Amagos de colisión, grandes columnas que no detecta y errores en desvíos de carretera: los vídeos de la última actualización de la conducción autónoma de Tesla no inspiran mucha confianza

Interior de un Tesla.
Interior de un Tesla.Reuters
  • Tesla lanzó este mes la última versión de su beta de conducción autónoma completa tras un largo retraso.
  • Los probadores de la versión beta empezaron a publicar inmediatamente clips del sistema de asistencia al conductor. 
  • El software es impresionante y avanzado, pero sigue metiendo a los conductores en situaciones peligrosas. 
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A principios de este mes, Tesla lanzó la esperada actualización de su software de conducción autónoma para los probadores beta. Se trata de una versión interesante, pero esta aún no consigue que los coches sean autónomos. 

El fabricante de vehículos eléctricos dio acceso por primera vez a la tecnología de preproducción en octubre, y esta ahora está en manos de un par de miles de fieles propietarios de Tesla. La nueva tecnología toma el actual sistema de asistencia al conductor de Tesla, que ya ha demostrado ser adecuado en contextos previsibles como grandes carreteras, y añade la capacidad de automatizar las tareas de conducción en calles algo más complicadas.

Los vídeos del nuevo y mejorado software demuestran que puede sortear algunas situaciones de conducción difíciles, pero también hay muchos fallos peligrosos

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En un vídeo, un conductor de Tesla confía en el piloto automático en una carretera estrecha y sin señalizar cuando un coche se aproxima. El ordenador hace más o menos lo mismo que haría un ser humano: reducir la velocidad y apartarse para dejar que el coche que viene en dirección contraria pase primero, y luego seguir una vez que está claro que el otro conductor tiene prioridad.

Otro muestra del sistema de navegación cuando, por tráfico, hay que parar y arrancar.

Y otro muestra que puede ver las señales de stop y hacer giros en calles oscuras (aunque vacías) de la ciudad. Algunos vídeos también enseñan que los coches se detienen ante los peatones y otros vehículos.

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Pero el sistema sigue teniendo problemas con tareas de conducción totalmente básicas, poniendo a los conductores y a los transeúntes en situaciones peligrosas. En un clip que documenta una conducción por el centro de San Francisco, el coche se desvía hacia una mediana y obliga al conductor a tomar el control.

En el mismo vídeo, el coche se tambalea en una curva a la izquierda y casi se estrella con un coche aparcado.

En otro grabado en Chicago, el vehículo se mueve lentamente por distintas intersecciones, se detiene al azar y solo se da cuenta de un cierre de la carretera en el último segundo. 

Todos estos peligrosos contratiempos muestran lo lejos que está Tesla de replicar la conducción humana. Pero un vídeo especialmente alarmante de Seattle se lleva la palma.

En el vídeo, grabado de noche, la beta no reconoce las enormes columnas de hormigón que sostienen el monorraíl de la ciudad, y el coche casi se empotra contra ellas dos veces en un intento de cambiar de carril.

Si un coche altamente automatizado debe ser capaz de hacer una cosa, esa es reconocer grandes objetos y evitarlos. Pero parece que el coche no tenía ni idea de que los pilares estaban ahí, a juzgar por las imágenes mostradas en la pantalla central.

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Los expertos del sector se pregunta si el fallo es resultado de que Tesla haya cambiado a un sistema de solo cámara que no utiliza radar. Ciertamente es una posibilidad. Las empresas automovilísticas, entre ellas Tesla, han confiado en el radar durante años para funciones como la frenada de emergencia y el control de la velocidad crucero. Pero Tesla decidió en mayo dejar de usar estos sensores y eliminarlos de sus futuros coches.

Así, Tesla ha adoptado un enfoque en su tecnología de conducción automatizada que otros fabricantes de automóviles no están tomando. Además, los defensores de la seguridad han criticado la estrategia de Tesla de hacer que conductores no profesionales prueben una tecnología que hasta ahora no había pisado vía pública. Peatones, ciclistas y otros conductores no parecen muy contentos formando parte de este experimento de laboratorio.

Pero la compañía está bajo una presión creciente para entregar una versión final de la conducción autónoma completa a sus clientes, que han desembolsado cantidades superiores a los 8.500 euros a lo largo de los últimos años para este complemento bajo la promesa de que permitiría a sus coches conducirse solos. Cada vez parece más que eso no va a ocurrir pronto.

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