Esta startup española que traduce los llantos de los bebés se lanza ahora a la detección de patologías tempranas: ya ha levantado casi un millón de euros

Ana Laguna, cofundadora de Zoundream, emplea un dispositivo de traducción mientras sostiene a su segundo hijo, Marco.
Ana Laguna, cofundadora de Zoundream, emplea un dispositivo de traducción mientras sostiene a su segundo hijo, Marco.

Ana Laguna / Javier Piña

  • Fundada hace 2 años, Zoundream es una startup experta en la catalogación y traducción de los llantos de los bebés.
  • Tras afinar su software de traducción con miles de horas de llantos de bebés de distintos países, ahora se centran en sellar acuerdos con instituciones médicas para ayudar a la detección temprana de dolencias o desarrollos atípicos de recién nacidos.
  • En su primera ronda de financiación, el pasado mes de octubre, Zoundream levantó algo menos de un millón de euros. 
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Es un hecho que los niños llegan al mundo sin manual de instrucciones. Lo hacen a pesar de sus esforzados padres, que durante los primeros meses de vida del nuevo miembro de la familia muchas veces se las ven y se las desean no ya para satisfacer sus demandas, sino para, al menos, saber qué es lo que quieren, cuál es el motivo de ese llanto interminable y desesperado. Agotados tras horas de búsqueda, muchos se resignan y asumen la que tal vez sea su primera lección como padres: no siempre van a entender a sus hijos.

Sin embargo, en la era del Internet de las Cosas, de los smartphones y las tablets, hay quien no renuncia a buscar, al menos, una pequeña ayuda en la tecnología. Ese fue el caso en 2016 de Ana Laguna, una científica que hoy tiene 33 años y que es experta en el manejo de datos. A finales de aquel año, tras dar a luz a su primer hijo, Yago, tras unas cuantas horas de llanto, tuvo una intuición: debía existir algún aparato o aplicación que tradujera los llantos de los recién nacidos. 

La idea le resultó tan evidente que dio por hecho que alguna empresa habría desarrollado ya esa tecnología con éxito. Lo único que encontró, sin embargo, fue una aplicación coreana que funcionaba regular.

Sorprendida aún por aquella laguna tecnológica, esa falta de posibilidades, su intuición se convirtió pronto en un proyecto: grabaría el llanto de su propio bebé para buscar patrones. "Muchos proyectos nacen por error o por necesidad. El mío es de los segundos", cuenta Laguna a Business Insider

Con los años, aquel proyecto se convirtió en una compañía, Zoundream, especializada en el desarrollo de software de traducción de llantos de bebés recién nacidos (sobre todo de 0 a 6 meses). Tras levantar algo menos de un millón de euros en su primera ronda de financiación el pasado mes de octubre, hoy el equipo de Zoundream va más allá: quiere que sus estudios ayuden a detectar de forma temprana patologías o desarrollos atípicos en recién nacidos.

Miles de idiomas, un solo llanto

Para llegar este punto, Zoundream ha pasado por distintas etapas. La primera gran preocupación de Laguna fue averiguar si los bebés de unos países y otros lloran distinto. Si el llanto de un bebé alemán era distinto al de uno español, esto reduciría notablemente el público potencial del software y, por tanto, la viabilidad de todo el proyecto.

Tras muchas horas de recabar información a través de publicaciones científicas sobre el tema y de análisis de las propias muestras recogidas, Zoundream llegó a la conclusión de que, aunque existían diferencias notables en cuanto a la prosodia del llanto, el contenido es siempre el mismo. Dicho de otra manera, aunque los bebés alemanes y los españoles entonan distinto, pues a las 28 semanas los bebés ya escuchan a su madre desde el útero y esto influye en cómo lloran, el mensaje es siempre el mismo. 

Solo faltaba poner en marcha al negocio. Ahí entró en liza Roberto Iannone, actual consejero delegado de la empresa. A cientos de kilómetros de distancia de Laguna, casi al mismo tiempo que ella, este empresario había tenido ya una idea parecida a la de esta experta. Así, cuando un compañero le habló de Laguna y de sus estudios sobre patrones de llanto en recién nacidos, que ya empezaban a tener cierta notoriedad en prensa, Iannone lo vio claro.

Zoundream nace, por tanto de una sola idea: mientras que en en el mundo hay más de 7.000 idiomas, la forma que tienen de expresar sus necesidades las niñas y niños recién nacidos, su llanto, es universal. Había espacio para un traductor del idioma bebé. El resultado es que hoy esta empresa cataloga los lloros en cinco tipos: hambre, sueño, dolor, gases y apego (ganas de estar en brazos)

Esta clasificación funciona sobre todo hasta los 3 meses, cuando el llanto es más honesto y genuino. A partir de este momento, explica Laguna, las sinapsis cerebrales del bebé se vuelven más complejas. Esto les permite aprender a toda velocidad. Como resultado, los bebés se valen ya a partir de entonces de ciertas estrategias para conseguir lo que quieren. Los seres humanos, antes de aprender a hablar, aprendemos a mentir.

Uno de los espectogramas de un bebé recién nacido con los que trabaja Zoundream.
Uno de los espectogramas de un bebé recién nacido con los que trabaja Zoundream.

Ana Laguna

Del espectograma de llantos a la detección temprana del autismo

Con el nacimiento de su segundo hijo, Marco, Laguna decidió que esta vez iba a ir en serio. En adelante, no solo recogería los llantos de su propio hijo, sino que abriría la posibilidad a otros padres de contribuir al proyecto. 

Considerando que un bebé recién nacido llora al día una media de entre 2 y 3 horas y que, con el tiempo, terminaron llegando a Zoundream audios de Europa, Asia y todo el continente americano, el resultado han sido miles y miles de horas de lloros analizados por medio de espectogramas.

Estos han permitido afinar cada vez más unas traducciones que se están llevando a cabo a través de dispositivos que, por ahora, no son más que prototipos. La idea de Zoundream no es tanto centrarse en el hardware como en el propio manejo de los datos. 

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Por ello, para el desarrollo de dispositivos están tejiendo alianzas con empresas que, en los próximos años, permitirán la integración de la esta tecnología en carritos de bebé, pulseras o incluso en cámaras de vigilancia. Todas ellas lo tendrán que hacer bajo una condición, el sistema tiene que ser automático: "Cuando un niño llora, los padres van a atenderlo y se olvidan del móvil y de todo", cuenta Laguna.

Hoy, entre los principales socios de Zoundream se encuentra por ejemplo la aseguradora Generalli, que ve en estas soluciones una oportunidad para acompañar a sus clientes desde sus primeros pasos.

Pero no se van a detener aquí. Junto con los audios, empezaron a llegar a la empresa testimonios. "Recuerdo por ejemplo a una madre que decía que hijo no paraba de llorar. A nosotros nos aparecía en los registros que tenía hambre. Para ella no tenía sentido, porque no paraba de amamantarlo. Con el tiempo, nos dijo que teníamos razón, que el médico había detectado un problema de frenillo y que no se estaba alimentando bien", relata Laguna.

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Casos así han inspirado a Zoundream para intentar dar el siguiente salto y tratar de detectar a través de la manera de llorar de los bebés enfermedades tempranas o neurodesarrollos atípicos. Algunos casos, detalla esta experta, son evidentes: "El llanto de un niño que forma parte del espectro autista es muy característico, muy ronco. En el espectograma se ve muy bien".

Con ello, explica Laguna, la empresa espera ayudar a mejorar la calidad de vida de muchos niños que, con un diagnóstico temprano, pueden mejorar mucho su calidad de vida: "En los casos de diagnóstico temprano, el autismo se detecta más o menos a los dos años. Imagina lo que podríamos avanzar si se pudiera hacer antes de los seis meses".

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