Las últimas grandes ventas de ladrillo reducen la ratio de activos tóxicos de la banca española hacia la media europea

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La banca española sigue tratando de soltar lastre de sus cuentas y sanear los activos que tiene en cartera, sobre todo, los relacionados con el ladrillo. Los datos del primer trimestre de la Autoridad Bancaria Europea (conocida por sus siglas en inglés como EBA) muestran que la ratio de activos improductivos ha bajado en el primer trimestre de 2018 hasta el 3,85% frente al 4,53% registrado en el trimestre previo.

La reducción es aún mayor si observamos los datos de un año antes cuando la ratio se situaba en el 5,5% registrado en el primer trimestre del año pasado. De esta forma se acerca a la media de los bancos de la UE. En el camino entre los dos periodos de tiempo, se han producido grandes ventas de activos carteras inmobiliarias.  

Destaca en junio de 2017, la caída de Banco Popular y su intervención por parte de la Junta Única de Resolución. Popular acabó siendo vendido a Banco Santander por un euro lastrado por las dudas sobre sus activos. Uno de los grandes problemas de Popular era precisamente la calidad de sus activos y su alta exposición al ladrillo.

En el proceso de compra, Santander tuvo que realizar una ampliación de 7.000 millones de euros para sanear el balance. Además, Santander llegó a un acuerdo con Blackstone pare vender el 51% de la cartera de activos inmobiliarios adquiridos a Popular. 

No ha sido la única gran operación en el último año, en este camino también se han ido dando a conocer acuerdos con fondos u otros actores para vender grandes paquetes de este tipo. BBVA anunció un acuerdo con Cerberus a finales de 2017 para que el fondo se quedará el 80%, desembolsando 4.000 millones euros.

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La operación estuvo a punto de descarrilar por la situación de inestabilidad generada en Cataluña por el 1-O dado que casi la mitad de la cartera que se encontraba en Catalunya, un 8% a Madrid y un 5% a Valencia (en valor bruto contable). Con ella, la entidad buscaba deshacerse de parte de los activos que habían entrado en su balance al comprar algunas de las cajas intervenidas por el Estado.

En 2012, BBVA había comprado Uninn (nombre bajo el que se englobaban la caja de Sabadell, Terrasa y Manlleu) y posteriormente, en 2015 también se hizo con Catalunya Caixa tras haber sido intervenidas por el Estado a través del FROB.

La crisis financiera española se ha saldado con la resolución de las cajas de ahorro que vivieron los excesos del crédito inmobiliario y que acabaron quedándose con un balance con un gran peso de ladrillo tóxico. Esta resolución y venta a otros bancos, ha hecho que parte de los deberes de la banca pasen por limpiar sus cuentas de este tipo de activos y créditos inmobiliarios. 

Los últimos datos de la EBA muestran que van por el buen camino y se acercan a la media de la Unión Europea. La ratio de activos media a cierre del primer trimestre se situa en el 3,12%. La EBA analiza 156 bancos del área, que cubren el 80% del sector por activos. 

Retos de futuro 

"Los bancos españoles han doblado durante la crisis su base de capital, cumpliendo ampliamente los objetivos fijados por las autoridades. Esto ha permitido adelantarse al resto de los países tanto en el proceso de consolidación del sector en Europa como en su saneamiento", señala José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Bancaria Española.

"También es uno de los sectores más rentables en Europa, aunque aún por debajo del coste de capital. La rentabilidad y la solidez de nuestros bancos son fundamentales para reforzar su elevada eficiencia, tanto en términos de procesos internos como en proporcionar el mejor servicio y financiación a familias y empresas", añade el experto al analizar las cifras. 

"Los retos a futuro para nuestros bancos pasan por seguir mejorando su rentabilidad en un entorno de tipos de interés oficiales nulos, enfrentarse de forma exitosa a la transformación digital que piden los clientes y reforzarse frente a la competencia, bancaria y de los nuevos operadores financieros no bancos, en un entorno regulatorio difícil y hasta cierto punto incierto", añade Campuzano. 

Los datos conocidos este jueves dos de agosto corresponden al primer trimestre del año. Posteriormente a esa fecha se han ido conociendo otras operaciones en las que la banca ha ido vendiendo parte de su cartera inmobiliaria por lo que la cifra es probable que se reduzca en los siguientes resultados. 

CaixaBank anunció a finales de junio que había acordado traspasar a Lone Star el 80% de su negocio inmobiliario, compuesto por Servihabitat y por los activos inmobiliarios existentes a octubre de 2017 y clasificados como disponibles para la venta. Según informó la entidad en un comunicado, el valor bruto de los activos inmobiliarios a esa fecha era de aproximadamente 12.800 millones (y un valor neto contable aproximado de 6.700 millones).

Por su parte, Sabadell también anunció el 19 de julio que llegaba a un acuerdo con Cerberus para venderle una cartera valorada en 9.100 millones de euros. 

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