El tren del hype de la IA sigue a toda máquina, pero mejor no preguntes dónde están sus beneficios
- Muchas empresas tecnológicas han dado a entender a sus accionistas en los últimos meses que la inteligencia artificial va a generar importantes beneficios.
- Como resultado, la tecnología que popularizó ChatGPT ha atraído miles de millones de euros de inversión. Sin embargo, todavía no está claro si la IA puede generar suficientes beneficios como para cumplir con las expectativas.
Al igual que ocurrió con los yacimientos de oro de las colinas de California en el siglo XIX en Estados Unidos, la inteligencia artificial ha desatado su propia fiebre en el siglo XXI, en la que no están faltando buscadores de tesoros modernos que están cavando para obtener riquezas.
Mustafa Suleyman, cofundador de compañías como DeepMind (ahora propiedad de Google) e Infection AI, y actual responsable de la división de IA de Microsoft, citó el año pasado un estudio según el cual la inteligencia artificial generativa estaba "a punto de explotar", con unos ingresos que en 2032 se espera que superen el billón de dólares. En 2022, esa cifra era "solo" de 40.000 millones.
Las expectativas de que el boom de la IA genere mucho dinero son absurdamente altas, lo que ayuda a explicar por qué el tren del hype que ha creado esta tecnología sigue funcionando a toda máquina. La cuestión es que no está ni remotamente claro de dónde va a venir en realidad el retorno de la inversión.
Esta semana han surgido nuevos interrogantes con respecto a si las tecnológicas van a poder justificar los elevados gastos de capital y las altísimas valoraciones que ha propiciado la inteligencia artificial, ya que varias empresas han tenido que defender una vez más los supuestos beneficios que les ofrece esta tecnología.
Rentabilidad frente al bombo y platillo
Este mismo martes, Google ha presentado sus resultados financieros correspondientes al segundo trimestre de 2024 y ha dado muestra una vez más de que su apuesta por la IA todavía no ha tenido un impacto significativo.
Aunque los ingresos de la tecnológica han aumentado hasta superar los 78.000 millones de euros en el trimestre de abril a junio, frente a los 68.700 millones del mismo periodo del año anterior, ejecutivos como Sundar Pichai o Philipp Schindler se han tenido que esforzar a la hora de darles a los inversores datos concretos sobre cómo está contribuyendo la inteligencia artificial a sus finanzas.
Tal y como ha publicado Business Insider, una pregunta de los accionistas sobre las tasas de clics y la monetización de la función que resume los resultados de búsqueda de Google gracias a la IA —la misma función que recomendó añadir pegamento a la pizza— ha obtenido esta semana una respuesta bastante confusa.
"Hemos empezado de forma conservadora, centrados en la calidad, asegurándonos de que las métricas son saludables y así sucesivamente, pero nos verás ampliar los casos prácticos a su alrededor", afirmaba Pichai, director ejecutivo de Google.
Para los inversores, esta afirmación probablemente fue difícil de entender, ya que la inteligencia artificial ha empujado a la firma de Mountain View a aumentar costes. Su gasto de capital en este trimestre casi se ha duplicado de forma interanual, hasta los 11.900 millones de euros, un dinero que se ha invertido en microchips y en la tecnología informática necesaria para impulsar la IA.
Caída de las acciones
El CEO de Google ha demostrado tener otra forma de abordar las preocupaciones de los accionistas. "El riesgo de no invertir lo suficiente es mucho mayor que el riesgo de invertir demasiado", apuntaba Pichai, ya que Alphabet —la matriz de Google— está "en la etapa inicial de una era muy transformadora".
Los inversores no están tan seguros.
La cotización de la tecnológica cayó un 5% este miércoles, a raíz de que se produjese una venta masiva de acciones en un mercado que hasta ahora ha estado impulsado por el entusiasmo abrumador por la inteligencia artificial. Los resultados que ha presentado Tesla esta semana, con un desplome importante de los ingresos netos, también han pesado sobre el desempeño de las acciones tecnológicas.
También han surgido estos días dudas similares en torno a la brecha entre los beneficios promete la IA y la expectación que existe en torno a esta tecnología en el campo de las startups.
Aunque los accionistas suelen conceder más tiempo e indulgencia a las compañías más jóvenes, está claro que muchas startups de inteligencia artificial están alcanzando valoraciones que representan múltiplos muy superiores a los beneficios que están obteniendo, sin garantías de que esos beneficios aumenten lo suficiente en el futuro.
Este mismo miércoles, The Information publicó que OpenAI, la desarrolladora de ChatGPT, podría ir camino de perder hasta 4.600 millones de euros en 2024, basándose en un análisis de sus costes, incluidos los gastos de funcionamiento y entrenamiento de grandes modelos lingüísticos —LLM, por sus siglas en inglés— que se esconden detrás de las herramientas de IA de la empresa.
Sería una situación dramática para la startup respaldada por Microsoft, que ya ha recaudado miles de millones de euros en acuerdos empresariales y ha sido valorada en torno a los 73.600 millones de euros.
Cohere, otra compañía de inteligencia artificial con sede en Toronto, Canadá, y fundada por exempleados de Google en el 2019, anunció este lunes una nueva ronda de financiación por valor de 460 millones de euros, lo que sitúa su valoración total alrededor de los 5.000 millones. Eso la convierte en una de las startups de IA mejor valoradas del mundo.
También la convierte en una organización que cuenta con una valoración que supera con creces el dinero que gana. Según ha podido constatar este mismo medio de comunicación, Cohere, que ofrece LLM a otras empresas, logró registrar el pasado mes de marzo unos ingresos anuales de entorno a 32 millones de euros.
En ese sentido, eso sería una buena señal para la startup, ya que sus ingresos se han triplicado desde finales de 2023, pero también sería justo suponer que sus beneficios han crecido todavía más desde entonces.
Si se asumiese que el crecimiento se ha producido al mismo ritmo desde principios de año, sin embargo, la valoración de 5.000 millones de euros que se aseguró la compañía esta semana seguiría superando con creces el dinero que está generando.
Además, Cohere ha despedido a una veintena de trabajadores después de que se haya producido el incremento de su valoración, tal y como revelaba este miércoles la revista Fortune.
"Con nuestra última ronda de financiación en marcha, tenemos una visión clara para el futuro de Cohere, lo que ha requerido una cierta realineación interna", ha señalado a Business Insider un representante de la startup que ha hecho referencia a los despidos.
"Seguiremos contratando gente agresivamente mientras trabajamos para ofrecer a las empresas las soluciones de inteligencia artificial multilingüe más precisas, seguras y privadas del mercado".
Este martes, otra startup —Harvey— anunció una ronda de financiación de más de 90 millones de euros liderada por el brazo de capital riesgo de Alphabet, Google Ventures, lo que ha hecho que su valoración se sitúe ahora por encima de los 1.300 millones.
Grandes expectativas
A través de su blog oficial, Winston Weinberg y Gabriel Pereyra, que fundaron Harvey como una startup que ofrece servicios de inteligencia artificial generativa al sector legal, han indicado que sus ingresos anuales recurrentes también se han triplicado desde su última recaudación de fondos (que tuvo lugar en diciembre).
Por aquel entonces, la cifra rondaba los 9 millones de euros, tal y como recogió previamente The Information. Eso implica que los ingresos de la startup serían ahora de en torno a 27 millones de euros, lo que supondría que su valoración sería 30 veces mayor y que pone de relieve lo altas que están las expectativas para compañías como Harvey.
Queda por ver si estas startups pueden generar unos beneficios que justifiquen el bombo que se les ha dado a sus servicios. El año pasado, el veterano inversor de capital riesgo Vinod Khosla sugirió que la mayoría de las empresas emergentes estaban sobrevaloradas y que la mayoría de las inversiones en IA iban a "perder dinero".
Quienes invierten en inteligencia artificial solo pueden esperar a que Khosla se equivoque.
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