Así es como se reinventa la nube: estos son los grandes desafíos en torno al cloud que tu empresa debe conocer

Creado por BrandLab para Everis NTT Data
Reinvención del cloud, por Everis y NTT Datta

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  • Más allá del cumplimiento de las normativas online y la seguridad, el cloud se enfrenta a nuevos retos como la hiperautomatización y la Inteligencia Artificial, según los expertos de la consultora everis.
  • Las compañías deben ser pacientes. En realidad, no se empieza a rentabilizar su cambio al cloud hasta que el coste de las infraestructuras on-premise no desaparece de sus balances.
  • La madurez del cloud vendrá de la mano de nuevas estructuras corporativas y de entornos con varios servicios de diferentes proveedores. ¿Su futuro? Pasa por optimizar costes y por la hiperconectividad. 

Trabajar con la nube no es un debate actual. Ha dejado de ser un concepto novedoso, valiente o creativo para convertirse en el día a día de cualquier empresa. La nube es la herramienta más sencilla que tienen a su disposición las compañías para mantener controladas sus necesidades en términos informáticos y tecnológicos. Atrás quedaron las antiguas inversiones de capital con las que una empresa compraba software o se suscribía a licencias de programas. 

Actualmente, pagar por todo este software o hardware ya no tiene sentido. Hoy, con la normalización del cloud en el tejido empresarial, se paga solo por lo que se usa. Algo que resulta atractivo, flexible, sostenible y práctico. Ya en 2019, antes de la pandemia, las startups, por ejemplo, apostaban fuertemente por la nube. Era su gran inversión, sobre todo si se compara con el presupuesto que destinaban a otras partidas tecnológicas.

Las empresas que confían sus datos en la nube se libran de ciertas preocupaciones… es decir, de actualizaciones. Un eterno pendiente en las áreas informáticas de antaño. Serán ahora los proveedores de servicios en la nube los que tendrán una alarma en sus agendas: son los nuevos responsables de que el entorno cloud se encuentre en todo momento en su estado más óptimo. Y lo es, además, por el hecho de compartir componentes con otros clientes y su gran interoperabilidad

La nube se reinventa, para Everis y NTT Data

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Entonces ¿cuál es el siguiente paso? Una de las marcas con más expertise en servicios IT, everis, cree que el cloud ya está haciendo frente a grandes desafíos en la actualidad. Por un lado, la consultora reflexiona sobre la dependencia de un único proveedor, algo que puede darse no solo en la nube sino también en el entorno físico. Pero también cuestiona la seguridad y el cumplimiento de las normativas y, en este caso, el mundo físico y el virtual distan bastante. 

Everis, que en 2014 se unió al grupo NTT DATA, la sexta empresa de servicios IT más importante de mundo, recuerda que no se trata simplemente de cambiar el centro de datos físico de una empresa por uno virtual. Confiar en la nube va mucho más allá. “Hay que tener en cuenta la soberanía de los datos, la legislación nacional aplicable, las diferencias en los procedimientos gubernamentales, además del inevitable desafío que supone mantener la seguridad de los ecosistemas”, explican desde la compañía. 

De todas formas, más allá de la dependencia o de las normativas, existen dos puntos clave para el buen hacer del cloud. Los costes y la evolución de la nube. A nadie le extraña que las empresas no se escondan a la hora de alardear del ahorro de costes si se trabaja en la nube. Es una de sus grandes ventajas. La realidad es –reivindican desde everis- que no se empieza a ahorrar hasta que se ha completado el cambio totalmente. 

Una compañía no empezará a monetizar la nube hasta que el coste de las infraestructuras on-premise no desaparece de sus balances. Algo sencillo, pero que, en ocasiones, es difícil de tener presente. El cloud es como un viaje a largo plazo y las expectativas sobre su buen uso y rendimiento deben ir alineadas a él

La (re)evolución del cloud

Como buen proyecto a largo plazo, se va adaptando. Y su simple definición va mutando. Es una cuestión de evolución, aunque para algunos se intuye una segunda revolución de la nube. Recordemos que el gran valor añadido de la nube era, de entrada, muy sencillo: un espacio privado propio dentro de un centro de datos virtual, flexible, ágil y siempre puntero. 

Según el informe “IDG 2020 cloud computing research”, los presupuestos de computación en la nube están aumentando, y ya se espera que el 32% del presupuesto de todo el departamento de TI de las empresas se asigne a la computación en la nube en los próximos 12 meses. Algo que no es de extrañar teniendo en cuenta que, actualmente, más de la mitad (55%) de las organizaciones usa múltiples nubes públicas, y el 21% asegura que usa tres o más.

¿Qué ha cambiado desde sus inicios? La ambición de hacer del cloud un espacio mucho más interconectado que permita trabajar en ecosistemas más ágiles. Esta madurez del cloud tendrá repercusiones en las estructuras corporativas y en las propias organizaciones. Asimismo, parece vislumbrarse en el sector un cambio hacia los entornos multicloud; es decir, hacia la gestión de varios servicios en la nube prestados por más de un proveedor. 

Para llevar a cabo estos desafíos, el mercado se apoya en la hiperautomatización o, lo que es lo mismo, en el uso inteligente de la Red y del Edge. Es la estrategia para acelerar la toma de decisiones basándose en algoritmos inteligentes y así poder, por ejemplo, mejorar el control de sistemas complejos en centros de operaciones geográficamente dispersos. 

Las empresas no deben temer a tantos cambios. Se trata, sencillamente, de seguir avanzando con la misma rapidez que el propio entorno y apostar, de manera clara, por la digitalización de la industria. La tecnología en la nube vino para quedarse y hemos de ser conscientes de que los giros inesperados suceden en los ecosistemas off y online. Saber adaptarse a ellos es lo que marcará el éxito de una compañía. 

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