Los turistas espaciales asumen el riesgo de morir en el viaje, como parte de un "experimento", ya que las agencias no han regulado aún este ámbito

Grace Kay,
Virgin Galactic founder Richard Branson and Blue Origin founder Jeff Bezos.
Virgin Galactic/REUTERS/Clodagh Kilcoyne/File Photo
  • Este mes, los multimillonarios Jeff Bezos y Richard Branson han participado en vuelos suborbitales.
  • Los expertos en derecho espacial han asegurado que los titulares de billetes vuelan bajo su propio riesgo y, por su lado, las agencias federales no planean regular dichos vuelos hasta al menos 2023, para dar a las empresas libertad para innovar.
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Cuando los multimillonarios Jeff Bezos y Richard Branson despegaron hacia el espacio, representó el amanecer del turismo espacial para muchos, aunque los expertos aseguran que la industria está lejos de estar preparada para llegar a las masas.

Actualmente, no existen regulaciones para los vuelos espaciales de Blue Origin y Virgin Galactic en lo que respecta a cualquier ámbito, desde la seguridad de los pasajeros hasta el tráfico aéreo y la contaminación ambiental. Los expertos en derecho espacial han explicado a Business Insider que la industria aún es demasiado nueva para estar fuertemente regulada y que las agencias federales probablemente tardarán muchos años en desarrollar políticas para hacer que los viajes al espacio sean tan seguros como un vuelo por todo el país.

La Administración Federal de Aviación (FAA) tiene la autoridad para regular los viajes comerciales al espacio exterior a través de su Oficina de Transporte Espacial Comercial, pero el Congreso de Estados Unidos ha impuesto una moratoria hasta 2023 en la regulación de la industria.

Frans Von der Dunk, profesor de derecho espacial en la Universidad de Nebraska-Lincoln (Estados Unidos), ha agregado a Business Insider que el gobierno está intentando proteger la industria en su infancia para que innovadores como Bezos, Branson y el CEO de SpaceX, Elon Musk, puedan tener la libertad de desarrollar nueva tecnología y prueben tantos vuelos como sea posible, sin restricciones por las estrictas regulaciones gubernamentales.

Tal y como están las cosas, las personas que actualmente compran boletos de turismo espacial deben firmar un documento de consentimiento informado y una serie de exenciones que eximen a las empresas de la responsabilidad si los titulares de los billetes resultan heridos o mueren. 

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Los portavoces de Blue Origin y Virgin Galactic no han respondido a una solicitud de comentarios. Aun así, Ram Jakhu, director del Instituto de Derecho Aéreo y Espacial de McGill (Estados Unidos), ha asegurado a Business Insider que quienes compran boletos para los vuelos de Blue Origin y Virgin Galactic reconocen su participación en un experimento y no se clasifican como "pasajeros", sino como "participantes de vuelos". 

Von der Dunk ha agregado que, si bien las empresas de turismo espacial no se harán responsables de las lesiones o muertes sufridas por los participantes del vuelo, las empresas están sometidas a altos estándares cuando se trata de terceros en tierra. Los grupos están sujetos a revisiones exhaustivas antes de cada vuelo para asegurarse de que las naves espaciales no causarán ningún daño a transeúntes inocentes en su salida o reentrada al área de lanzamiento.

"La seguridad de los pasajeros no está bajo consideración durante las revisiones", ha concretado Von der Dunk. "Saben que están participando en algo arriesgado. La principal preocupación de los reguladores es que ningún tercero se vea afectado".

Si hay demasiadas muertes, las agencias podrían intervenir

Si bien los vuelos no estarán regulados hasta al menos 2023, Jakhu ha afirmado que las agencias federales podrían intervenir antes si hay una serie de muertes. Además, cree que la industria no estará regulada hasta que ocurra un accidente grave.

"No importa cuán competentes sean las empresas, lo que puede salir mal, saldrá mal", ha detallado. "Estoy seguro de que algún día pronto habrá un accidente. El cohete de Blue Origin son esencialmente 4 personas sentadas sobre una bomba y ocurren accidentes".

En 2014, investigadores de seguridad federales intervinieron después de un accidente fatal de Virgin Galactic durante un vuelo de prueba. La compañía fue acusada de arreglar su dispositivo de descenso con rotura de aire, que se había desplegado demasiado pronto durante el vuelo.

A medida que el turismo espacial se vuelva más popular, la FAA también tendrá que encontrar una forma de regular el tráfico aéreo para que no entre en conflicto con los horarios de los aviones. La industria también se verá obligada a estudiar las regulaciones con respecto a la contaminación del aire de las naves espaciales.

Jakhu y Von der Dunk han añadido que recomendarían a los titulares de billetes que busquen adquirir un seguro de vida antes de una gira espacial, aunque las pólizas podrían ser más caras que el boleto de avión, debido al riesgo que implica el lanzamiento de un cohete.

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