a los costes e inconvenientes derivados del impago de sus créditos comerciales; mientras el segundo es un mecanismo por el que las entidades financieras adelantan, en ciertos casos, el importe de las ventas que una sociedad aplaza a sus clientes extranjeros sin que aquéllas tengan posibilidad de recurso si se produce una falta de abono.

En ambos casos, el objetivo es que ingreses el dinero incluso en caso de impago.

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