Esta es la verdadera razón por la que una camiseta es una gran herramienta de publicidad y marketing

Sales de la presentación del nuevo informe de la empresa X y no lo haces solo. En tu mano, un dispositivo USB con el logo de la compañía y un tarjetero con el mismo dibujo.

Los objetos promocionales no pasan de moda. Estas gorras, carpetas, bolígrafos, cargadores de batería, bolsas de tela o pelotas antiestrés adornados con el logo de una marca, compañía o evento, siguen vendiendo. Es el mejor merchandising para ganar relevancia en la calle y en la mente de los clientes. 

No es para menos, la marca está totalmente relacionada con la identidad; o, en otras palabras, qué productos o servicios se representan. 

Acertar con un mensaje hará que la experiencia de los demás sea inolvidable y si eso se plasma en una gorra o bolsa para ir al gimnasio, mejor que mejor. Así que sí, los objetos promocionales consiguen construir un recuerdo en la mente de los agraciados y son, por lo tanto, una inmejorable estrategia de publicidad. 

Tan maravillosa que casi 9 de cada 10 personas es capaz de recordar la marca de un objeto promocional que ha recibido, según un estudio de la Promotional Products Association International que te puedes descargar aquí.

Son, por lo tanto, el detalle perfecto para unos asistentes, compañeros o futuros proveedores y, aunque a priori, no se vea el retorno monetario inmediato son una de las herramientas publicitarias más populares en el tejido empresarial. De hecho, el mismo informe internacional añade que 8 de cada 10 personas recuerdan el logo o el eslogan de estos productos. 

Camisetas: buenas, bonitas y baratas

Y si hablamos de popularidad, clara está la reina de las promociones: la camiseta. Entre sus ventajas como objeto promocional se encuentran su bajo precio y sus altas posibilidades de personalización. Y es que a la hora de encargar una camiseta como merchandising de publicidad, las tiradas grandes permiten ajustar (y mucho) el precio por unidad. 

Además, no solo se puede escoger el tipo de impresión –por favor, que sean siempre resistentes- , sino que la marca o empresa puede elegir además el color de la prenda, qué imagen quiere, y si también se añade algún texto, el área de marcaje, etc. 

Las posibilidades a la hora de personalizar la camiseta son casi infinitas. Y claro, la camiseta en sí ya puede ser todo un reto para los indecisos. Camisetas de poliéster o algodón, de manga corta o sin mangas, deportivas o fabricadas con materiales reciclados, para adultos o solo para niños…

Estas camisetas van a ayudar a las entidades a fidelizar a sus seguidores o potenciales clientes y su última voluntad es instaurar un sentimiento de pertenencia de una manera práctica. 

Eso sí, siempre y cuando se confíe en especialistas que dominen la impresión de camisetas. Las marcas van a poder dar visibilidad a sus negocios y, a su vez, diferenciarse de la competencia de una manera original y divertida. 

¡Cuida las camisetas impresas!

Un factor indispensable para mantener la calidad de las camisetas estampadas y evitar que se deterioren rápidamente es la forma en cómo se cuidan. 

Expertos en impresión nos recuerdan que, a la hora de lavarlas, se ha de dar la vuelta a la camiseta, limpiarla con agua fría y utilizar detergente suave. Y siempre siempre secarlas al aire libre. La secadora queda prohibida, aunque si no hay más opción, se deberá programar a baja temperatura.

Finalmente, cuando se vaya a planchar una camiseta publicitaria es importante recordar que ha de ser a baja temperatura, lo mismito que con la secadora. Ah, y con la camiseta al revés o en su defecto con una tela que proteja la impresión. No queremos decirle adiós a sus bonitos mensajes.