'Vivo en secreto en Canarias': 4 empleados que teletrabajan sin que sus jefes lo sepan confiesan cómo mantienen la farsa

Hannah Towey,
Piscina infinita

Getty

Las políticas de teletrabajo han permitido a muchos empleados conectarse a su puesto desde el salón de su casa y en pijama, aunque algunos han llevado la idea al extremo conectándose en secreto desde el otro lado del mundo mientras mantienen a sus jefes ajenos a su idea de querer vivir en otro continente.

Puede ser una farsa difícil de mantener. Un especialista en marketing de una empresa con sede en Chicago que desde 2020 ha vivido en secreto en más de 5 países mientras trabajaba de 9 a 5 recuerda que se unió a una reunión de Zoom desde Colombia mientras sus compañeros de trabajo se lamentaban de una reciente tormenta que había cubierto esta ciudad de EEUU de nieve.

"Necesito ir a la playa ahora mismo", recuerda que dijo un compañero de trabajo. "Estoy tan cansado de este tiempo tan horrible". 

"Sí, yo también tengo muchas ganas de ir a la playa. Esto es terrible", respondió el especialista en marketing.

Malamente podían saber entonces sus compatriotas confinados en la nieve que en realidad estaba a 10 minutos a pie del mar Caribe y que acababa de regresar de una sesión de yoga al aire libre.

Es uno de los 4 trabajadores a distancia entrevistados por Business Insider que han trabajado en secreto en el extranjero sin el permiso de sus empleadores. Han hablado bajo condición del anonimato, pero este medio ha verificado sus identidades y su situación laboral con documentación.

Teletrabajo

Dicen que un truco para evitar que les pillen es leer las noticias locales y seguir todo lo relacionado con la meteorología. El especialista en marketing relata que estas dos prácticas le ayudan a mantener un engaño durante el cual se ha ganado un ascenso y un aumento de salario. Sus cuentas de redes sociales son públicas por cuestión laboral, por lo que publica las fotos de sus viajes solo en un Instagram privado y limitado a amigos cercanos.

Cuando la empresa de este experto exigió al personal que volviera a la oficina a principios de este año, encontró un nuevo trabajo 100% remoto en una ONG. Dice que, aunque este empleador probablemente sea más indulgente, mantiene en secreto sus aventuras internacionales.

"Hice parapente en la cordillera de los Andes. Fui a un desierto en Perú y practiqué sandboarding", cuenta a Business Insider. "Después de hacer todo eso, no iba a volver a la oficina".

En los últimos 2 años ha viajado a Panamá, Perú, Colombia, Ecuador, República Dominicana y México. Dice que sigue pagando el alquiler de su apartamento en Chicago y que lo subalquila a sus amigos cuando es posible. Pero incluso en los meses en que tiene que pagar el alquiler, dice, gasta menos que trabajando a tiempo completo en esta ciudad porque muchas otras cosas valen menos.

El especialista en marketing con vistas al Cañón del Colca en Perú.
El especialista en marketing con vistas al Cañón del Colca en Perú.

Anónimo

Para algunos, viajar a tiempo completo es, en efecto, más asequible que vivir en su propia casa de Estados Unidos.

Un antiguo residente de Miami cuenta a Business Insider que, después de que su alquiler pasara de 2.150 a 2.700 dólares al mes, él y su marido dejaron sus trabajos presenciales y se trasladaron a Sudamérica. Una vez que se instalaron en Ecuador, ambos aceptaron puestos totalmente remotos en marketing y consultoría para poder viajar de forma encubierta. Dice que ahora sus gastos de alojamiento rondan los 500 dólares al mes en airbnbs de 2 habitaciones.

Sus respectivos puestos requerían que estuvieran radicados en EEUU, por lo que evitaron divulgar que en realidad están viajando por todo el mundo. Los nuevos empleadores y compañeros de trabajo de la pareja creen que siguen viviendo en Miami.

El antiguo residente de Miami dice que llegaron a pagar más de 1.000 dólares en vuelos para recoger un ordenador portátil de trabajo en su antigua dirección de Florida. Ese gasto puntual, aclara, no fue nada comparado con el dinero que están ahorrando: han podido destinar el 75% de sus ingresos a pagar deudas, una carga financiera que les había hecho sentirse agobiados en Miami.

"Si tratáramos de saldar nuestras deudas tan rápido en Miami estaríamos viviendo de comer ramen", cuenta. "Podemos almorzar por 2,50 dólares todos los días. El mismo plato de comida en Miami te hubiera costado fácilmente entre 12 y 15 dólares".

Explican que, aunque esta manera de funcionar ha provocado algunos incómodos malentendidos con suspicaces compañeros de trabajo que han preguntado en múltiples ocasiones por qué lleva un cortavientos en Florida, el ahorro económico merece la pena.

Sergi Benet

Cuando los compañeros de trabajo le preguntan cómo ha sido el fin de semana, dice que se inventa situaciones basadas en su vida en pareja de hace un tiempo, con almuerzos y playas en EEUU cuando en realidad a lo mejor se acaban de bañar en aguas termales volcánicas y acaban de caminar un rato por los Andes.

Pero algunas situaciones son incontrolables, como la vez en que en pleno mes de julio su Airbnb en Ecuador empezó a temblar por un terremoto en medio de una reunión por videollamada con un cliente.

"¿Sabes lo que no tiene Florida? Terremotos", dijo entonces, y añade que le confesó al cliente que estaba "temporalmente" en Sudamérica y que este no le dio importancia. 

Una VPN para ocultar que trabaja desde Canarias

La pareja que antes vivía en Miami, fotografiada en el Columpio del Fin del Mundo en Baños, Ecuador, y en el Lago Humantay en Perú.
La pareja que antes vivía en Miami, fotografiada en el Columpio del Fin del Mundo en Baños, Ecuador, y en el Lago Humantay en Perú.

Anónimo

Un trabajador a distancia de una multinacional tecnológica con sede en Berlín que ha trabajado en secreto desde Canarias y Portugal explica a Business Insider que la clave para llevar a cabo su plan ha sido respetar a sus compañeros, trabajar duro y resistirse a cualquier impulso de presumir.

"No se lo dije a nadie, ni siquiera a los compañeros con los que mantengo amistad fuera del trabajo", revela antes de reconocer que no tiene redes sociales. "No es algo que me parezca bien siempre, pero es la única forma de mantener este estilo de vida".

Cuenta que utiliza su ordenador personal con una VPN para asegurarse de que la empresa no puede rastrear su ubicación y que siempre tiene el reloj del ordenador ajustado a la hora de Berlín por si tiene que compartir su pantalla de repente. También está atento a cualquier ruido de fondo que pueda delatar su ubicación, como los típicos pájaros de las Islas Canarias.

Un técnico berlinés pasa los inviernos en Canarias en secreto.
Un técnico berlinés pasa los inviernos en Canarias en secreto.

Anónimo

"En Berlín no hay pájaros que canten en pleno invierno", dice.

En verano vuelve a Berlín y trabaja desde la oficina unas 3 veces por semana, una opción que, según dice, valora tanto como su capacidad de trabajar a distancia.

"Me gusta mucho mi trabajo y me gusta mucho mi equipo. Por eso no quiero verme obligado a dejarlo", explica. "Pero también me gusta mi trabajo porque no me hacen muchas preguntas, es flexible. Así que va todo de la mano. En cuanto eliminen eso, ya no merecerá la pena mantenerlo, así que si me despiden, no importa".

Un ingeniero de software de Minneapolis, en EEUU, dejó su trabajo precisamente esta primavera para trabajar en una startup con políticas de teletrabajo más laxas.

Teletrabajador secreto

Anónimo

Aunque muchas empresas han permitido a sus empleados trabajar a distancia a tiempo completo, la mayoría no permite hacerlo a nivel internacional debido a las preocupaciones normativas y los riesgos relacionados con los impuestos, los seguros, las leyes de inmigración y la ciberseguridad. También puede crear problemas de compensación para las empresas que calculan el salario teniendo en cuenta el coste de la vida local.

Nómadas digitales ilustración

Un ingeniero de software de Minneapolis que intentó trabajar virtualmente desde Puerto Rico este invierno reconoce que, aunque estaba conectado a una VPN, el equipo de tecnología de su empresa informó de que su dirección IP procedía de fuera de EEUU. Cuenta que entonces recibió un severo mensaje del director de su equipo que le exigió que volviera a EEUU inmediatamente.

Esta primavera dejó la empresa para irse a una startup con políticas más permisivas al respecto.

"Mi filosofía general es que no debería importar dónde estoy trabajando", explica a Business Insider en una videollamada desde España. "Mientras supere las expectativas, ¿a quién le importa si estoy en España, en Sudáfrica o en Minnesota?".