Bruselas contendrá a los radicales, pero las elecciones europeas incendian la gobernabilidad de Francia o Bélgica y avisan a España

Ursula von der Leyen podrá revalidar la presidencia de la Comisión Europea por otros cinco años.
Ursula von der Leyen podrá revalidar la presidencia de la Comisión Europea por otros cinco años.

REUTERS/Piroschka van de Wouw

Foto del redactor Alberto R. AguiarFoto del redactor Alberto R. Aguiar
  • Von der Leyen ya lo ha dicho: pactará con socialdemócratas y liberales para seguir conteniendo a los extremismos "de la izquierda" y "de la derecha".
  • Sin embargo, los resultados de las europeas incendian el equilibrio político en varios Estados miembros y sumergen en una crisis a la izquierda española.

Todavía no hay photo finish pero las elecciones europeas ya han sido un sonoro terremoto en todos los Estados miembros de la Unión.

Las proyecciones del Parlamento Europeo en las primeras horas de la madrugada de este lunes confirmaban el ascenso del grupo del PP europeo (PPE) y de Conservadores y Reformistas (ECR, el grupo en el que se adscribe Vox). También el descalabro de Renew, el grupo de los liberales, que ve cómo se desvanecen los ocho escaños que les daba desde España el partido Ciudadanos.

Más allá del reparto de escaños, el terremoto se ha dejado notar en algunos Estados miembros con especial virulencia. Este domingo, mucho antes de que se conocieran los resultados provisionales, el presidente Emmanuel Macron anunció la disolución de la Asamblea Nacional francesa, con el consecuente anticipo electoral.

Macron ha visto cómo el Frente Nacional de Marine le Pen ha conseguido ser primera fuerza política con el 31,5% de los votos, según las últimas estimaciones. 

Algo parecido ha sucedido en Bélgica, donde el primer ministro Alexander de Croo también anunció este domingo su dimisión tras ver a los flamencos ultraderechistas del Vlaams Belang convertirse en primera fuerza en votos en las europeas y segunda fuerza en las elecciones federales que también se celebraban. El frágil equilibrio que es la gobernabilidad de la UE... será todavía más frágil.

A pesar de esos buenos resultados de partidos adscritos a Identidad y Democracia, la proyección actual de la Eurocámara da que la organización de derecha radical pasaría de los 73 eurodiputados que logró en 2019 a 58 parlamentarios, algo más de un 8% de la composición del nuevo Parlamento. AfD, su brazo alemán, fue expulsado y ha conseguido ser hoy segunda fuerza en su país.

Más radicalismo y quizá más grupos en la Eurocámara

Esta proyección, sin embargo, sigue incompleta. No solo se deben conocer los resultados definitivos de los Veintisiete, así como los provisionales de Italia o Irlanda, entre otros. También queda ver cómo se reparten los 53 nuevos parlamentarios que no se han distribuido por ahora entre los grupos que ya existieron en la pasada legislatura.

También habrá que ver si surgen nuevos grupos.

Esto es clave. En Hungría el partido de Viktor Orbán ha vuelto a ser primera fuerza. Orbán es uno de los referentes de la ultraderecha en el Consejo Europeo. Sin embargo, las europeas en ese país han dejado un reparto de escaños más reñido de lo esperado con la irrupción de Péter Magyar y su partido, Tisza, que podría integrarse en el grupo del PP europeo.

Si Orbán es referencia en el Consejo Europeo para el grupo europeo Identidad y Democracia, otra líder como la primera ministra italiana Giorgia Meloni lo es para el grupo de Conservadores y Reformistas Europeos, el ECR en el que se integra Vox. En los últimos años se han tenido conversaciones para que ECR e ID confluyan en el mismo grupo. Las diferencias, por ahora, parecen irreconciliables. 

Las líneas rojas están bien definidas, y algunas llegan al apoyo a Ucrania tras la invasión rusa. En ese marco, cabe preguntarse si la AfD alemana, ahora huérfana de partido europeo, podría crear su propio grupo. Por sí misma no cumple con los requisitos de la Eurocámara. Y ahí tocará preguntarse qué harán los tres eurodiputados del partido del agitador Alvise Pérez, Se acabó la fiesta.

Steven van Hecke, profesor en la KU Leuven (Bélgica), ya avisó hace unos días que no sería extraño ver en esta legislatura a no dos, sino tres grupos de ultraderecha en la Eurocámara, siendo el tercer y nuevo grupo un bloque favorable a los intereses de Putin. "Varios partidos de extrema derecha están en vías de radicalización", recalcaba el experto en Euronews.

Consejo Europeo más de derechas a pesar de las intenciones de Von der Leyen

Lo primero que se supo este domingo al caer la tarde es que el PP europeo sigue dispuesto a volver a formar un bloque para la Comisión Europea con socialdemócratas y liberales. Las cuentas salen. La suma del PPE, de S&D y de Renew Europa supera los 400 escaños, con lo que contarían con una holgada mayoría absoluta que facilitaría las iniciativas legislativa de la Comisión.

No por menos esperado dejó de ser una sorpresa: poco antes de que comenzara la campaña electoral, la spinzenkandidat —aspirante por el PPE a ser presidenta de la Comisión— Ursula von der Leyen tendió su mano a Giorgia Meloni en un debate electoral. Adujo que ella y Meloni podrían "trabajar juntas".

En España, Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, comulgó con lo que acababa de decir su compañera de filas. Defendió que la derecha de Giorgia Meloni no era "homologable" a otras organizaciones de ultraderecha presentes en la Eurocámara.

Finalmente no será necesario contar con ECR, de Meloni o Vox, ya que la suma de las tres organizaciones dan esa mayoría absoluta que facilitará las cosas durante la próxima legislatura.

Así afectará el resultado de las elecciones europeas, sector a sector

Otra cosa es qué sucederá con la composición del Consejo Europeo y el Consejo de la Unión Europea. El primero es el encargado de dictar el rumbo y las prioridades políticas a la Comisión. Lo integran los ministros de los Veintisiete, que se reúnen en encuentros en función de sus ramos. El Consejo de la Unión Europea, por otro lado, es el otro colegislador, junto al Parlamento Europeo.

La Comisión propone reglamentos y directivas y es trabajo del Parlamento Europeo y del Consejo de la Unión Europea negociarlas y aprobarlas. Qué sucede: que el Consejo de la Unión Europea lo componen las jefaturas y primeros ministros de los Estados miembros. Y si en Francia, que ahora anticipa elecciones, gana la ultraderecha, Orbán no será el único escollo para la legislatura.

La gobernabilidad de la Unión Europea recae, ineludiblemente, en la gobernabilidad de sus Estados miembros. Y la posibilidad de que la derecha radical siga conquistando gobiernos en los Veintisiete sigue estando ahí. En Francia ya hay voces llamando a un frente popular con el que contener a Le Pen. El desafío continúa.

Y en España qué: se abre un cisma a la izquierda del PSOE y el PP no disipa sus dudas con su liderazgo

Las elecciones europeas son un termómetro formidable para pulsar el estado de ánimo y opinión de un Estado miembro: al final, España se convierte en una circunscripción única en el que los partidos concurren en todos los rincones del territorio, por territoriales o regionales que sean, y los 61 eurodiputados en juego se reparten sin necesitarse un mínimo de votos para optar a representación.

Pero no se puede ignorar que unas elecciones europeas no son unos comicios seguidos con mucho entusiasmo por los electores. Este 9 de junio de 2024 solo ha votado el 49,21% del censo. O lo que es lo mismo: más de la mitad de la población llamada a votar se ha quedado en casa.

Es una cifra que puede resultar devastadora, sobre todo si se compara con la conseguida en 2019. En aquel año, las europeas lograron movilizar al 60,72% del censo. Pero es una comparación tramposa: aquel año, las europeas se celebraban a la misma vez que las elecciones municipales y, en algunos casos, las autonómicas.

El PP, por su parte, ha conseguido una victoria pírrica teniendo en cuenta que aspiraba a poner contra las cuerdas al PSOE de Sánchez. Solo le diferencian dos eurodiputados. El PP consigue ganar mientras que el PSOE consigue reivindicarse como uno de los pocos Gobiernos progresistas que están respaldados por los electores en toda la Unión Europea.

El incendio se está produciendo ahora a la izquierda del PSOE, eso sí. Los tres eurodiputados de Sumar —los mismos que ha conseguido Alvise Pérez con un canal de Telegram— y los dos de Podemos no son una buena noticia, y ambas organizaciones se están reprochando desde hace horas los números.

Que con Sumar solo hayan entrado tres eurodiputados también quiere decir que IU está por primera vez en lustros fuera del Parlamento Europeo. Su principal candidato, el hasta ahora eurodiputado Manu Pineda, no podrá continuar en la Eurocámara. Eso, siempre y cuando alguno de los tres eurodiputados de Sumar no dimita y corra la lista, algo que no sería descabellado.

Con IU fuera de la Eurocámara la plataforma de partidos Sumar vive un momento de tensión. También después de que en la noche de este domingo varios cargos de Más Madrid salieran en tromba a exigir responsabilidades a la dirección de Sumar, esto es, a Yolanda Díaz.

Vox, por su parte, se convierte en tercera fuerza pero ve cómo a su derecha irrumpe la agrupación de electores de Alvise Pérez. Ahora Repúblicas se mantiene en los tres escaños, Junts pasa de dos a un solo eurodiputado, y CEUS, la plataforma en la que concurría el PNV, revalida su parlamentario.

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