"Están bombardeando por todos lados": los refugiados ucranianos relatan el infierno del que han escapado y recuerdan a los que han tenido que dejar atrás
- A pie, en autobús y en tren, miles de personas han abandonado sus hogares a causa de la cruel guerra e injustificada que Vladímir Putin ha desatado en su país.
- Buscan refugio en un lugar seguro lejos del ruido de los bombardeos y los disparos. Pero muchos se han marchado dejando atrás a seres queridos que no saben cuándo volverán a ver.
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Los ojos de Viktoria Lisianska se llenaron inmediatamente de lágrimas cuando Business Insider le pregunta si alguien de su familia sigue al otro lado de la frontera, en Ucrania. "Sí, mis padres", responde. "Les rogué que vinieran con nosotros", pero no quisieron marcharse.
"Tuve que irme porque tenía que salvar la vida de mi hijo", explica.
Sentada en una cama dentro de un centro comercial convertido en un centro de tránsito de refugiados en la localidad polaca de Korczowa, parece agotada y alerta a la vez, como si no pudiera creer que por fin está en un lugar seguro.
Lisianska, de 36 años, huyó con su hija y su sobrina de Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, que las tropas rusas han atacado indiscriminadamente con un incesante bombardeo de artillería, misiles y proyectiles. La escuela de su hija fue bombardeada, explica, y ya no existe. Las ventanas de su casa en Járkov también fueron destrozadas en medio de la embestida rusa.
"Están bombardeando escuelas... Están bombardeando por todas partes, simplemente por todas partes", relata Lisianska sobre los militares rusos. Estaba de camino a Berlín, sin saber cuándo podrá volver a Ucrania.
Su historia es similar a la de muchos de los millones de ucranianos que han huido de su país.
Han pasado por un infierno. Han dejado atrás a su familia, y están aterrorizados de no volver a verla.
Han viajado durante horas y horas para ponerse a salvo en Polonia, Hungría y otros países vecinos mientras los ataques rusos masacran a los civiles y destrozan las infraestructuras. Muchos se preguntan al cruzar la frontera si ya están realmente a salvo.
A pie, en autobús y en tren, han abandonado sus hogares debido a la guerra injustificada del presidente ruso Vladímir Putin en su país. Rusia ha atacado repetidamente zonas civiles de Ucrania, bombardeando hospitales y teatros, matando a mujeres embarazadas, niños y periodistas en el proceso. La guerra sólo lleva unas semanas, y Rusia ya ha sido ampliamente acusada de crímenes de guerra.
Más de tres millones de ucranianos se han marchado desde que Rusia atacó su país a finales de febrero. Aunque podría pasar algún tiempo antes de que puedan volver a casa, varios ucranianos en Polonia han asegurado a Business Insider que no quieren solicitar el estatus de refugiado.
Yulia, una peluquera de 30 años de una ciudad cercana a Kiev, se ha llevado su equipo de peluquería consigo en el angustioso viaje a Polonia. Se dirige a Alemania. Como muchos de los refugiados ucranianos con los que ha hablado Business Insider, sólo ha dado su nombre de pila.
No quiere que la vean como una refugiada, explica, mientras coloca las brillantes herramientas de su profesión en su cama del centro comercial de Korczowa. Sólo quiere trabajar. Yulia llora mientras cuenta que sus padres siguen en Ucrania y que ella ha huido del país sin nadie de su familia.
Los hombres de entre 18 y 60 años no pueden salir de Ucrania mientras dure la guerra. El padre de Yulia tiene 59 años y, por lo tanto, no puede salir del país, y su madre no se quiere ir sin él.
Muchos ucranianos de edad avanzada se han negado a marcharse o tienen dificultades para huir debido a sus limitaciones. Y también hay quienes no pueden irse porque ahora viven en territorio ocupado por Rusia.
En declaraciones a Business Insider, momentos después de entrar en Polonia por el paso fronterizo de Medyka, Alyona, de 33 años y originaria de Kiev, explica que espera volver a Ucrania dentro de dos meses porque su abuela, de 87 años, está atrapada en una zona cercana a Sumy, una ciudad asediada en el noreste del país.
"Es muy difícil marcharse", confiesa Alyona, añadiendo que mantiene el contacto con su abuela todos los días y que pide constantemente a los vecinos que la vigilen.
"Por eso debemos y queremos volver, porque la dejamos allí", señala.
En los últimos años, ha aumentado la preocupación por la xenofobia y el racismo en Polonia, y los grupos de derechos humanos han criticado el trato que el Gobierno polaco da a los inmigrantes. Pero la nación de Europa del Este ha abierto rápidamente sus puertas a los refugiados ucranianos. Aunque ha habido denuncias de discriminación hacia personas de color en Ucrania cuando intentaban salir, las autoridades polacas afirman que están dejando entrar a todo el mundo, independientemente de su nacionalidad.
Más allá de la respuesta del Gobierno, muchos polacos también se ofrecen como voluntarios en los pasos fronterizos, estaciones de tren y otros centros de tránsito de su país a medida que llegan más y más ucranianos. Les ofrecen gratuitamente comida, agua, tarjetas SIM, pañales, cochecitos, atención médica, servicios veterinarios y mucho más.
Gente de todo el mundo ha acudido a Polonia para ofrecerse como voluntarios y ayudar en lo que el comisario de la Agencia de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, ha calificado recientemente como "la crisis de refugiados que más rápido ha crecido en Europa desde la Segunda Guerra Mundial".
En cualquier caso, algunos voluntarios comentan a Business Insider que les vendría bien más ayuda del Gobierno y de las ONG que cuentan con los recursos y la experiencia necesarios para gestionar una crisis de esta envergadura. Según las últimas cifras de la ONU, casi dos millones de ucranianos han entrado en Polonia desde que comenzó la guerra, mucho más que en cualquier otro país.
Maciej Konieczny, miembro del parlamento polaco del partido Lewica Razem (Izquierda Unida), asegura a Business Insider que Polonia necesitará apoyo financiero para hacer frente a la afluencia masiva de refugiados. "Nuestro Gobierno no es muy bueno en logística compleja", afirma durante una entrevista en Varsovia. "Básicamente, necesitamos mucho dinero", prosigue, y añade que los países occidentales también tienen que ayudar a acoger a más refugiados, incluidos Estados Unidos y el Reino Unido.
El Gobierno británico se ha enfrentado a numerosas críticas por no tomar medidas más rápidas para permitir la entrada de más refugiados ucranianos en el país.
El pasado martes, el presidente estadounidense, Joe Biden, firmó una ley de financiación gubernamental que contempla 13.600 millones de dólares en ayuda de emergencia para Ucrania, incluyendo miles de millones en asistencia humanitaria y económica.
Más de 4.000 millones de dólares de esa ayuda se destinarán a "las graves necesidades humanitarias de los cientos de miles de refugiados que han huido de Ucrania o se han desplazado dentro del país", según consta en una hoja informativa del Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes.
Cerrar el cielo
Los ucranianos en Polonia agradecen el apoyo que han recibido tanto de la población local como de países de todo el mundo, incluido Estados Unidos. Pero al mismo tiempo piden al mundo que haga más para ayudar a terminar la guerra.
El mantra de muchos ucranianos estos días es que hay "cerrar el cielo". Quieren que la OTAN establezca una zona de exclusión aérea en Ucrania.
"Necesitamos apoyo militar", afirma Lisianska. "Necesitamos cerrar el cielo".
El ejército ucraniano está luchando bien y "matará a todos los rusos", subraya Lisianska, pero Ucrania necesita ayuda con "bombas que vengan del cielo".
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha pedido en repetidas ocasiones la creación de una zona de exclusión aérea, por ejemplo en un emotivo discurso ante el Congreso de Estados Unidos el pasado miércoles.
Pero la OTAN y Estados Unidos han dejado claro que se oponen a una zona de exclusión aérea, porque exigiría que la OTAN derribara aviones de guerra rusos y se arriesgaría a una escalada catastrófica.
La feroz resistencia de Ucrania ha dificultado el avance ruso. Más de 7.000 soldados rusos han muerto en la guerra, que tiene menos de un mes, según las estimaciones de Estados Unidos. Para tener una perspectiva, 2.461 soldados estadounidenses murieron en Afganistán en el transcurso de los 20 años de guerra de Estados Unidos en ese país.
Creemos en nuestros hombres
Las probabilidades siguen estando en contra de Ucrania en muchos aspectos, y la Administración Biden ha expresado su creciente preocupación por la posibilidad de que Putin utilice armas químicas u otras armas de destrucción masiva, a medida que se impacienta por la falta de progreso del ejército ruso sobre el terreno.
Incluso en estas circunstancias, muchos ucranianos siguen siendo optimistas sobre el resultado de esta guerra.
Ivan, de 53 años, un veterano ucraniano que habla con Business Insider desde el paso fronterizo de Rava-Ruska, de camino a Ucrania y con la intención de unirse a la lucha, dice que no tiene "ninguna duda" de que Rusia perderá la guerra.
Katerina Kompaniets, de 34 años, que viajó a Polonia con otros siete miembros de su familia desde Zaporizhzhia, confía en que Ucrania ganará y que incluso recuperará el control del territorio en el este de Ucrania que está en manos de los rebeldes prorrusos desde 2014. Su marido luchó ese año en Donetsk, un territorio separatista que Putin reconoció recientemente como independiente.
"Creemos en nuestros hombres", asegura Kompaniets.
Marta Yatsenko prestó servicios de traducción en Polonia.
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