La UE podría sancionar a los fabricantes de coches con multas de hasta 3.000 millones de euros, según un estudio de Deloitte

Un total de 10 grandes fabricantes del mundo del automóvil se podrían enfrentar a sanciones millonarias por sobrepasar los límites de emisiones CO2. La Unión Europea (UE), en calidad de fiscal, podría reclamar a las compañías hasta 400 millones de euros en 2020 y alrededor de 3.300 millones en 2021, según ha señalado la consultora Deloitte en su último informe

La auditora de gestión no ha querido revelar los nombres de los fabricantes que podrían enfrentarse a la Justicia europea, pero sí ha concretado el motivo del litigio. En 2019, los nuevos automóviles de la UE emitieron 108 gramos de CO2 por kilómetro; pero este año, con la nueva normativa, el límite se sitúa en 95 —excepto coches grandes y pesados, que pueden emitir un poco más— y permite a las firmas dejar fuera del cálculo a un 5% de su flota —normalmente, los vehículos más contaminantes—.

A partir de 2021 la situación será todavía más crítica para las compañías: multas de 95 euros por cada gramo encima del límite de CO2 y cada automóvil vendido. El objetivo es reducir gradualmente los límites y aumentar las multas por sobrepasarlos, dada la sensibilidad de la Comisión Europea en la lucha contra el cambio climático. Su nueva presidenta, Ursula von der Leyen, ya ha señalado varias veces el compromiso de su equipo con el Green New Dealy el Régimen de comercio de derechos de emisión de la UE (RCDE UE), mucho más ambicioso desde su última modificación. 

Leer más: Cómo lograr la descarbonización de la economía europea para 2050

Más límites de cara al futuro

Para 2030, la UE reducirá gradualmente el límite a 59 gramos. Además, se espera que este año se cumpla la cuota de que uno de cada diez vehículos en funcionamiento (11%) sea híbrido enchufable o coche eléctrico, esperando así cumplir el margen de uno de cada tres (34%) para el año 2026, siempre según el informe de Deloitte. Por otro lado, los vehículos SUV —todoterrenos ligeros— aumentarían hasta ser casi la mitad del total de la flota (41%) debido a sus "altos márgenes de beneficio", según el consultor Thomas Schiller.

Leer más: Las aerolíneas están quemando miles de litros de combustible en aviones 'fantasmas' vacíos para mantener sus franjas de vuelo durante la crisis del coronavirus

Schiller, al frente de los trabajos automovilísticos de Deloitte, asegura que "la pérdida de rentabilidad [asociada a la contaminación] sólo se puede evitar de forma limitada". A sus ojos, a día de hoy "los fabricantes sólo tienen dos opciones: pagar multas millonarias por emitir CO2 o vender coches eléctricos a un precio en el que ganan poco o ningún dinero", en referencia a las rebajas impuestas por la normativa de emisiones de la UE. 

"La venta de los coches eléctricos seguirá siendo un negocio subsidiario hasta que suponga más dinero para los fabricantes", zanjó Schiller.

Leer más: Esta animación muestra lo grande y contaminante que es la conocida como 'gran isla de basura' que flota por el Océano Pacífico

El Pacto Verde europeo

Uno de los primeros compromisos que llevó a cabo el Ejecutivo de Von der Leyen fue aprobar el llamado Pacto Verde europeo en sus primeras dos semanas de gobierno. Se trata de una hoja de ruta que plasma el camino de la UE para eliminar todas las emisiones de CO2 de cara al año 2050, convirtiendo a Europa en el primer continente neutral (climáticamente hablando).

Es decir, que el balance entre el CO2 emitido y el absorbido por la atmósfera resulte en un 0% de emisiones. Para hacerlo, el Gobierno encarecerá el precio del carbono hasta el 55% para el año 2030, incluirá al sector marítimo en el sistema de comercio de emisiones y suprimirá progresivamente los privilegios de las aerolíneas; en el largo plazo se hará lo mismo contráfico y construcción.

Leer más: Salón del Automóvil de Ginebra 2020

También subirá su precio en las fronteras de la comunidad europea. Véase de esta manera: en todo el planeta, por cada 10 gramos de carbono que van a la atmósfera, uno sale de Europa y 4 salen de Estados Unidos y China, por lo que la Comisión asume "una competencia injusta" entre las tres potencias. Imprimiendo un impuesto al carbono, Europa espera incrementar sus beneficios sin dañar su huella ecológica.

Además, Von der Leyen ha prometido equiparar las restricciones climáticas de los países en función de si están o no "rezagados" debido a su economía, proteger el entorno natural de la UE y convertir el Banco de Inversiones en una especie de "banco climático" que dirija operaciones destinadas al clima y la sostenibilidad medioambiental.