WhatsApp seguirá adelante con la polémica actualización de su política de privacidad, a pesar de las protestas

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Reuters/PN

  • WhatsApp ha anunciado que seguirá adelante con su polémica actualización de la política de privacidad, a pesar de las protestas. 
  • La reforma incluye que la red social pueda compartir datos limitados de las personas que la usasen con tras empresas de su grupo.
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WhatsApp ha confirmado que continuará con la polémica actualización de su política de privacidad, pero permitirá a los usuarios leerla "a su propio ritmo".

Según recoge Reuters, la compañía de mensajería mostrará un banner con información adicional. 

Esta historia se remonta a principios de año, cuando la aplicación informó a sus usuarios que estaba preparando una nueva política de privacidad en la que avanzaba que podría compartir datos limitados de las personas que la usasen con otras empresas de su grupo como Facebook.

Este anuncio desató protestas a nivel global, así como la migración de los usuarios a aplicaciones rivales como Telegram o Signal, entre otras. 

WhatsApp se vio forzada a retrasar el lanzamiento de estos nuevos términos hasta mayo y tuvo que aclarar que la actualización se centra en permitir a los usuarios enviar mensajes a las empresas. La aplicación de mensajería afirmó que esto no afectaría a las conversaciones personales. 

La compañía, en una de sus últimas publicaciones presentes en su blog, avanzó que comenzaría a recordarles a las personas que utilizan la aplicación que revisasen y aceptasen las actualizaciones para que pudiesen seguir utilizando la plataforma. 

No obstante, según apunta el mismo medio, la entidad señaló que también había incluido más información con el objetivo de tratar las inquietudes que habían surgido a raíz de la polémica.

El sencillo truco para saber si te están espiando tú WhatsApp a través de WhatsApp Web

Este anuncio de WhatsApp se produce justo la misma semana en la que Facebook ha decidido bloquear todas las noticias de los medios en Australia en su red social como respuesta a la nueva ley del país que obligaría a las tecnológicas que enlacen información a pagar por ello a los editores, propietarios legítimos de los derechos. 

Esta decisión provocó el enfrentamiento con editores y políticos y fue calificada por un alto legislador británico como un intento de intimidar a la democracia. 

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