Una planificadora de viajes para millonarios comparte lo que supone organizar viajes de 800.000 euros a lugares exclusivos

Mark Ellwood,
Jules Maury.
Jules Maury.Courtesy of Jules Maury

Décadas más tarde, Maury sigue siendo ingeniosa, conectada y práctica como directora de Scott Dunn Private, la división ultraexclusiva con sede en Londres de la empresa de viajes de lujo Scott Dunn. 

Se encarga de los viajes de las personas más ricas del mundo junto con un equipo de 4 asesores de viajes y 6 especialistas en reservas. Es una división a la que sólo se puede acceder por invitación.

Jules Maury tenía 12 años cuando hizo su primera reserva de hotel. Ella y su hermana, que entonces tenía 10 años, habían dejado el internado en Reino Unido para volar a Ginebra, donde se reunirían con sus padres. Pero no había nadie para recibirlas: el padre de las niñas, presidente de Dow Chemical, había reservado accidentalmente su vuelo para llegar al día siguiente.

Pero Maury no se inmutó. "Mi primer instinto fue subirme a un taxi y pedir que me llevaran al Beau Rivage, que era el único nombre de hotel de 5 estrellas que recordaba", cuenta Maury a Business Insider. "Y cuando llegamos allí, dije que debían llamar a Dow Chemical y que ellos pagarían la factura". 

Sus padres, preocupados, llegaron al día siguiente. "Y allí estábamos, 2 princesas, seguras, sentadas arriba comiendo del servicio de habitaciones".

Maury.
Maury.

Courtesy of Jules Maury

"No les decimos dónde poner 2 millones de euros en acciones y participaciones para obtener los mejores rendimientos; les decimos dónde gastarlos para vivir las experiencias más emocionantes", afirma.

Los clientes de Maury suelen acudir a ella por recomendación de gestores de patrimonio como Killik & Co. Maury explica que no cobra por hora sus laborares de consultoría para la planificación de viajes, como hacen algunos especialistas en viajes, sino que depende de las comisiones de los proveedores –la norma del sector es alrededor del 10% del gasto, pero apunta que puede variar–. 

Maury añade que este tipo de consideraciones nunca afectan a sus recomendaciones: valora la confianza que sus clientes depositan en ella mucho más que un poco de dinero extra.

A continuación se explica cómo es su trabajo y cómo se introdujo en el sector.

Empezó reservando vacaciones para amigos

Maury explorando rincones remotos de Nueva Zelanda en helicóptero.
Maury explorando rincones remotos de Nueva Zelanda en helicóptero.

Courtesy of Jules Maury

Maury llegó a este sector por accidente. Empezó a reservar las vacaciones de sus amigos por diversión mientras vivía en el extranjero como mujer de un ejecutivo expatriado.

Sin visado, Maury no podía trabajar donde vivían, en lugares como Australia, Vietnam o San Bartolomé, pero sus amigos acudían a ella en busca de consejo, ya que Maury había hecho muchos viajes por el mundo. En su infancia esquió en St. Moritz, pasó los veranos en el lago Como e incluso vivió en el hotel Mandarin Oriental de Hong Kong durante 3 meses.

"Estuve o viví en muchos lugares de lujo", indica. "Y se me quedó grabado lo fascinante que era viajar, ver nuevas culturas y nuevas personas, y me encantaba compartirlo con otras personas".

Esta pareja cuida casas a tiempo completo, vive en mansiones gratis y ahorra 1.500 dólares al mes en alquiler: así lo han logrado

Cuando regresó al Reino Unido a tiempo completo en 2008, Maury convirtió esta experiencia en una carrera. Mientras trabajaba en otra empresa de viajes, Andrew Dunn la contrató para su actual puesto. La entrevista se estructuró en torno a sus conocimientos sobre viajes, y le preguntaron por las experiencias que aplicaría a los distintos destinos para que un viaje destacara.

"Por aquel entonces, mis conocimientos, lo que había aprendido viajando, eran probablemente los mejores", señala. "Cuando un socio me habla de alguien con un patrimonio muy elevado, lo sé porque he vivido su vida".

Su perspectiva interna es la razón por la que muchas de las solicitudes de viajes que recibe Maury son sorprendentemente vagas. "A menudo recibo un correo electrónico de un cliente que dice: 'Ya sabes lo que nos gusta, ¿qué hacemos ahora? ¿Adónde vamos ahora?", comenta.

 

Su servicio no se limita a fletar aviones privados y áticos en hoteles de 5 estrellas. La especialidad de Maury son las experiencias que no se pueden comprar con dinero, o lo que ella llama "polvo de hadas": conseguir una reserva para una cena en el restaurante Arzak de San Sebastián, con estrella Michelin, el próximo fin de semana, cuando está reservado durante meses, por ejemplo, o conseguir una reunión con un conservador del Museo de Israel de Jerusalén para ver un facsímil de los Rollos del Mar Muerto. ("Los originales están en una cámara acorazada, debido a su fragilidad, y se necesita una autorización del gobierno para acceder a ellos", asegura Maury).

Pero incluso sus contactos tienen límites. Maury comenta que su agenda, construida a lo largo de años de viajes y contactos, está llena de cualquier persona interesante que ella cree que podría valer la pena para un viaje o una historia. "Pero no he conseguido privatizar toda la Torre Eiffel", lamenta. "Bueno, al menos hasta ahora".

La planificación de vacaciones de 6 cifras es su especialidad

Maury.
Maury.

Courtesy of Jules Maury

Entre los próximos viajes que ha planeado figuran un viaje privado en velero por las Islas Galápagos para una reunión familiar multigeneracional y otro por el Nilo para 6 mujeres que dejan a sus maridos en casa. Su guía a tiempo completo, uno de los egiptólogos más importantes del mundo, puede llevarlas a pirámides y sitios arqueológicos que normalmente están vedados a los turistas.

Otro grupo, formado por 3 mujeres y sus hijas, celebrará su graduación con un viaje a Francia, con compras privadas fuera de horario en los grandes almacenes La Samaritaine.

Hace poco organizó un viaje en superyate de 800.000 dólares (alrededor de 820.000 euros al cambio actual) para una familia durante las vacaciones, que incluía acceso especial a islas, una villa privada, picnics en la playa y buceo.

Cuando las cosas se ponen difíciles, Maury se pone en marcha

Maury en un safari.
Maury en un safari.

Courtesy of Jules Maury

El mayor valor de Maury para sus clientes es la habilidad con la que puede solucionar los problemas que surgen.

Ese fue el caso de la clienta que se alojaba este verano en el complejo turístico Amanzoe, en Grecia, cuando el hotel se incendió a causa de los incendios forestales cercanos. "La trasladamos a otro lugar en un avión privado", explica Maury.

Otra clienta suya estaba a punto de dirigirse a Bali cuando el Monte Agung entró en erupción. Se despertó con una llamada a las 6 de la mañana.

"Les pregunté: '¿Confiáis en mí?' y me respondieron que sí, así que les dije que volaran a Londres, y que cuando aterrizaran les haría saber a dónde iban", contó Maury. En pocas horas había planeado un viaje a medida en Camboya, con una cena privada en un templo prohibido y alojamiento de lujo en Amansara.

"Lo mágico fue el hecho de que aterrizaron en Londres y no tenían ni idea de adónde iban, pero lo solucionamos", asegura. "Fue una auténtica crisis, pero acabó siendo tan mágica: me aseguraron que fueron una de las mejores vacaciones que habían tenido".

La empresa cuenta con un equipo en San Diego y otro en Singapur que cubren las horas libres de Maury, pero afirma que si alguien necesita hablar con ella a altas horas de la noche o durante los fines de semana, siempre atenderá la llamada y luego utilizará sus equipos de apoyo para ocuparse del asunto.

Pero incluso a un experto planificador de viajes le faltan algunos conocimientos

Maury sigue disfrutando de la oportunidad de viajar, y pasa gran parte del año en la carretera, asistiendo a menudo a ferias de viajes de lujo como la ILTM de Cannes o la Pure de Marrakech

Cuando su equipo compró Octola en Laponia para una familia, ella no lo había visto personalmente, así que voló allí y de vuelta desde Londres en una aerolínea de bajo coste para inspeccionar el lugar con tranquilidad.

Maury reconoce que tiene algunas lagunas en sus conocimientos. Todavía no ha visitado la Antártida –un destino muy popular– ni ha pisado Japón. La experta comenta que, aunque piensa remediar ambas cosas en cuanto pueda, le encanta que haya partes del mundo que siguen siendo nuevas para ella.

Su empresa paga cuando ella está en un viaje de familiarización, ya sea un hotel o un destino, y el presupuesto depende del viaje. Ella se paga sus propios viajes, que son frecuentes, ya que asegura que su sed de aprendizaje supera el tiempo del que dispone. Además, afirma que a veces le ofrecen tarifas reducidas o servicios de hotel gratuitos, pero que no coge ningún vuelo pagado.

Sólo este año, Maury ha viajado a Lisboa (Portugal), Montenegro, Israel, Marrakech (Marruecos), Malta y Cerdeña.

El otro día alguien le preguntó: "¿Cuál es tu lugar favorito?", y le contestó sinceramente, con el corazón en la mano: "Es donde todavía no he estado".

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.