6 historias de mujeres de la #ComunidadLN para celebrar el emprendimiento femenino

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6 historias de emprendedoras de la ComunidadLN
  • Con motivo del Día de la Mujer, en La Nave se está celebrando un mes dedicado a las emprendedoras.
  • El emprendimiento femenino mantiene un crecimiento al alza en los últimos años, según el Observatorio de Emprendimiento de España. 
  • Radiografía de la emprendedora: el perfil de la mujer que emprende tiene entre 25 y 34 años y más de la mitad cuenta con estudios superiores.
  • Todos los caminos de la innovación llevan a LA NAVE.

Este 8 de marzo se celebra el Día de la Mujer, una fecha en el calendario que señala todos los avances conseguidos en materia de igualdad, pero también todo el camino que queda por recorrer

El mundo del emprendimiento sigue siendo, quizá, uno de los que conforman la asignatura pendiente, con una brecha de género que, aunque va reduciéndose cada año, aún arroja datos mejorables.

Sin embargo, otros datos apuntan a la esperanza. En un año como el 2021, el número de mujeres emprendedoras (5,6 %) superó al de los hombres (5,4 %), como expone el último Observatorio del Emprendimiento de España, una tendencia que siguió en 2022. Estamos, indudablemente, ante un motivo de alegría, porque cuando las mujeres emprenden, el beneficio es para toda la sociedad.

Desde La Nave se está celebrando un mes dedicado a las emprendedoras, a través de actividades y eventos que ponen de manifiesto que el talento femenino es hoy más necesario que nunca. 

A través de las historias de mujeres que han pasado por este hub de innovación, es posible configurar una radiografía del pasado, presente y futuro del emprendimiento femenino en nuestro país, conocer cómo han llegado hasta aquí, qué experiencias han compartido y cuáles las diferencian y acercarnos un poco más de cerca sus proyectos.

La chispa que detonó el Big Bang

Todas las personas emprendedoras tienen algo en común: la voluntad de hacer crecer la semilla de un proyecto que les ilusiona. Esa chispa puede tomar formas muy diferentes, desde la certeza de querer emprender desde pequeños hasta una epifanía en plena etapa laboral que desata ese Big Bang de emprender. 

En el caso de las mujeres, el perfil de la mujer que emprende tiene entre 25 y 34 años y más de la mitad cuenta con estudios superiores. Según datos del Mapa del Emprendimiento 2022 de South Summit, solo el 24 % de mujeres admite que “siempre quiso emprender”: en el caso de los hombres, esta cifra es prácticamente el doble. 

La mayoría de ellas (52 %) se lanza a la aventura empresarial al detectar una oportunidad concreta de mercado, por lo que el emprendimiento como medio de vida, sin un propósito concreto, no suele estar tan instalado en el imaginario femenino. Esa “revelación” en forma de oportunidad suele ser bastante corriente. 

Es el ejemplo de Marta Frenna, una joven italiana que un día en 2018 salió de una óptica con un presupuesto para unas gafas de 860 euros y decidió hacerse una pregunta: ¿por qué? ¿Por qué las lentes graduadas tienen que ser tan caras?

Marta Frenna en la presentación del 4º Programa de aceleración de La Nave.
Marta Frenna en la presentación del 4º Programa de aceleración de La Nave.

Cuando llegó a casa, decidió ponerse a investigar y pronto descubrió que no había una respuesta concreta: “me di cuenta de que las gafas graduadas son un producto muy caro sin que haya una justificación real basada en la calidad, sino más bien en la estructura del sector”. Marta se define como heavy-user de gafas y comprendió que estaba ante un modelo de negocio obsoleto en el que podía haber un hueco para cambiar las reglas del juego.

Y así fue: Greyhounders nace a principios de 2019 como una marca nativa digital que busca facilitar una óptica de calidad para todos los públicos. A día de hoy, la empresa de Marta combina el mundo e-commerce con las tiendas físicas y pronto espera dar el salto a su Italia natal.

Antes de montar Greyhounders, Marta coincidió en la empresa privada con Elizabeth Bolaños, una joven de El Salvador que ha vivido y estudiado muchos años en Francia. 

Elizabeth siempre fue “muy inquieta” y ha combinado trabajos de muy distinta naturaleza: en uno de ellos, como directora de producción de un ballet, se dio cuenta de que le atraía mucho el mundo freelance. “Me resultaba muy interesante ese patrón de decidir con quién trabajaba, los proyectos, los métodos… así que renuncié porque quería emprender”.

Elizabeth Bolaños pitcheando durante el LN Meeting 2022.
Elizabeth Bolaños pitcheando durante el LN Meeting 2022.

Sin embargo, su historia tendría un pequeño nudo antes del final feliz: su primer proyecto emprendedor, una startup de internacionalización de marcas que llegó a operar en varios países, “murió de éxito” al crecer demasiado rápido. “Fue muy amargo, toda una derrota”, comenta Elizabeth.

Ese proyecto fallido, lejos de desanimar, impulsó a Elizabeth a seguir aprendiendo. Fue aquí en España, a través de conversaciones con otros amigos autónomos cuando se dio cuenta de que muchos “cojeaban” en la parte financiera de su actividad laboral y no conocían el estado real de sus cuentas. Así es como nació Dexva, una de las primeras startups del sector fintech que se aceleraron en La Nave. que ofrece un software que simplifica la gestión de las finanzas para microautónomos y freelancers.

Cuando la experiencia, tanto personal como académica o profesional, es clave

Junto a casos como estos, también conviven ejemplos de emprendimiento en los que, lejos de ser algo espontáneo, son el objeto de un recorrido académico muy claro. Nicole Flamarique es una jovencísima estudiante que empezó sus estudios de ADE Internacional en la Universidad Pública de Navarra. En solo tres semanas, decidió que ese tipo de formación tradicional no era para ella y se embarcó en “otra carrera diferente y mucho más loca”: se trataba de Leinn Internacional (Liderazgo, Emprendimiento e Innovación Internacional) en Shanghai, China. “Es una carrera con una metodología totalmente disruptiva, donde no hay asignaturas, ni profesores, ni exámenes”, cuenta Nicole. 

Nicole Flamarique junto al equipo de The Good Goal en La Nave.
Nicole Flamarique junto al equipo de The Good Goal en La Nave.

Además de esta formación tan encaminada a la innovación y el emprendimiento, Nicole señala otro elemento fundamental en su camino: sus rodillas. Con 15 años, sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, una lesión que se ha traducido en “4 operaciones (dos operaciones en cada rodilla) y más de 740 horas de rehabilitación”. Para esta joven, este ha sido un “proceso muy similar al del emprendimiento”. 

“Muchos de los sentimientos que he vivido en estos años de lesión los he podido volver a sentir emprendiendo: nadie va a trabajar por ti, tienes unos objetivos claros que tienes que conseguir, hay días duros y otros días que van mejor, debe de haber mucha constancia y disciplina…”, explica. Y es que Nicole fundó The Good Goal en plena pandemia junto a Nerea Mendinueta y Nadia de la Fuente, un SaaS gamificado que permite a las empresas alcanzar una transformación cultural alineada con la sostenibilidad y los ODS. 

Frente al caso de Nicole, que se está formando ad hoc para el emprendimiento, se encuentra el de Anna Domínguez, quien, tras más de 20 años de trayectoria profesional en multinacionales y pymes de ámbito legal, decidió dar el paso de emprender y fundó eTrivium, una herramienta de soluciones de e-learning para proporcionar a las pymes los beneficios de incorporar los entornos online de la formación y el aprendizaje.

Anna Domínguez en un demo day del 5º Programa de aceleración de La Nave.
Anna Domínguez en un demo day del 5º Programa de aceleración de La Nave.

Anna se escapa de ese perfil de emprendimiento más cercano a la universidad, aunque “siempre había sido algo troyana y disfrutaba con la idea de crear algo desde 0”, comenta. En sus décadas de experiencia, esta emprendedora ya disfrutaba mucho de “aquellos proyectos que me hacían pensar fuera de la caja, de aprovechar la tecnología para mejorar procesos y de tener el foco en el desarrollo de las personas”, por lo que el emprendimiento le venía como anillo al dedo.

Por eso, cuando su socia le planteó la posibilidad de lanzarse a este proyecto, el mundo de Anna se dio la vuelta: “su propuesta me hizo frenar y recapacitar la oportunidad de emprender”. Ahora, si echa la vista atrás, la emprendedora confiesa que “no tenía una vida anterior para nada aburrida, pero, si tengo en cuenta la dinámica actual de ser cofundadora y CEO de una startup, era desde luego menos intensa”. 

Mismo ecosistema, ¿más retos?

Aunque ha quedado reflejado que el emprendimiento femenino va creciendo a buen ritmo, lo cierto es que existen algunas grietas que hacen que las emprendedoras afronten algunas cuestiones específicas.

Una de las cifras que más llama la atención a la hora de revisar las estadísticas es que solo el 6 % de los equipos fundadores de las startups españolas están formados por mujeres exclusivamente (frente al caso de equipos solo masculinos, cuya cifra asciende al 59 %). 

Además, levantar capital sigue siendo más difícil para ellas: según lo que arrojan los datos del IDC European Women in Venture Capital de 2022, los proyectos liderados por mujeres solo reciben el 1,8 % de toda la inversión que se movió en el continente europeo.

Sin embargo, cuando hablamos de emprendimiento femenino, solemos referirnos a proyectos que suelen presentar mejor comportamiento que la media

Ya es conocido que las startups lideradas por mujeres cuentan con una mejor tasa de supervivencia: según cifras de la Cámara de Comercio, “el índice de mortalidad de los negocios emprendidos por mujeres es del 29 %, frente al 56 % que lideran los hombres”. Pero es que, además, las empresas lideradas por mujeres suelen requerir de menos inversión para presentar mejores resultados.

Cristina Martín es CEO y cofundadora de Usyncro. Además, es vicepresidenta de la Asociación de Transitarios, un sector muy masculinizado en el que “solo hay un 20 % de mujeres”, comenta. 

Cristina Martín es la CEO y cofundadora de Usyncro.
Cristina Martín es la CEO y cofundadora de Usyncro.

En 2010, a Cristina Martín le cambió la vida al ser madre de trillizos, “de 0 a familia numerosa”. Este parón le sirvió para seguir formándose y lanzarse a un Senior Management Program en el IE, donde junto a sus cofundadores dio con la idea de transformar la logística. “Trabajábamos como los fenicios”, indica. Así, nació Usyncro, un proyecto que pone al alcance de todo tipo de empresas herramientas propias de grandes corporaciones para digitalizar el sector.

Para ella, el problema de la financiación en el emprendimiento femenino responde a sesgos presentes tanto en los organismos encargados de ofrecer inversión (llevados mayoritariamente por hombres) como en las propias mujeres, que ven en el techo de cristal y de cemento frenos difíciles de superar. “Somos muy exigentes con nosotras mismas y el síndrome del impostor lo tenemos a tope”, señala Cristina.

No obstante, esta emprendedora se muestra optimista con el futuro: “ahora se está poniendo el foco en la mujer y las estadísticas al fin están haciendo que gire la rueda”, concluye.

La presencia femenina en sectores clave para la sociedad como el de la salud

Y así parece que está ocurriendo: según el informe del Global Gender Gap Report del Foro Económico Mundial, el porcentaje de mujeres que emprenden se ha duplicado en los últimos 5 años, algo que la emergencia sanitaria provocada por la COVID-19 ha potenciado. De hecho, el sector de la salud fue el año pasado el que más presencia femenina presentó.

María González, CEO y cofundadora de Tucuvi, es un ejemplo de esto último. Su startup ofrece una solución tecnológica de telemedicina que busca reducir las brechas en atención sanitaria. 

Para ella, “emprender es un reto para cualquiera, independientemente de su género”, aunque, al igual que Cristina Martín, señala que muchos fondos de financiación, con cifras tan bajas como las que ya hemos visto en emprendimiento femenino, “dejan mucha oportunidad de mejora”. 

María González Manso en la presentación del Anuario de Informe Cotec 2021 en La Nave.
María González Manso en la presentación del Anuario de Informe Cotec 2021 en La Nave.

Cuando mira hacia adelante y basándose en su experiencia, María cree firmemente que “el futuro del emprendimiento femenino es brillante, y que las mujeres seguiremos siendo un motor clave de la innovación y el crecimiento económico en el mundo”. 

Esta emprendedora concluye, además, que “

el apoyo y la colaboración entre mujeres emprendedoras pueden ser muy poderosos para enfrentar los obstáculos que puedan surgir”, por lo que la visibilidad y la contribución es fundamental para el perfil del ecosistema que queremos vivir mañana. Además, pone en valor cuestiones como “la perseverancia, la pasión y la creatividad”, cualidades que, para ella, “no tienen género ni edad”.

En este sentido, La Nave juega un papel fundamental a la hora de ser el escenario para esa colaboración entre mujeres. El hub de innovación ha querido dedicar el mes entero al papel femenino en el mundo del emprendimiento, con actividades como el Women Pitch Competition, que busca reunir a 10 startups con al menos el 50% de su capital social en manos de mujeres ante inversores y expertos del sector.

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