Venecia no quiere turistas "baratos": este es el plan de la ciudad de los canales para acabar con ellos
- A pesar de que el turismo es uno de los principales motores económicos de un gran número de destinos, el exceso de visitantes se está convirtiendo en un problema.
- Para evitar el desgaste de la ciudad y reducir el número de turistas que no hacen un gasto, las autoridades de Venecia van a comenzar a implantar un coste de entrada.
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A mediados del siglo XX, Venecia tenía 175.000 residentes, actualmente la población está cifrada en 50.000 personas y las previsiones indican que en 2030 no queden venecianos en el centro de la ciudad.
Frente a esto, la llegada de turistas no hace más que crecer, con entre 26 y 30 millones de personas que la visitan al año, de los cuales cerca de 14 millones van a pasar el día, pero no pernoctan.
Pero, aunque nadie quiera matar a la gallina de los huevos de oro, lo cierto es que en los últimos años, la llegada de turistas se está convirtiendo en todo un problema para la ciudad flotante.
A pesar de su belleza, sufre de hacinamiento masivo –120.000 personas visitaron la ciudad durante el fin de semana de Pascua–, inundaciones devastadoras y contaminación de los cruceros que pasan todos los días y que causan numerosos problemas medioambientales –el gobierno de Italia aprobó el año pasado medidas para prohibir los grandes cruceros en la laguna veneciana–.
Tras ver que la llegada de turistas que hacen lo posible por gastar poco (o casi nada) en su visita a la ciudad de los canales, Simone Venturini, concejal de Venecia, ha empezado a tomar medidas y lidera una iniciativa para que el sector turístico de la ciudad pase a ser de calidad y no de cantidad.
Como explica Bloomberg, el objetivo es eliminar a los turistas que atascan las calles y sobrecargan las infraestructuras de la ciudad, pero que aportan poco a la economía, es decir, los turistas de un día.
La ciudad estima que más de 30.000 o 40.000 personas llegan cada día para irse antes de la medianoche tras haberse fotografiado en frente de los lugares más emblemáticos.
Venecia lleva tiempo tomando medidas extraordinarias para frenar este tipo de turismo y, ya en 2018, el alcalde de la ciudad declaró que quería que entrar al centro requiriese reserva obligatoria.
Pese a que el verano pasado se anunció que empezaría a haber un coste de entrada a partir de julio de 2022, la ciudad planea ahora cobrar a los visitantes una tasa de 3 a 10 euros por el acceso a la ciudad a partir de enero.
Aunque las autoridades aún están determinando los detalles finales, incluida la forma de cobrar y hacer cumplir las tasas. La idea es limitar el acceso a los lugares más frecuentados a lo largo del Gran Canal, así como las islas periféricas, como Lido, Murano y Torcello.
Según Venturini, la medida no busca recaudar dinero, sino proteger la ciudad del turismo de "comida rápida".
Antes de lograrlo, las autoridades tendrán que meterse en el bolsillo a todos los vecinos que viven del gasto que hacen estos turistas.
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