4 trucos psicológicos que usan las tiendas y los comercios para que gastes más dinero, y cómo no caer en ellos

Una mujer joven, de compras en una tienda

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  • Las empresas tienen todo tipo de trucos para hacerte gastar dinero en cosas que no necesitas, pero puedes evitar caer en la trampa si aprendes cómo lo hacen.
  • Si alguna vez has comprado algo porque lo ha usado un influencer (prueba social), porque temías que se agotase durante la pandemia (principio de escasez) o para conseguir gastos de envío gratis (aversión a la pérdida), ya has caído en alguno de ellos.

Llevamos unas semanas de año nuevo y es un buen momento para hacer balance de los objetivos financieros y de cómo crear mejores hábitos para alcanzarlos.

Uno de mis objetivos es reducir los gastos innecesarios. Aunque he evitado en gran medida la tentación de las rebajas navideñas, he hecho algunas compras impulsivas que han hecho mella en mi cartera. Todos hemos tenido nuestros momentos de debilidad a la hora de comprar, y no es culpa nuestra: hay toda una industria dedicada a conseguir que gastemos dinero, aunque no sea nuestra intención.

¿Cuál es la solución? Aprender los principios psicológicos que rigen estas estrategias de marketing y ganarles en su propio juego. Aquí tienes 4 principios psicológicos que puedes utilizar para reducir el gasto innecesario.

1. La prueba social

En psicología, la prueba social se refiere a la idea de que las personas adaptan sus comportamientos para emular a otras personas. 

Por eso los influencers consiguen que compremos 6 tubos de máscara de pestañas o el mismo pintalabios de Revlon que aparece una y otra vez en tu página 'Explorar' de Instagram. Ver a otras personas utilizar un producto con éxito y hablar de sus beneficios nos impulsa a querer emularlas.

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Lo he visto en acción muchas veces: así es como acabé con un cajón lleno de productos de cuidado de la piel de The Ordinary que probablemente no acabaré pronto. Cuando te inundan las redes sociales con publicaciones que promocionan el mismo producto una y otra vez, es tentador ceder y comprarlo. Sobre todo cuando está a solo unos clics de distancia.

¿Qué se puede hacer al respecto? Yo, por mi parte, he dejado de ver vídeos de YouTube de reseñas de productos, a menos que se trate de algo que realmente necesite. También me mantengo alejada de la página 'Explorar' de Instagram, donde los influencers pregonan constantemente los milagros de los productos para el cuidado de la piel. Saber qué desencadena tus hábitos de compra impulsiva es el primer paso para abordarlo.

2. El sesgo de anclaje

El sesgo de anclaje se refiere a nuestra tendencia a basarnos en la primera información que se nos presenta para tomar una decisión

Cuando compramos, el anclaje puede distorsionar nuestra capacidad de valorar con precisión un producto al centrar nuestra atención en el precio original frente al precio de venta. Al ver la diferencia de precio, podemos pensar que estamos haciendo un buen negocio y, por tanto, es más probable que compremos un artículo.

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En este caso, es importante recordar lo que vale un artículo y no lo que nos ahorramos con el precio de oferta. Hace poco caí en esta trampa con una oferta de Amex [las tarjetas American Express incluyen recompensas de bonificación o descuentos a través de un programa] y realicé una compra simplemente porque el descuento la hacía más apetecible. 

Sin embargo, en realidad no estaba ahorrando dinero porque seguía gastando más en un artículo de lo que valía intrínsecamente. Ten esto en cuenta y evita caer en la trampa de comparar precios pasados y presentes.

3. El principio de escasez

El principio de escasez es técnicamente un principio económico, pero explica un aspecto crucial del comportamiento del consumidor que lleva a gastar más de la cuenta

Los consumidores son más propensos a comprar artículos cuya oferta perciben como menguante. Esta es una de las razones por las que las estanterías de los supermercados estaban vacías en los primeros días de la pandemia. Muchos consumidores se enteraron por las noticias de la escasez de papel higiénico y pasta y se apresuraron a comprarlos antes de que se agotaran por completo.

Los minoristas utilizarán el principio de escasez para convencer a los consumidores de que compren artículos haciendo hincapié en la escasez de existencias o en las ofertas por tiempo limitado.

 

Esta es la solución: recuerda que la mayoría de las cosas se reponen rápidamente y que las rebajas volverán. No dejes que las rebajas dicten tus compras; en lugar de eso, programa la compra de artículos de primera necesidad en función de las rebajas.

4. Aversión a la pérdida

¿Alguna vez has comprado algo por Internet y has gastado más dinero del que pensabas solo para conseguir el envío gratuito? Puede que se trate de aversión a la pérdida. 

Según este principio de comportamiento, el impacto negativo de perder dinero se percibe como peor que el de ganar esa misma cantidad. Es preferible 'ganar' gastos de envío gratuitos añadiendo más artículos a la cesta que 'perder' dinero en gastos de envío.

Definitivamente, he estado en esa situación, acumulando cosas y gastando más de lo que necesitaba porque tenía más sentido gastar dinero en artículos que en el envío. 

Al reconocer este hábito, puedes replantearte si el gasto extra merece la pena. Tal vez, después de todo, no necesites hacer ese pedido a Target o Amazon y, en su lugar, puedes entrar en una tienda para hacer tu compra de 20 euros. La recibirás más rápido y evitarás los gastos de envío.

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