Los planes de investigación y distribución de la vacuna contra el coronavirus pasan por alto a un grupo cada vez mayor: las personas que ya han pasado la enfermedad

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Kate Bingham, the chair of the UK government's Vaccine Taskforce, starting her Novavax trial at the Royal Free Hospital in London.
Kate Bingham, the chair of the UK government's Vaccine Taskforce, starting her Novavax trial at the Royal Free Hospital in London.Kirsty O'Connor/PA Images via Getty Images
  • Algunos de los principales ensayos —incluyendo el de Moderna— han dejado fuera a todo aquel que hubiera tenido una infección por coronavirus, por lo que los investigadores aún no saben cómo afectaría una vacuna a esas personas.
  • Sin esos datos, dicen los expertos, no es prudente inocular a las personas que han sido infectadas previamente, particularmente si tienen síntomas persistentes.
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A diferencia de muchos estadounidenses, a Signe Redfield no le reconfortó la noticia de que una vacuna contra el coronavirus podría llegar pronto al público. 

Ingeniera robótica del Laboratorio de Investigación Naval en Washington, Redfield ha tenido síntomas de COVID-19 desde marzo. Su fatiga duró alrededor de siete meses, su mente sigue confusa y tiene problemas para dormir.

Pero gente como ella, los que ya se han enfermado, podrían estar entre los últimos en la fila de las vacunas. Y los investigadores aún no saben qué efectos podrían tener las vacunas en ellos.

En octubre, un grupo independiente de expertos convocados por la Academia Nacional de Ciencias de EEUU emitió recomendaciones sobre el orden en el que una vacuna debe estar disponible para varios grupos. Las pautas, que se espera sean adoptadas por el Gobierno de Estados Unidos, sugieren que los profesionales sanitarios deben ser inmunizados primero, seguidos por las personas mayores en las residencias. Pero no hay ningún consejo para las personas que ya han pasado la enfermedad.

"Quedan muchas incógnitas sobre la seguridad y eficacia de las vacunas en ciertas poblaciones", escriben los expertos. Esas poblaciones, señalan, incluyen "individuos previamente infectados con COVID-19".

Moderna y la colaboración entre Sanofi y GlaxoSmithKline han excluido de sus ensayos a las personas que han dado positivo para el virus en las pruebas de diagnóstico o de anticuerpos. Novavax tampoco ha aceptado a nadie que haya sido diagnosticado o que hubiera tenido una exposición conocida. Esto es principalmente porque esas personas podrían haber desarrollado ya una respuesta robusta de anticuerpos y podrían sesgar los datos.

Pero la omisión significa que los investigadores no tienen idea de si una vacuna sería segura o efectiva para las personas que han tenido COVID-19.

"Es difícil para mí tener confianza en que será segura para nuestra población", señala Redfield a Business Insider, refiriéndose específicamente a las personas con síntomas persistentes. "Voy a estar más preocupada por exponer mi cuerpo a otro desafío inmunológico".

Pero las personas que han contraído el coronavirus podrían necesitar vacunarse eventualmente, dado que los científicos no saben cuánto tiempo dura la inmunidad.

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¿Deberían vacunarse las personas que ya han pasado la enfermedad? 

A coronavirus patient is monitored by medical staff at the Department of Rehabilitative Cardiology in Genoa, Italy, on July 22, 2020. Marco Di Lauro/Getty Images

Pfizer y Moderna han anunciado estas semanas resultados positivos de sus ensayos de fase tres. La vacuna de Pfizer ha revelado un 95% de efectividad en la prevención de COVID-19, mientras que la de Moderna cuenta con un 94,5% de efectividad. Los expertos ahora anticipan que los estadounidenses podrían tener un amplio acceso a la vacuna para la primavera o durante verano.

Pero más de 10 millones de personas en Estados Unidos se enfrentan al dilema de si deben recibir estas vacunas —y no saben si son elegibles en absoluto—, ya que alrededor del 3% de la población ha pasado el coronavirus.

"Queremos vacunar a los pacientes que no han sido infectados con el COVID y que son susceptibles", dice a Business Insider Todd Ellerin, director de enfermedades infecciosas de South Shore Health en Massachusetts. "Los pacientes pos-COVID-19 no van a ser el primer, segundo, tercero o cuarto nivel de grupos que vamos a vacunar".

También hay un gran grupo de personas que contrajeron el virus, pero que no lo saben, ya sea porque no pudieron hacerse la prueba o porque eran portadores asintomáticos. Es probable que vayan a vacunarse.

"Debido a la falta de pruebas, hay muchas, muchas personas que han tenido COVID-19 que no lo saben", confirma a Business Insider Natalie Lambert, profesora asociada de medicina en la Universidad de Indiana. "Tenemos que investigar algunas de estas cosas, junto con ver cómo la gente que no ha tenido COVID podría estar protegida por una vacuna".

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¿Cuánto dura la inmunidad?

La inmunidad al coronavirus sigue siendo uno de los misterios más críticos y no resueltos de la pandemia. Un estudio de octubre concluye que los pacientes de COVID-19 tienen una respuesta estable de anticuerpos durante al menos cinco meses. Y aunque todavía está esperando la revisión de sus pares, un estudio reciente de la Universidad de Rockefeller revela que las personas mantienen suficientes células de memoria para defenderse del virus durante al menos ocho meses. Si las células de memoria disminuyen lentamente, la inmunidad podría durar varios años.

Sin embargo, ha habido varios casos confirmados de personas que han contraído infecciones por coronavirus dos veces. Así que las personas que fueron previamente infectadas podrían eventualmente requerir una inyección para reforzar su respuesta inmunológica.

"Los supervivientes probablemente necesitarán un refuerzo en algún momento", cree Ellerin.

Pero no es prudente inocular a estas personas sin más datos de seguridad, añade.

"Por supuesto que los pacientes pueden contraer el COVID más de una vez, así que no estoy tratando de decirles que serán excluidos de esto en el futuro, pero tenemos mucho más que aprender".

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Las preocupaciones sobre la vacuna son mayores en pacientes con síntomas persistentes  

Una voluntaria recibe una vacuna de Johnson & Johnson.
Una voluntaria recibe una vacuna de Johnson & Johnson.Janssen

Redfield es considerada caso de coronavirus de larga duración: un paciente cuyos síntomas duran tres semanas o más.

Los investigadores aún no están seguros de qué parte de la gente desarrolla estas complicaciones a largo plazo. Un informe de julio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)

asegura que cerca de un tercio de los pacientes con coronavirus encuestados no se habían recuperado después de dos o tres semanas. Un estudio de agosto estima que uno de cada 10 pacientes con coronavirus experimenta una enfermedad prolongada.

Lambert dice que los casos de larga duración han sido excluidos de los estudios de vacunas hasta ahora debido a cuestiones éticas.

"Sería difícil involucrar a un caso de larga duración en ese estudio si están teniendo problemas de salud continuos", señala. "Éticamente, habría grandes problemas para que se vacunaran, si te preocupan esos efectos".

"Pero al mismo tiempo, necesitamos obtener esas respuestas antes de poder recomendar realmente a las personas con síntomas persistentes o a las personas que han tenido COVID que hagan ciertas cosas o incluso eviten ciertas cosas".

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Para las personas con síntomas de larga duración, es posible que una vacuna pueda intensificar una respuesta inmunológica ya agresiva que para muchos ha llevado a la fatiga, dolores musculares, problemas de respiración, palpitaciones del corazón o dificultad para concentrarse o dormir.

Redfield asegura que probablemente no se sentiría cómoda recibiendo una vacuna hasta que los investigadores tuvieran tiempo de aprender más sobre los casos de larga duración, lo que estima que podría tomar otro año.

Para entonces, dice, "tendría más confianza en que si hubiera una mala interacción podrían tratarla adecuadamente".

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Algunas personas con anticuerpos se han colado en los ensayos 

On November 9, Pfizer announced positive results from its coronavirus vaccine trial.
On November 9, Pfizer announced positive results from its coronavirus vaccine trial.Dado Ruvic/Reuters

Dado que Moderna no ha incluido en sus ensayos clínicos a personas que ya tenían COVID-19, la compañía podría tener que realizar más ensayos para ver si su vacuna es segura y efectiva para ese grupo.

Pfizer puede que ya tenga suficientes datos para averiguar la respuesta. Los ensayos clínicos de las fases dos y tres de la compañía no excluían a las personas que habían estado enfermas antes.

El miércoles, Pfizer dijo que los datos de su ensayo de fase tres mostraron que su vacuna era también 95% efectiva en participantes con una infección previa de coronavirus.

Ellerin dice que una mayor investigación de esos resultados podría ser útil, ya que el tamaño de la muestra es probablemente pequeño.

"Será importante mirar a ese grupo para ver cómo respondieron", señala. Pero añade que "este no es el grupo objetivo que estamos viendo primero".

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