Qué ver en Girona, según las recomendaciones de los expertos

Visitar pueblos medievales con encanto, disfrutar de la alta montaña, descansar en playas espectaculares e incluso pasear por una comarca volcánica. Girona lo tiene todo.

Esta provincia es uno de los grandes secretos de Cataluña, ya que las preciosas calas de la Costa Brava no son todo lo que la región tiene para ofrecer.

Su geografía y, en especial, sus pueblos, seducen a todos tipo de viajeros que llegan a este punto de nuestro país ideal para todo aquel que esté planeando una escapada por España.

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Si te apetece conocer este destino único, Business Insider España te lo pone fácil y selecciona los lugares que no te puedes perder cuando visites Girona, según los enamorados de la provincia. 

Roses 

En la comarca del Alt Empordà, al norte de la Costa Brava y próximo a la frontera francesa, Roses da la oportunidad al visitante de no tener que escoger entre cultura, playa o naturaleza.

De clara tradición marinera y mediterránea, esta bahía de más de 3.000 años de historia es sin duda un destino atractivo por sus playas y calas de arena fina y aguas cristalinas poco profundas.

Puerta de entrada del Parque Natural del Cap de Creus, sus montañas y acantilados rodean el núcleo urbano de Roses y constituyen un paraje natural de insólita belleza. 

En las inmediaciones de Roses sus monumentos y ruinas arquitectónicas permiten rastrear un pasado en el que romanos y griegos dejaron su impronta.

Parque Natural del Cap de Creus

El punto más al este de la Península Ibérica es un paisaje único modelado por la erosión que te dejará con la boca abierta por sus peculiares formas.

La superficie total del parque está formada por 13.000 hectáreas comprendidas entre la parte terrestre y la marina, ya que este lugar también cobija numerosos acantilados y calas en las que bucear o relajarte en un barco.

La parte terrestre, por otro lado, cuenta con 3 parajes naturales de interés nacional que son el de Cap Gros-Cap de Creus, el de Punta Falconera-Cap Norfeu y el de la Sierra de Rodes.

Cadaqués

Dalí situó Cadaqués en el mapa internacional. Fue allí donde conoció a su musa y esposa Gala y donde ubicaron su residencia por un tiempo. 

El atractivo de este pueblo marinero, conocido como la joya de la Costa Brava, ha seducido a muchos otros artistas, desde Lorca a Miró o Buñuel. 

El encanto de Cadaqués está en pasear por sus callejuelas de casas blancas y balcones de colores, hasta lo alto del casco antiguo donde se ubica la iglesia de Sta. María de Cadaqués, con vistas únicas del pueblo y la costa.

Zona Volcánica de la Garrotxa

El Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa comprende 11 municipios y su orografía es producto de los restos fósiles de las erupciones volcánicas durante el cuaternario que han dado lugar a 40 conos volcánicos y 10 cráteres.

Una de las peculiaridades del parque es el contraste entre los verdes de la vegetación de la zona con los tonos negros, marrones y rojizos de los sedimentos volcánicos. 

Sobre uno de estos sedimentos se encuentra el hayedo la Fageda d’en Jordà, una zona muy visitada por los amantes de la naturaleza. Tampoco dejes de visitar el Cráter de Santa Margarita.

Banyoles

Banyoles, capital de comarca del Pla de l'Estany, se formó al amparo del monasterio de Sant Esteve, fundado por los monjes benedictinos en el año 812. 

Transitar por sus calles es recorrer fachadas, callejuelas laberínticas y empedradas y monumentos que trasladan a su origen medieval.

Entre algunos de los puntos de mayor interés cultural están su plaza Mayor del siglo XIII, donde se asientan algunos de los edificios medievales más emblemáticos de la localidad. 

De especial interés es el lago de Banyoles, el lago natural más grande de la Península Ibérica, con zonas habilitadas para nadar, pescar e incluso remar.

Besalú

Besalú, en la comarca de La Garrotxa, da la oportunidad de conocer uno de los conjuntos medievales mejor conservados de Cataluña. 

Declarado en 1966 Conjunto Histórico Artístico Nacional, el pueblo comenzó a crecer en torno al castillo construido en el siglo X en lo alto de la colina, y del que actualmente solo se conserva la iglesia de Santa María.

Uno de sus emblemas es sin duda el puente románico con sus 7 arcos desiguales y su torre fortificada sobre el río Fluvià. La iglesia románica de Sant Pere de Besalú es otro de los imprescindibles. 

Cabe destacar la mikve  o baño judío de la purificación, de auténtico valor patrimonial, ya que es el único con estas características encontrado en la Península y uno de los pocos de Europa.

Begur

Begur, en el Baix Empordà, es sin duda uno de los lugares que ver si visitas la provincia de Girona por su castillo medieval y sus 5 torres defensivas, de gran interés turístico. 

En su municipio se encuentran Cala Sa Tuna y Riera, dos de las calas y playas más cotizadas de la Costa Brava por su belleza incomparables y sus aguas cristalinas.

Su localización no puede ser más conveniente, a unos 50 minutos en coche de la ciudad de Girona (50 km) o 90 minutos (131 km) de la bulliciosa Barcelona.

Peratallada

En el corazón del Baix Empordà, se ubica Peratallada. Recorrer sus calles es realizar todo un viaje a la Edad Media.

Su arquitectura rural parece anclado en el tiempo. Calles empedradas, estrechas y laberínticas son el reflejo de su pasado feudal, que se mantiene casi intacto, ofreciendo multitud de rincones que admirar. 

Las fachadas de edificios y casas repletas de flores o enredaderas se entremezclan con monumentos como las murallas, el foso o el castillo-palacio, muestra de la gran fortificación que fue el pueblo.