Víctimas de ERE: los trabajadores afectados por despidos colectivos se duplican en 2022

En España, las empresas están tirando cada vez más de ERE. Hasta el punto de que los trabajadores afectados por despidos colectivos se han duplicado.

El número de trabajadores que perdieron su empleo en un ERE en 2022 fue el doble que en 2021, según los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social consultados por BIEspaña.

A falta de conocer el dato de diciembre, los primeros 11 meses de 2022 se saldaron con 21.290 trabajadores afectados por planes de despidos colectivos, frente a 13.863 personas en el mismo periodo de 2021. Se trata de un aumento del 53,6%, el doble de víctimas de ERE.

Los despidos colectivos comenzaron a crecer por encima de lo habitual en los últimos meses de 2022. Ya entonces, los economistas observaban que las empresas estaban paralizando inversiones y contrataciones, y grandes despachos de abogados consultados por este medio avisaban del riesgo de proliferación de despidos colectivos.

"Las empresas, ante los primeros signos de crisis, comienzan a actuar preventivamente, reduciendo la mano de obra temporal. Así, en algún caso, se evitaba llevar a cabo medidas más agresivas de reestructuración laboral, como los despidos colectivos", explicaba entonces Pablo Salguero, asociado principal del Departamento de Laboral de Garrigues, en declaraciones en octubre.

Lo que en ese momento era advertencia empezó a constatarse poco después. En octubre se disparó el número de empleados afectados por planes de despido colectivo.

"Desde antes de Navidades ya observamos un aumento de los despidos colectivos, y también de despidos individuales objetivos", confirma Pedro Llorente, consejero y abogado especialista en Derecho Laboral de Cuatrecasas.

Llorente explica que es normal que, a finales de año, sucedan repuntes de despidos, al margen de la coyuntura económica: "Las empresas suelen hacer ajustes en función de su presupuesto; esa es la tónica general". 

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Pero lo que se está viendo desde finales de 2022 es un repunte por encima de lo normal, y que se está manteniendo todavía en 2023. En España, los principales bufetes de abogados, Cuatrecasas, Uría Menéndez y Garrigues ya están viendo un aumento por encima de lo habitual en las consultas de empresas para acogerse a despidos colectivos.

Prueba de ello es la ola de despidos masivos anunciados en las últimas semanas por empresas de todo el mundo, y de la que España no se ha salvado. 

"Sobre todo desde finales de 2022 estamos notando un incremento de las consultas relativas a medidas colectivas, no solo en lo que afecta a despidos, sino igualmente en relación con otras medidas de flexibilidad interna, tales como ERTE o modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo", confirma Gregorio Nevado, socio del Departamento Laboral de Garrigues.

Algunos de los casos más sonados en España han sido los de Glovo (que afectó a 140 trabajadores en España), Meta (con el 18% de la plantilla de la filial en España), Twitter (24 personas de sus 29 empleados), o Wallbox (156 empleados).

Este repunte coincide con 2 factores clave: la finalización de los compromisos de mantenimiento del empleo por los ERTE COVID-19 y el empeoramiento de las perspectivas económicas.

Por un lado, en verano de 2022 caducó el compromiso de mantenimiento del empleo por los ERTE COVID-19. Para poder acogerse a los ERTE, las empresas estaban obligadas a mantener el empleo durante un mínimo de 6 meses. 

Esta exigencia estuvo en vigor durante todo 2021, de ahí que el número de trabajadores afectados por ERE fuera menor ese año. No obstante, también se aplicó durante la mayoría de 2022 y, aun así, el número de trabajadores afectados está más de un 8% por encima de las medias de los últimos 5 años.

Por otro lado, tanto economistas como abogados señalan al empeoramiento de la economía como causa del repunte en los despidos colectivos.

El alza de costes por la inflación, los problemas de suministro, la pérdida de poder adquisitivo de los hogares (que será mayor tras el alza de tipos de interés), el frenazo de las economías avanzadas, la amenaza de una recesión, que oscurece la confianza de los inversores… El cóctel de razones es variado y letal para muchas empresas, ya renqueantes tras el batacazo del COVID-19.

"Hay menos expectativas de ingresos, consumo y ventas, y temor a los efectos de la inflación y la subida de tipos. De hecho, nos están llegando ya más consultas por causas económicas que organizativas", asegura Llorente.