La guerra, los retrasos y la falta de transparencia disparan las dudas sobre el impacto que tendrán los fondos europeos en la digitalización y la economía

Nadia Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital.
Nadia Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital.

 REUTERS/Yves Herman

En diciembre del año pasado, la Comisión Europea aprobó el desembolso de los primeros 10.000 millones de euros de los fondos Next Generation a España. Hace tan solo unos días, el Ejecutivo comunitario autorizó el despliegue de otros 12.000 millones. El maná está cayendo del cielo. Pero las calles todavía no están mojadas.

O sí. El problema es que no se sabe. El mes pasado, la presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), Cristina Herrero, lamentaba en un curso de verano la "falta total y absoluta de información" sobre la ejecución del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que vehicula estos históricos fondos europeos.

Dentro de este Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, el Gobierno de España ha preparado el despliegue del conocido como Kit Digital, un programa para digitalizar empresas, con especial énfasis a las pymes. El pasado viernes, la ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital anunciaba que 60.000 pymes de entre 10 y 49 trabajadores ya lo habían solicitado.

"Esta era una de las primeras convocatorias y ya tenemos concedidos 18.000 bonos de digitalización. Esperamos antes de final de mes lanzar la segunda fase de este programa para empresas de entre 3 y 9 trabajadores", avanzaba Nadia Calviño. Lo hacía en el marco de la actualización de la estrategia España Digital 2025. El cambio más reseñable es que ahora se llama España Digital 2026.

Hace un año, Business Insider España exploró cuáles serían algunos de los grandes desafíos para que estos fondos europeos llegasen a cumplir sus objetivos. Desde la posible incapacidad de un tejido productivo de absorber la lluvia de millones a la idea de que faltarían funcionarios y recursos humanos para que las administraciones los gestionasen más ágilmente.

La segunda tesis es la que se está imponiendo. Lo explica en conversación con Business Insider España Carlos Balado, profesor en la OBS Business School y director de la consultora Eurocofín. Comparte los lamentos de la AIReF. Sobre el reparto de los fondos europeos hay información general. "Pero de ejecución y de gestión, no".

"Por los pocos datos que hay, lo que se sabe es que el 10% de las licitaciones se han quedado desiertas. Los contratos no pueden ejecutarse porque no hay empresas que acudan a los fondos. Por tanto, esa última fase, que tendría que ser la que funcionase de manera más ágil, no está logrando ser todo lo ágil que debiera", detalla.

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¿Esto qué implica? Si las licitaciones empiezan a quedarse desiertas y las peores tasas se dan en las comunidades autónomas, esto podría traducirse en que estas "no tienen capacidad para gestionar estos recursos". Faltan recursos humanos. La semana pasada, el diario Abc exponía que muchos funcionarios todavía no habían recibido formación para usar el programa que gestiona los fondos.

"No se sabe a día de hoy cuál es la duración media de un expediente de este tipo; si un día, dos, una semana, meses... No se sabe cuánto tiempo requiere, no se conocen estadísticas. Hay una carencia de información elemental". "No hay mucha información porque es muy difícil seguirle el relato y la pista a la gestión de los fondos. No hay transparencia", lamenta Balado.

Dudas en la eficacia de la digitalización que propone el Plan de Recuperación

Con todo, la propia Calviño exponía el viernes pasado que España se juega "mucho". "Por eso trabajamos con la máxima intensidad para que España esté claramente liderando el despliegue del Plan de Recuperación en Europa". "Gracias al Plan de Recuperación y a esta agenda España Digital, la inversión del Estado en digitalización en el periodo 2021-2022 ha multiplicado por 9 la de 2019-2020".

"El peso en nuestro PIB de las actividades digitales ha aumentado significativamente y tenemos resultados concretos en la triple dimensión de infraestructuras y tecnología, economía y personas". De hecho, ahora el Gobierno prevé, por ejemplo, que la brecha entre lo rural y urbano en cuanto a conexiones a la red desaparezca "por completo" para finales de 2025.

La digitalización es una de las patas clave de este Plan de Recuperación. Pero, a pesar del discurso del Gobierno, la preocupación empieza a cundir por el sector. Eduardo Serra, presidente de la patronal tecnológica DigitalES, reconocía la semana pasada que "la voluntad de principio es muy buena", pero dudaba de si el país tendría "la agilidad". 

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Serra, que fue ministro en varios gabinetes, recordaba que él había estado "a veces" trabajando "en ministerios" y estos tienen "una dimensión para gastar un dinero". "Muchas veces es difícil gastar el dinero que está en los presupuestos".

César Tello, director de otra de las patronales digitales, Adigital, no se adentró tanto en la agilidad o falta de agilidad que pueda haber en España al entregar y ejecutar esos fondos europeos, sino en la utilidad en sí misma del Kit Digital. "Al final darle a una empresa un bono de entre 3.000 y 12.000 euros para una digitalización básica... bueno, es un primer paso y es útil".

"Pero cuando empecemos a ver los tramos con empresas más pequeñas, que son donde se van a encajar la mayoría de fondos, veremos la capacidad que tienen. Porque muchas dirán: y ahora cómo le sacamos partido a un comercio electrónico o a tener presencia en redes sociales". "Ahí es donde creo que un acompañamiento será muy importante".

El impacto de los fondos se vuelve a aplazar

Los problemas no solo se dan en digitalización. A nivel europeo, el estallido de la guerra ha dejado un panorama muy difícil para la transición verde, la otra de las patas sobre las que se cimentan estos fondos Next Generation.

Con la inflación desbocada, Carlos Balado, de la OBS Business School y Eurocofín, incide que sumada a la falta de transparencia y a la falta de agilidad de las administraciones, los efectos multiplicadores que podía tener este maná en la economía española puede ser mucho menor del esperado.

"El Gobierno dice que hay información suficiente. Es verdad que remite de forma periódica en cuanto a cantidades autorizadas, comprometidas o transferidas. Sin embargo, si alguien quiere complementar estos datos con el gasto real, no lo encuentra. No se encuentra la ejecución que ha llegado al pie de la calle y tiene ese efecto multiplicador", destaca.

Ni Gobierno ni comunidades facilitan esa información, "y si a esto sumamos la subida de costes que se está produciendo en materias primas", desliza. "Primero, la energía: probablemente muchas empresas estén empezando a pensar que acudir a este tipo de convocatorias no les va a ser rentable".

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"Si no pueden ver cuáles van a ser los costes y asumen compromisos con las administraciones... Hay que tener en cuenta que los riesgos los asumen las compañías. Lo que se firma hoy no se sabe qué supondrá mañana, no se sabe si estos costes seguirán subiendo o si bajarán". Y con el resto de materias primas, la volatilidad es una constante.

Todo esto "enrarece", en palabras de Balado, la toma de decisiones por parte de las empresas. "Es probable que muchos de estos proyectos no les resulten ahora atractivos". "Para España, de una manera u otra, se pensó que el impacto de los fondos tendría un impacto multiplicador del 1,2". Ahora hablamos de un impacto menor del 1".

Con todo, el experto insiste en que estos fondos europeos siguen siendo "una palanca esencial" para salir de la crisis. "Siguen siéndolo para salir de la recesión". "Pero cuanto más lento se haga y más se complique el panorama, peor será la situación para que los fondos tengan este efecto". 

"Si se hubiera acelerado como entonces se esperaba que sucediera muchas empresas habrían ejecutado ya inversiones y estos programas ya estarían en marcha, ya tendrían rendimiento, tendrían impacto. Ahora, este impacto lo vamos a ver postergado al menos un año más".

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