Cada vez hay más pruebas: los ultraprocesados suponen un mayor riesgo de cáncer de colon y problemas cardiovasculares

Comer mal tiene un efecto directo en la salud. Así lo han vuelto a poner de manifiesto recientemente dos investigaciones centradas en la ingesta de alimentos poco saludables. La conclusión es clara: el consumo de ultraprocesados puede aumentar el riesgo de cáncer de colon en hombres, mientras que en ambos sexo se relaciona con una mayor mortalidad por enfermedad cardiovascular.

Los ultraprocesados son aquellos alimentos que han sido modificados sustancialmente, lo que normalmente se traduce en aditivos como sal, azúcar y grasas de dudosa calidad en cantidades mucho más altas de las recomendadas. En otros casos, los ultraprocesados tienen "colores y sabores artificiales y conservantes que promueven la estabilidad en almacenamiento, conservan la textura y aumentan la palatabilidad", explican desde el portal de salud de Harvard.

Este tipo de alimentos abundan en los lineales del supermercado y en las cadenas de comida rápida: desde la bollería industrial a las bebidas azucaradas, los cereales y las galletas edulcoradas o productos listos para cocinar como pizzas, hamburguesas o barritas de pescado y nuggets.

El consumo elevado de ultraprocesados supone riesgos serios para la salud, como un mayor riesgo de padecer obesidad o de diabetes. En el extremo más peligroso, los ultraprocesados aumentan las probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares, cáncery mortalidad prematura. Además, se ha comprobado que su ingesta provoca que las personas los consuman cada vez en mayor cantidad. 

A pesar de los numerosos estudios que relacionan los ultraprocesados con peores resultados en la salud en general, hasta la fecha no se ha podido establecer una relación de causa-efecto. Es decir, aunque la comunidad científica haya demostrado que pasarte con la comida basura provoca que se dispare el riesgo de padecer ciertas enfermedades, no ha demostrado que comerla provoque directamente esos problemas.

Ultraprocesados y cáncer de colon

El primero de los estudios presentados en los últimos días, elaborado por investigadores de la Universidad de Tufts y la de Harvard, concluye que los hombres que consumen altas cantidades de ultraprocesados tienen un 29% más de riesgo de desarrollar cáncer colorrectal que aquellos que toman estos alimentos en menor cantidad.

Los investigadores han llegado a esta conclusión, publicada esta semana en la revista British Medical Journal (BMJ), tras seguir durante casi 30 años a 200.000 personas. La relación se ha detectado en el cáncer de colon distal (no en el proximal o el de recto) y el vínculo más fuerte se ha registrado con productos listos para comer a base carnes, aves o pescados y bebidas azucaradas. No se observó relación entre las mujeres.

Los resultados coinciden con los observados por otros estudios previos, incluyendo algunos realizados en nuestro país, que señalan igualmente una conexión entre ultraprocesados y mayor mortalidad por cáncer. 

A principios de año, otra investigación de Harvard demostró que, al menos en mujeres, la ingesta frecuente de bebidas azucaradas duplica las probabilidades de padecer cáncer de colón antes de los 50 años.

"Las implicaciones son claras y son las que venimos repitiendo: volver a la tradicional dieta mediterránea que se basa en alimentos no procesados o mínimamente procesados, naturales, de origen más vegetal que animal y que es frugal", remarca el doctor Miguel Ángel Martínez González, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra y jefe de grupo de CIBEROBN.

"Estamos preocupados por el crecimiento de la incidencia de cáncer colorrectal, especialmente, en personas jóvenes, y esa dieta mediterránea frugal sería una gran solución", añade el especialista en declaraciones a SMC España.

El consumo de alimentos ultraprocesados puede contribuir a una peor calidad de la dieta en general con un mayor riesgo de obesidad, ambos factores de riesgo para el cáncer colorrectal. 

Sin embargo, puntualizan los autores en el estudio, los resultados muestran que la asociación entre alimentos ultraprocesados y el cáncer colorrectal entre los hombres "fue en gran medida independiente del índice de masa corporal".

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De ahí que los investigadores teoricen que las causas podrían deberse a los "atributos adicionales de los alimentos ultraprocesados", los cuales pueden estar involucrados en la carcinogénesis colorrectal. 

El estudio cita, por ejemplo, la presencia frecuente en estos alimentos de emulsionantes y edulcorantes artificiales, "que pueden alterar la microbiota intestinal y promover la inflamación y la carcinogénesis del colon". También contaminantes con potencial carcinogénico (por ejemplo, la acrilamida). Los alimentos ultraprocesados pueden contener también contaminantes de los envases de plástico, como el bisfenol A, que la Agencia Química Europea considera una sustancia muy preocupante. 

En cuanto a la diferencia entre hombres y mujeres, tanto los autores del trabajo como el doctor Martín González apuntan a que esto podría explicarse por los distintos niveles hormonales, como la ratio de estrógenos a testosterona en mujeres, entre otros motivos. También porque las mujeres "pueden tender a consumir más productos de tipo lácteos o yogures dentro del conjunto de ultraprocesados". 

Sin embargo, esto no quiere decir, subrayan, que su consumo no conlleve riesgos.

Mayor riesgo de muerte cardiovascular

También se ha publicado en BMJ otro estudio que ha analizado la calidad de la dieta y el grado de procesamiento de los alimentos consumidos por una cohorte italiana de 22.895 participantes evaluados durante 14 años.

Para estimar la ingesta de alimentos ultraprocesados, se utilizó la clasificación NOVA, que agrupa los alimentos en 4 categorías que reflejan diferentes niveles de procesamiento.

Los resultados apuntan a que aquellos que mostraron mayor ingesta de ultraprocesados tienen un 27% más de riesgo de muerte cardiovascular que los tomaron en menor cantidad. Los mayores riesgos de mortalidad asociados con una dieta rica en estos productos se atribuyen a la alteración de la función renal y, en menor medida, al aumento de los marcadores de inflamación.

Nuevamente, los autores apuntan como posible causa a los "mecanismos desencadenados por componentes no nutricionales de la dieta, como los aditivos alimentarios y los contaminantes presentes en los alimentos altamente procesados". También al "propio procesamiento de los alimentos".

En concreto, dirigen la mirada hacia los envases de estos productos, una fuente importante de químicos sintéticos, como ftalatos y bisfenoles, "que se encuentran entre los llamados disruptores endocrinos".  

En cuanto a la acrilamida, uno de los contaminantes más relevantes producidos cuando los alimentos se calientan a altas temperaturas como las patatas fritas, se ha relacionado con un aumento del estrés oxidativo y la inflamación.