Reforma laboral: Trabajo apuesta por el contrato fijo discontinuo para frenar la temporalidad y por prohibir despidos en empresas que se acojan a los nuevos ERTE de reducción de jornada

Trabajador en una fábrica de Seat en España.
Trabajador en una fábrica de Seat en España.
  • La nueva propuesta de reforma laboral de Trabajo apuesta por el contrato fijo discontinuo para reducir la temporalidad y por prohibir despidos en empresas que se acojan a los nuevos ERTE de reducción de jornada, según El País.
  • Las patronales rechazan estas propuestas asegurando que restringen la contratación y dañarán el empleo, tras haber tildado de marxista el borrador del ministerio que apuesta por limitar la subcontratación y los contratos temporales.
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Mientras el clima de tensión entre la patronal y el Gobierno alcanza cotas inéditas en esta legislatura a cuenta de las propuestas del Ministerio de Trabajo para la derogación parcial la última reforma laboral, se siguen desvelando detalles del último borrador de reforma que el ministerio remitió a los agentes sociales, en el que se incluyen medidas para frenar la temporalidad, crear un nuevo tipo de ERTE para después de la pandemia y prohibir los despidos en las empresas que se acojan a este régimen.

En concreto, la propuesta de Trabajo incluye fomentar el contrato fijo discontinuo y restringir la contratación temporal solo a casos en los que se produzcan alzas imprevistas de producción o sustituciones, segúnEl País, que destaca que el ministerio busca que el contrato fijo discontinuo, que hasta ahora se usaba casi exclusivamente en campañas de turismo, agricultura o en la industria conservera, se emplee en temporadas estacionales de trabajo de otras profesiones.

El departamento que lidera la vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, también ha propuesto endurecer las causas por las que se pueden modificar las condiciones salariales, de jornada, de turnos o de funciones o sistemas de trabajo equiparándolas a las de los despidos colectivos, limitar la duración de las modificaciones a las de las causas que las han provocado e incorporar a los sindicatos a la negociación de esos cambios donde no haya representación legal de los trabajadores.

Además, la propuesta permite que los trabajadores afectados por estas modificaciones de condiciones de trabajo rechacen acatarlas, frente al modelo de la reforma laboral de 2012, que establece que, si los cambios perjudican al empleado, podrá abandonar su puesto de trabajo con una indemnización de 20 días por año trabajado, según el diario del Grupo Prisa.

Convenios, subcontratas y condiciones: las 4 prioridades del Gobierno para modificar la reforma laboral

Respecto a los convenios de empresa, que perderán su prevalencia sobre los sectoriales, Trabajo apuesta por limitar los cambios que pueda introducir un convenio de empresa respecto a las retribuciones y complementos salariales que se hayan acordado en convenio, además de eliminar la posibilidad de modificar la jornada laboral, permitiendo exclusivamente que se varíe la distribución por horas.

Los ERTE pospandemia mantienen la prohibición de despidos

Las medidas propuestas por el Ministerio de Trabajo para modificar la reforma laboral también incluyen al denominado Mecanismo de Sostenibilidad del Empleo (MSE), el nuevo tipo de ERTE que se aplicará de forma estructural después de la pandemia de coronavirus y que permitirá que las empresas que sufran imprevistos sobrevenidos que impidan su actividad reduzcan la jornada de sus empleados y reciban ayudas estatales para garantizar su supervivencia.

Entre sus condiciones, incluye la necesidad de aprobación de la autoridad laboral, la creación de un fondo para otorgar prestaciones o bonificaciones a las empresas que recurran a este mecanismo, que se financiará con fondos europeos, prestaciones por desempleo no utilizadas y multas por ERE a las empresas que despidan a trabajadores mayores, mientras que no contempla seguir ofreciendo a los trabajadores afectados las prestaciones adicionales de las que actualmente disfrutan.

Más allá de este cambio, el MSE mantiene la obligación de mantener el empleo y la prohibición de realizar nuevas contrataciones, horas extra o externalizaciones a las empresas que se acojan a este nuevo tipo de ERTE, aunque todavía está por definir cuáles serán las sanciones a las compañías que incumplan este compromiso, que en la actualidad implica la devolución de las bonificaciones recibidas durante el ERTE.

Estos cambios han provocado el rechazo de la patronal CEOE, que este miércoles tildó de marxistas las propuestas de Trabajo, asegurando que dañarán la contratación y el empleo, endureciendo su tono respecto a sus anteriores objeciones a la derogación parcial de la reforma laboral. Sin embargo, Yolanda Díaz ya advirtió en febrero que la patronal no tiene derecho de veto sobre esta reforma y, aunque aseguró que buscará el consenso, recalcó que podría aprobarla sin su apoyo.

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