XXIII Smart Business Meeting: tendencias y necesidades de formación que demanda el nuevo entorno laboral y social

Defensa personal para acabar con la superioridad física de unos sobre otros y terminar así con los casos de acoso. Ajedrez para entrenar la lógica y la capacidad de razonar y educación emocional para aprender a lidiar con los propios sentimientos.

A ellos cabe añadir el baile para aprender a respetar el espacio del otro y la educación financiera básica para, por ejemplo, que los alumnos aprendan a pedir un préstamo al banco sin depender de nadie.

La lista de asignaturas que, a ojos de muchos, se deberían impartir en las escuelas, suma y sigue hasta volverse infinita.

Pero todo ello, claro, sin olvidar las esencias. Las matemáticas, por supuesto, son fundamentales para desarrollar el pensamiento lógico y espacial de los alumnos. 

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A lengua y literatura, naturalmente, no se le puede restar hora alguna porque de ello depende la capacidad de expresarse oralmente y por escrito de la sociedad del mañana. 

Lo mismo ocurre con la historia, que es la única garantía de que la sociedad no repita los errores del pasado. 

Y no son menos importantes asignaturas que hoy gozan de menos peso en los horarios de los estudiantes como la filosofía, esencial para que los alumnos sean capaces de algo tan importante como pensar por sí mismos, o la música, única medicina contra los limitados y machacones ritmos con que bombardean a los adolescentes día y noche. 

Y qué decir de la educación física, esencial en un momento en el que la obesidad infantil amenaza como nunca la salud de los más jóvenes. 

Y la lista, de nuevo, suma y sigue hasta el infinito.

Mientras tanto, cada vez más expertos ponen en duda que más horas de clase garanticen mejores resultados. En Panorama de la Educación 2019, un informe presentado por la OCDE hace 3 años, se dieron algunas pistas al respecto.

Aunque en España las competencias en materia educativa son autonómicas y, por tanto, no se da exactamente la misma situación en todas las regiones, el estudio cifraba en 792 la cantidad de horas que los alumnos de Primaria pasan, de media, en el aula al año.

No se trata de una cantidad de horas excesiva considerando que la media de la propia OCDE se sitúa en 799, aunque sí es ligeramente superior que las 769 que pasan los alumnos de los 23 países de la UE recogidos en el informe.

La fotografía cambia cuando se trata de la Educación Secundaria, etapa que concentra la mayoría de las propuestas de asignaturas antes mencionadas.

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De media, los alumnos españoles de Secundaria pasan en clase al año 1.054 horas. Exceden la media de la OCDE, que se sitúa en las 919 y la media de los países de la UE consultados, que se quedan en 892.

Pero lo que es todavía más preocupante es que, en España, los alumnos superan en muchas horas lectivas a los alumnos de Secundaria de los países que se sitúan siempre entre los primeros puestos en los indicadores de la OCDE. 

En concreto, las más de 1.000 horas que pasa el adolescente español medio en clase están muy por encima de las 874 de los alumnos noruegos y de las 830 de los suecos.

Todo ello sitúa a la educación española obligatoria ante la necesidad de tener que introducir más asignaturas mientras se da más tiempo a las que ya hay y se reduce la carga lectiva de los alumnos. Un puzzle imposible.

El desajuste entre la formación y lo que buscan las empresas

Y, por si hubiera pocos elementos ya a considerar a la hora de decidir qué se enseña a los alumnos y qué no, hay que añadir a la ecuación a las empresas y la necesidad de reinventarnos una y otra vez a lo largo de nuestra vida profesional. 

Desde hace años, el sector privado sostiene que los jóvenes salen de la universidad muy preparados en cuestiones teóricas que no tienen demasiado que ver con la práctica diaria de su oficio pero poco hábiles en cuestiones que interesan mucho más a los empleadores.

Como botón de muestra, bastan las palabras de Antonio Garamendi, presidente de la patronal de los empresarios españoles, la CEOE, que en un encuentro organizado en septiembre del año pasado para hablar de empresas y educación resumió el problema en una frase: "Tenemos que hablar de formación".

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En declaraciones recogidas por el medio dirigentesdigital.com, el profesor de IESE Xavier Vives ahondó además en los déficit que, a su juicio, presenta hoy la educación: "Se necesitan capacidades más abiertas y apostar por una educación más experimental".

En otras palabras: las empresas piden prácticas, saber hacer antes que saber sin más. Y en ese esfuerzo adaptativo se encuentran las universidades, especialmente las públicas, pues muchas privadas llevan años ganando protagonismo gracias a sus alianzas con el sector privado.

Las universidades públicas, sin embargo, albergan su dudas: ¿cómo atender las demandas de las empresas privadas sin que ello se viva desde la comunidad universitaria como una injerencia externa? ¿Es posible atender a las peticiones formativas empresariales mientras se forma ciudadanos, no solo empleados? 

En lo que llegan las respuestas, el mundo cambia y sus necesidades, también.

Y, por si éramos pocos, llegó internet

Pero la distribución horaria, las materias a impartir y cómo hacerlo para que la escuela se adapte al siglo XXI son cuestiones que están lejos de ser los únicos retos que afronta la educación en España. 

Desde que comenzara a usarse en la década de los 80 y se generalizara a partir de los 90, la escuela ha podido permitirse vivir más o menos ajena a internet.

Lo ha hecho amparada en cuestiones como la brecha digital, es decir, el desigual acceso que los alumnos tenían a internet desde sus hogares. 

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Y así se ha ido manteniendo a pesar de que desde hace años diversos estudios han puesto en duda no tanto la existencia de tal brecha, sino el hecho de que incluso en los hogares de estrato social más bajo no exista forma alguna de conectarse a internet o de acceder a una biblioteca pública cercana para hacerlo.

En concreto, el INE cifra en algo más de un 90% las familias españolas con acceso a internet, como ha recordado recientemente un estudio del BBVA sobre brecha digital.

Pero llegó la pandemia. Tras el susto inicial, y una vez asumido que las escuelas tardarían meses en volver a abrir sus puertas, hubo que buscar soluciones de emergencia. Y la escuela, y las universidades, se acordaron de internet.

Más mal que bien y con desigualdades obvias, pues no estudiaron igual quienes tuvieron que compartir un ordenador con 4 hermanos que quienes tenían su propio dispositivo, docentes y alumnos se adaptaron a la situación pandémica.

Lo hicieron al tiempo que descubrieron algunas de las interesantes posibilidades que ofrece internet en el ámbito educativo: por primera vez, por ejemplo, muchos alumnos tuvieron la oportunidad de escuchar las lecciones de sus maestros grabadas en vídeo tantas veces como necesitaron.

Y no solo de sus profesores. Para aclaraciones adicionales, muchos recurrieron a entretenidas sesiones colgadas por otros docentes que, convertidos en creadores de contenido, acumularon cientos de miles de visitas al tiempo que se convertían casi en un fenómeno viral.

Ni qué decir tiene que quienes mejor explotaron estas posibilidades fueron los más mayores. En concreto, instituciones como la UNED vieron confirmadas muchas de las tesis que llevan defendiendo décadas: con disciplina y método, una buena educación a distancia es posible.

¿Pero basta con esto? ¿De verdad la educación en España está preparada para dar el paso definitivo hacia la digitalización? ¿Cómo conjugar en este camino los intereses de padres, docentes y alumnos? ¿Cómo responder a las necesidades de un nuevo mercado laboral que se atisba?

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Estas y otras preguntas se van a abordar el próximo 17 de mayo a las 17.00 horas en un evento patrocinado por Upday, Havas Media Group y la propia UNED y organizado por Axel Springer España y que llevará por título Learning y Training: tendencias y necesidades de formación que demanda el nuevo entorno laboral.

Este será presentado por el consejero delegado de Axel Springer España, Manuel del Campo, y por la directora de Business Insider España, Yovanna Blanco, y contará con el siguiente panel de expertos:

• Alejandro Tiana, secretario de Estado de Educación
• Federica Ilaria, Business Managing Partner de Havas Media España
• Javier Rodríguez Zapatero, presidente de ISDI
• Ricardo Mairal, rector de la UNED
• Elena Ibáñez,CEO y fundadora de Singularity Experts
• María G. Durán,profesora de Inglés y creadora de contenido en el canal María Speaks English

Estas serán algunas de las cuestiones que se abordarán:

• El vasto espectro de la formación ante la gran transformación del mercado laboral
• Cómo será la universidad del futuro: desafíos de atraer a las nuevas generaciones
• Formación y divulgación en las plataformas sociales: el fenómeno TikTok

Si te interesa conocer qué otros temas se abordaron en anteriores Smart Business Meeting, pincha en este enlace.