Innovación antes de la "era Tesla": así era el coche autónomo que fabricó Continental en 1958

Business Insider España
Continental
  • El 11 de septiembre de 1968 Continental llevó a cabo su primera prueba con un vehículo sin conductor.
  • La empresa alemana solo buscaba encontrar un buen método para probar ruedas de coches.
  • Ahora la compañía continúa con sus test en busca del vehículo autónomo en Texas, Estados Unidos.

Hace 50 años que la empresa alemana de la industria automotriz Continental AG estaba anticipando el futuro del mundo del motor, aunque, probablemente, sin saber hasta qué punto.

Continental llevó a cabo el 11 de septiembre de 1968 su primera prueba con un vehículo sin conductor ─y controlado electrónicamente─ en el Brezal de Luneburgo, en Alemania. 

El objetivo de este proyecto de la compañía era determinar cómo podrían probarse las ruedas de un automóvil bajo unas ciertas condiciones programadas, pero también abriría paso a uno de los propósitos más claros de la industria durante el siglo siguiente: cómo conseguir que los vehículos se conduzcan solos.

La prueba supuso un gran evento público que generó mucha expectación, así que se realizó ante los ojos de curiosos y de más de 400 medios de comunicación, según la empresa.

En el test, el vehículo iba guiado por un cable pegado a la carretera, y el sistema electrónico incluido en el coche utilizaba sensores para detectar si estaba siguiendo el camino adecuadamente y, si no, ajustaba la dirección.

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La idea de este nuevo sistema de ensayo era que al descartar la influencia humana, los resultados obtenidos se consideraban mucho más precisos. Pero, ¿cómo podía desplazarse entonces un coche sin conductor? 

El vehículo utilizado entonces para las pruebas.
El vehículo utilizado entonces para las pruebas.

El mecanismo incluía bobinas de medición unidas al vehículo que detectaban un campo magnético creado por el cable que se había pegado previamente a la superficie de la carretera, y así permitía que el sistema contara con precisión electrónica.

Además, en el Mercedes-Benz 250 Automático en el que se probó el sistema, los ingenieros instalaron equipos de dirección electromecánica, un regulador de aceleración electromecánico y un sistema de radio para las mediciones.

Asimismo, los parachoques contaban con antenas, con la electrónica de control y un sistema de frenado electro-neumático alojado en el maletero.

Otras de las habilidades del sistema incluían que el vehículo podía frenar, acelerar o hacer sonar la bocina solo con las órdenes que recibía a través del cable del suelo.

En la creación de este sistema participó Hans-Jürgen Meyer, hoy, de 78 años, junto con otros investigadores de Siemens Westinghourse que desarrollaron estos sistemas para las pruebas de vehículos sin conductor para Continental en las universidades de Múnich y Darmstadt.

Meyer era entonces un joven ingeniero responsable de idear nuevos métodos para analizar cómo funcionaban las ruedas.

"Para nosotros, los jóvenes ingenieros, el e-car era como un juguete enorme", ha asegurado Meyer en el evento del aniversario. Entonces, su invento era un coche controlado electrónicamente. 

El ingeniero incluso tenía que vigilar al vehículo en las primeras pruebas nocturnas. "Hubo una fase piloto, durante la cual también se realizaron pruebas con el e-car por la noche", cuenta. 

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"El objetivo era utilizarlo de la forma más eficiente y eficaz posible. Eso significaba que me tenía que quedar en la estación de control mientras el coche pasaba la noche. Verías los faros que aparecían y desaparecían una y otra vez. A veces, sin embargo, el coche no pasaba. Esto significaba que había perdido el cable y se había detenido automáticamente", relata Meyer.

Hoy día, la empresa trabaja en la conducción altamente automatizada y autónoma, tanto en autopistas, ciudades y para ayudar con el estacionamiento, con el objetivo de que los hoy día conductores de automóviles pueden centrar temporalmente su atención en actividades distintas de la conducción, así como que, en última instancia, no tengan que preocuparse por la carretera en ningún momento.

Asimismo, la empresa continúa probando las ruedas de sus vehículos en coches autónomos, monitorizados, eso sí, con nueva tecnología y desde un centro de control que les hace más fácil comparar los resultados.

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