Una gran tormenta solar está bombardeando la Tierra con radiación y amenaza con hacer fallar parte de la red eléctrica y los sistemas de GPS, según los científicos

El Sol, la estrella que calienta, da energía y permite la existencia de vida en la Tierra, está experimentando un periodo de actividad especialmente intenso. Si bien esto no es un fenómeno extraño o del que haya que preocuparse, sí que puede tener consecuencias para la vida humana.

La estrella está actualmente bombardeando al sistema solar con unos niveles de radiación tan altos que podría afectar directamente a algunos sistemas electrónicos en la Tierra, según ha dicho esta semana el Centro de Predicción Meteorológica Espacial (SWPC, por sus siglas inglés).

La agencia dependiente del Gobierno de Estados Unidos ha especificado que la intensa radiación que están emitiendo las recientes llamaradas solares podría causar "irregularidades" en el voltaje de la red eléctrica de la Tierra. 

La agencia ha advertido también de que los sistemas GPS, que dependen de la posición y la frecuencia de los satélites que orbitan alrededor de la Tierra, también podrían verse afectados debido a "problemas de orientación" generados por un aumento en la resistencia que experimentan durante su trayectoria.

Sin embargo, prácticamente cualquier actividad humana fuera de la protección de la atmósfera es la que sí se podría verse gravemente afectada. Tanto las misiones, como la Estación Espacial Internacional, como los propios astronautas que salen a realizar las caminatas espaciales, corren los mayores peligros por la intensa y súbita ola de radiación.

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De acuerdo con Futurism, a medida que Gobiernos y grandes magnates se lanzan al renacimiento de la exploración espacial, esta clase de fenómenos pueden suponer una cuestión de vida o muerte para los astronautas y las misiones de colonización que se realicen en otros planetas.

El Sol está en su punto álgido de actividad en su ciclo solar

La actividad de la estrella de nuestro sistema solar ha aumentando considerablemente en los últimos meses hasta el punto de llegar a su nivel máximo dentro de su actual ciclo solar de 11 años. Recientemente, los científicos de la NASA ha registrado erupciones solares de altísima intensidad.

El pasado mes de octubre, la agencia de investigación espacial estadounidense calificó una de las fulguraciones solares —tormentas o erupciones solares— como X1. Una de las mayores mediciones posibles dentro de la escala alfanumérica para estos fenómenos espaciales como recuerda Futurism.

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La intensidad de la radiación que emite el Sol es de tal magnitud que ha provocado que aparezcan auroras boreales en algunos puntos del norte de América como Oregón, Pensilvania o Iowa, según el SWPC. Regiones alejadas de las zonas polares y que no ven estos fenómenos atmosféricos que se producen por la incidencia del viento solar.

Las auroras boreales, o australes, se producen debido a las partículas cargadas que salen del Sol y que viajan hasta chocar con el campo magnético de la Tierra. Una vez entran en contacto con la magnetosfera, recorren su forma y al perder su intensidad en los polos del planeta se produce la paleta de colores y formas que las identifica.

Si bien la vida humana en la Tierra no corre peligro alguno debido a que la atmósfera actúa como escudo protector, estos fenómenos sí que afectan a las actividades humanas en el exterior. Los sistemas electrónicos fuera de ese escudo carecen de una protección eficaz antes las radiaciones nocivas del Sol.