3 virus mortales han surgido en los últimos 18 años: los científicos están buscando una vacuna que proteja contra múltiples coronavirus y evite las muertes la próxima vez

Dr. Catherine Schuster-Bruce,
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Investigadores lidian con un supuesto paciente del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS) en un puerto marítimo el 18 de junio de 2015 en Qingdao, China.

Feature China/Barcroft Media/Getty Images

  • Los científicos están desarrollando vacunas "todo en uno" destinadas a proteger contra múltiples coronavirus. 
  • Estas vacunas podrían prevenir futuras pandemias de virus, aseguran.
  • Más de 20 grupos están investigando este tipo de inyecciones, que necesitan una gran financiación y la autorización de los organismos reguladores.
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Esta pandemia probablemente no sea la última.

Los expertos llevan advirtiendo desde marzo de la "grave amenaza" que suponen los coronavirus de la misma familia que el SARS-CoV-2, el virus que ha provocado la pandemia de COVID-19.

Ralph Baric, epidemiólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos, reconoció en marzo a New Scientist que es "muy fácil imaginar" la aparición de un nuevo coronavirus casi tan infeccioso como el SARS-CoV-2, pero mucho más mortífero.

Hasta este jueves, la Universidad Johns Hopkins había registrado unos 242 millones de infecciones por COVID-19 y 4,9 millones de muertes, lo que supone una tasa de mortalidad de aproximadamente el 2%. 

No obstante, se cree que la verdadera letalidad del virus es inferior a dicha cifra, ya que es más probable que se registren menos casos leves que muertes. 

En cualquier caso, otros coronavirus que han aparecido en los últimos años, aunque menos infecciosos que este último, han sido mucho más mortíferos.

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El virus que causa el MERS ha matado a cerca de un tercio de las personas que se sabe que lo han contraído, mientras que el virus del SARS, que se conoce técnicamente como SARS-CoV-1, ha matado a cerca del 10% de las personas que se sabe que estaban infectadas.

Ante esta situación, el Dr. Anthony Fauci, principal asesor médico del presidente Joe Biden, ha dicho en un acto público el pasado mes de febrero que sería una "vergüenza" no desarrollar una "vacuna universal contra el coronavirus".

Los científicos están intentando hacer precisamente eso.

Baric ha sido uno de los primeros científicos en estudiar los anticuerpos de personas con COVID-19 para buscar protección contra otros coronavirus. Su esperanza es desarrollar una vacuna contra el coronavirus que proteja contra numerosos miembros de la familia del SARS-CoV.

No es el único. 

John Lewis, director general de la empresa canadiense de biotecnología Entos, ha revelado a Business Insider que la empresa esperaba desarrollar una única vacuna que proteja contra todos los coronavirus para finales de año.

Pero Entos, al igual que otros 20 grupos de todo el mundo que compiten por desarrollar vacunas "todo en uno", se enfrenta a un camino difícil: necesita una asociación con una empresa farmacéutica para financiar y fabricar la vacuna y tiene que convencer a los organismos reguladores de su enfoque, lo que no está para nada garantizado.

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Para más, el Dr. Dennis Burton, director del Departamento de Inmunología y Microbiología del Scripps Research, dice que conseguir vacunas en humanos es una "caja negra".

"Podemos hacer ciertas predicciones, pero la forma en que las personas responden a las vacunas es compleja", explica a Business Insider

"Todos somos muy diferentes y las vacunas tienen que funcionar de forma global".

Incluso si una vacuna general contra el coronavirus funciona, puede que no sea capaz de prevenir los brotes locales del virus, advierte Burton. "Pero al menos sí se tiene algo con lo que se puede responder rápidamente y contener una infección dentro de un área local antes de que se salga de control y se convierta en una pandemia", añade.

Cómo las vacunas pueden dirigirse a numerosos coronavirus

La familia de los coronavirus comparte características similares. 

El objetivo de las llamadas vacunas contra los coronavirus de amplia protección es conseguir que el organismo reaccione a partes de los virus que son comunes a toda la familia. Son los llamados puntos conservados. Suelen ser fundamentales para el funcionamiento del virus y, por tanto, es menos probable que muten.

En teoría, si te vacunas con una vacuna de amplia protección, tu cuerpo combatirá cualquier coronavirus futuro que aún no haya pasado de los animales a los humanos, siempre que tenga el punto común conservado. 

Estas vacunas prometen una mejor protección que las vacunas "a prueba de variantes", también en desarrollo, que están destinadas específicamente a combatir múltiples variantes del SARS-CoV-2 de una sola vez.

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Las nuevas pruebas sugieren que los anticuerpos de un coronavirus protegen contra otro, lo que indica que las vacunas de refuerzo contra el coronavirus todo en uno podrían funcionar.

Un pequeño estudio de un grupo de científicos estadounidenses, publicado el pasado jueves en Science Immunology, ha puesto en evidencia que las células humanas son capaces de producir anticuerpos contra las variantes circulantes del SARS-CoV-2, así como contra los coronavirus de los murciélagos que no han aparecido.

Un estudio publicado en New England Journal of Medicine en agosto, realizado por la Facultad de Medicina Duke-NUS (Singapur), ha descubierto que las personas que se infectaron con el SRAS en 2003 y que posteriormente han recibido la vacuna de Pfizer producen anticuerpos que protegen contra todas las variantes conocidas, así como contra otros coronavirus portados por animales.

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Según Wang Linfa, autora del estudio, los hallazgos podrían contribuir al desarrollo de "vacunas de nueva generación" que "no sólo nos ayuden a controlar la actual pandemia de COVID-19, sino que también puedan prevenir o reducir el riesgo de futuras pandemias causadas por virus relacionados".

Asimismo, el Dr. Eric Topol, director del Scripps Research Translational Institute, dijo en Twitter cuando se publicó el estudio que "seguimos acercándonos al descubrimiento de anticuerpos" que protegen a través del subtipo "beta" de coronavirus, que incluye el virus del SARS, el virus MERS y el SARS-CoV-2.

"No entiendo por qué estamos jugando con vacunas específicas para cada variante, cuando ésta podría ser nuestra prioridad número uno", explicita.

La respuesta inmunitaria más amplia posible

Chicas reciben una vacuna contra el COVID-19.

REUTERS/Lisa Marie David

Para defenderse de más de un coronavirus, el punto conservado debe desencadenar la respuesta inmunitaria del organismo

Esto ofrece a los desarrolladores de vacunas 2 vías de protección.

En primer lugar, la respuesta de anticuerpos, que bloquea la entrada del virus en las células, y, en segundo lugar, la respuesta de las células T, que identifica y destruye cualquier célula que se infecte. La ubicación de los puntos conservados suele dictar el tipo de respuesta inmunitaria.

Aún no se sabe cuál es el mejor enfoque para las vacunas contra el coronavirus, pero empresas como Entos y la firma estadounidense de inmunoterapia Gritstone están utilizando el aprendizaje automático para buscar los puntos del virus que desencadenan la respuesta de las células T.

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Lewis, de Entos, dice que un punto conservado era similar en un 95% a todas las variantes del SARS-CoV-2 que provocan la pandemia actual. 

Si una vacuna generara una fuerte respuesta de las células T contra esta parte del virus, añade, "se ganaría efectivamente el control de todas las variantes actualmente en circulación y luego más ampliamente contra otros coronavirus".

Lewis cree que será "un gran obstáculo" convencer a los reguladores de las vacunas que inducen las células T. Su razonamiento es que la respuesta de los anticuerpos sería probablemente mucho menor que la de las vacunas del COVID-19 de Pfizer-BioNTech y Moderna y los reguladores se han centrado en los niveles de anticuerpos en el pasado.

Pero sigue siendo optimista. 

"Si conseguimos una asociación farmacéutica y convencemos al organismo regulador de nuestro enfoque, podríamos conseguir una vacuna contra el coronavirus de amplia protección para finales de año", afirma.

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Gritstone intenta encontrar tanto puntos conservados que desencadenen anticuerpos como fragmentos del virus que puedan ser reconocidos por las células T. 

"El virus tiene un número finito de formas de escapar de nuestro sistema inmunitario", explica a Business Insider Andrew Allen, director general de Gritstone, "y cuantas más vías podamos bloquear, mejor".

Allen dice que Gritstone planeaba desarrollar una vacuna que protegiera contra múltiples coronavirus, pero que una verdadera vacuna contra el pan-coronavirus podría estar fuera de su alcance debido a las variaciones entre los virus de la familia.

Esto se debe a que los coronavirus, a pesar de las similitudes, pueden variar mucho entre sí.

Karin Jooss, directora científica de Gritstone, ha explicado también a Business Insider que los virus del MERS y del SARS difieren en un 60% y que la empresa aún no ha encontrado una región común a la que pueda dirigirse una vacuna.

Los anticuerpos son 'fundamentales'

Burton explicita que las células T son probablemente importantes para hacer frente a los coronavirus, pero considera que los anticuerpos son "fundamentales".

Los científicos del Duke Human Vaccine Institute (EEUU) están centrados en una vacuna que genere anticuerpos contra el subgrupo de coronavirus beta.

Han descubierto que las partes de los virus que se adhieren a las células humanas se conservan en los coronavirus beta. Estos lugares comunes desencadenan una respuesta de anticuerpos.

Un estudio de laboratorio, que se realizó el pasado mayo, ha descubierto que la tecnología de la vacuna de Duke bloquea la entrada de numerosos coronavirus en las células.

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Este tipo de investigación es prometedora, pero, tal y como sugiere a Business Insider John Moore, profesor de microbiología e inmunología del Weill Cornell Medical College, está en una "fase inicial".

El mayor obstáculo será sacarlo del laboratorio y llevarlo a los humanos, lo que implica ensayos costosos y materiales caros, añade.

Kevin Saunders, profesor adjunto del Departamento de Inmunología de Duke, que dirige el equipo de esta universidad, dice que necesita 20 millones de dólares (más de 17 millones de euros) para sacar el proyecto del laboratorio y llevarlo a un estudio en humanos en fase inicial con 50 personas.

Se trata de un obstáculo importante, sin duda, pero la recompensa por hacerlo bien sería igualmente elevada. "Esperamos", dice Lewis de Entos, "que sea el último refuerzo que se necesite".

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