Wall Street está completamente engañada sobre el daño que está a punto de sufrir la bolsa

Wall Street cree que los beneficios de las empresas seguirán subiendo el próximo año, a pesar de que la Reserva Federal ha dejado claro que existen serias posibilidades de recesión en EEUU.
Wall Street cree que los beneficios de las empresas seguirán subiendo el próximo año, a pesar de que la Reserva Federal ha dejado claro que existen serias posibilidades de recesión en EEUU.

Rachel Mendelson/Insider

Toda la economía mundial se está preparando para una recesión. La Reserva Federal ha dejado claro que se espera una corrección del mercado de la vivienda, un aumento del desempleo y quizás incluso una recesión, ya que no dejan de subir los tipos de interés para enfriar la inflación. Del mismo modo, el BCE está haciendo lo propio con los tipos en Europa.

A pesar de esta clara advertencia, Wall Street sigue manteniendo una actitud optimista sobre el comportamiento de la bolsa en 2023.

Claro está, el S&P 500 ha caído un 11% y el Dow un 9% en el último mes. Pero, a pesar de esto, las estimaciones sobre los beneficios que obtendrán las empresas el año que viene siguen sin estar en sintonía con lo que se avecina para la economía.

A principios de 2022, la Fed pensaba que la inflación sería transitoria, algo que también se afirmaba en Europa, ya que los desajustes de oferta y demanda causados por la pandemia se corregirían sin necesidad de intervenir. Entonces, Rusia invadió Ucrania, trastocando por completo los mercados de alimentos y energía. La inflación resultó ser mucho peor de lo que el mundo había imaginado. Por lo tanto, la Fed empezó a subir los tipos para enfriar la economía, desbordada por la demanda.

Jerome Powell reiteró la semana pasada su compromiso de reducir la inflación hasta el 2%, incluso si eso significa subir los tipos tanto que provocase una crisis. Admitió que, una de las consecuencias, podía ser el sufrimiento del mercado laboral: despidos.

Y, sin embargo, las halagüeñas predicciones de Wall Street sobre los beneficios empresariales no cuadran con lo que Powell prevé para la economía. La bolsa está a punto de recibir un duro golpe de realidad.

China tenía un plan para dominar la tecnología y convertirse en el país más poderoso del mundo, pero todo ha salido mal

Cuesta abajo y sin frenos

2021 fue un año excelente para la economía estadounidense, o al menos para las empresas. Los márgenes de beneficios llegaron a niveles no vistos desde la década de 1950. Cuando las cadenas de suministro se atascaron por la pandemia, las compañías incrementaron los precios. Después, cuando la inflación aumentó los costes de los insumos, los subieron más. Este fenómeno se extendió a Europa, donde los tipos de interés estaban en negativo y, por tanto, el acceso al endeudamiento era muy fácil.

Ahora, estas perfectas condiciones han desaparecido. Y eso implica que los beneficios van a caer.

A pesar del caos económico y del empeoramiento de las perspectivas de beneficios, Wall Street parece relativamente tranquilo. Según Bloomberg, los analistas de la bolsa estadounidense esperan que los beneficios por acción de las empresas del S&P 500 alcancen los 229 dólares (236 euros) en 2023, lo que supone un aumento respecto a su estimación inicial de 211 dólares (217 euros). Sí, a pesar de que la Fed ha subido los tipos de interés y amenaza con provocar una recesión, los profesionales del mercado se mantienen optimistas.

Asumen que la tendencia de beneficios récord continuará, tal vez no a buen ritmo, pero al menos subiendo. Pero esta estimación no tiene ningún sentido dada la presión de la Reserva Federal, incluso aunque esta no esté funcionando como debería.

Justin Simon, gestor de carteras en el hedge fund Jasper Capital, me llevó a realizar un preocupante ejercicio de reflexión. Supongamos que estamos a finales de 2019, un momento aceptable para la bolsa y la economía estadounidenses. Incluso si los beneficios corporativos se hunden de nuevo a ese nivel, seguiría estando muy lejos de la zona actual del mercado.

"El riesgo para el mercado ahora mismo es que los beneficios por acción se normalicen a los niveles anteriores a la crisis, aproximadamente 160 dólares por acción (165 euros)", afirma Simon. Según el experto, el resultado sería una caída de entre el 30% y el 40% respecto a la situación actual.

Nadie sabe hasta dónde tendrá que subir los tipos Powell (o durante cuánto tiempo) para frenar la inflación. Lo que sí se sabe, es que lo que venga no será positivo para los beneficios corporativos. Desde 1960, estos han caído durante las recesiones una media del 31%. Y cuanto más dure la caída, peor para las acciones.

 

No ha ocurrido nada malo... todavía

Wall Street niega el escenario negativo, en parte porque la economía está resistiendo. A pesar de tener una inflación histórica, el consumidor sigue gastando y el desempleo continúa en mínimos. Cuando Powell anunció el miércoles que la Fed había decidido subir los tipos en 75 puntos básicos, el mercado se recuperó ligeramente, para luego desviarse antes de caer en picado. Los inversores de renta variable están confusos, como indicaba Abby Joseph Cohen, socio retirado de Goldman Sachs en una entrevista con Bloomberg

Las empresas tampoco han ayudado a aclarar esta situación a sus inversores. De hecho, parece que van por detrás de Powell. En Freight Waves, mi antigua compañera Rachel Premack señalaba que muchas grandes empresas se han visto sorprendidas por el cambio de hábitos de consumo tras la pandemia y la inflación

Compañías como Amazon, Target y Ford han tenido que cambiar sus planes o reducir sus estimaciones de beneficios. A principios de este mes, FedEx informaba de sus pésimos resultados y reducía sus previsiones para el próximo año debido a la desaceleración de la economía mundial. Las acciones de la compañía cayeron un 24% tras su anuncio

Por otra parte, hay empresas que todavía están intentando analizar lo que viene. Cuando los tipos de interés sigan subiendo, por ejemplo, muchas de las que sobrevivían gracias al endeudamiento o el exceso de liquidez se enfrentarán a un duro despertar.

La Reserva Federal está cambiando los parámetros de la economía de una forma muy drástica. Las estimaciones de los analistas acabarán cayendo en picado al darse cuenta de la situación real, y cuando eso ocurra, la volatilidad reinará.

En resumen, Wall Street ha volado tan alto que ha olvidado que las acciones no siempre suben. Y cuanto más alto vuelan, mayor es la caída.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.