El debate sobre la lucha de clases se ha sustituido por otro tipo de confrontaciones dialécticas o sociales, pero aún subyace esa división entre clase baja, media y alta. Pero, ¿realmente es así? No respecto a que no haya esas desigualdades, sino a lo relativo de ser de uno u otra y si realmente es así. Al menos eso ocurre en las clases media y alta, pero también puede entre media y baja.  

¿Realmente una persona que gana un sueldo que se considera de clase alta está mejor que otro que vive con ingresos de clase media? ¿Es solo ese parámetro válido para dividir los grupos o, al contario, no refleja la situación real? Lo que dice la realidad a veces no se corresponde con los fríos números, sobre todo si entran factores como el ratio ingresos-gastos, calidad de vida, tiempo libre, etc. 

Antes, los fríos números

Ya el relativismo comienza según donde vivas, siendo incluso el factor más determinante. Con el mismo sueldo neto, puede ser casi pobre en Manhattan pero clase alta en Soria, debido al coste de la vida y también las exigencias sociales en uno u otro lugar. Pero, ¿en España qué baremos usamos para definir clase baja, media y alta?

Solo con los fríos números y con la base del sueldo medio actual en España, que es de 18.000 euros (si bien la mediana estaría en realidad en los 16.000 euros), la clase alta es la que dispone de rentas por encima del 150% de la renta media (45.000 euros brutos anuales), aunque de manera popular se establece un límite de 60.000 euros como un sueldo alto. Los ingresos inferiores a un 30% por debajo de la renta media (12.600 euros), sería clase baja.

Cuidado con lo que crees que eres  

El canal de YouTube Finanzas para todos publicaba una pieza sobre qué es ser realmente clase media y alta. La idea de la clase media ha sido durante mucho tiempo un tema de conversación en todo el mundo. Sin embargo, la realidad es que la mayoría de las personas que se autodenominan clase media pueden no serlo de facto. 

Este concepto tiene un impacto significativo en la economía de las personas y sus decisiones financieras. Al leer el artículo quizá puedas dilucidar exactamente dónde estás, y quizá también si te sentías alta pases a media y viceversa. La misma percepción puede afectar tu bienestar financiero.

Un caso práctico

Si te dicen si prefieres ganar 150.000 euros al año que 50.000, seguramente dirías sin pensar que lo segundo. Además, según parámetros de muchos países, en el primer caso ya estarías cerca de la clase alta, y en el segundo en plena clase media o incluso media-baja, según el coste de vida. Sin embargo, lo relativo en economía se muestra no en los números, sino en las realidades particulares.

Si ganas esos 150.000, pero se te va en gastos, tienes deudas, mantener dos coches, hijos, un estatus social, etc., puede suponer que realmente tu vida esté muy lejos de ser clase alta; en cambio, si ganas 50.000, pero has sido ahorrador, lo tienes bien invertido con réditos, no tienes deudas ni apenas facturas o gastos por encima de tus posibilidades, quizá lleves una vida más de clase alta.

¿Qué significa realmente ser de clase media?

El término clase media ha evolucionado con el tiempo y su significado puede variar según el contexto geográfico y económico. Lo que se considera un ingreso de clase media en una ciudad costosa como Nueva York puede ser muy diferente en una zona rural. La falta de una definición concreta y universal hace que sea complicado determinar quién es realmente de clase media.

Históricamente, la clase media se utilizaba para describir a aquellos que no eran nobles ni campesinos en la Europa temprana. Eran comerciantes ricos o dueños de fábricas. Hoy en día, estas personas serían consideradas de clase alta. El término clase media se ha vuelto tan amplio que resulta prácticamente inútil como una clasificación precisa y cada vez lo es menos.

El impacto de una definición cambiante

La falta de una definición precisa de clase media plantea desafíos financieros. Muchas personas creen que son de clase media, pero la realidad es que sus ingresos y su calidad de vida no se ajustan a esa categoría. Esta percepción puede llevar a gastos excesivos y problemas financieros.

En un estudio de Bankrate, se reveló que el 57% de los estadounidenses se sienten incómodos con sus ahorros de emergencia y no podrían cubrir gastos inesperados sin endeudarse. Esto se debe en parte a la ilusión de que pertenecen a la clase media y deberían tener un cierto nivel de vida. Lo mismo puede ocurrir si eres media y te sientes alta. 

La presión del estilo de vida de clase media

Mantener un estilo de vida de clase media y sobre todo alta puede ser costoso, especialmente en áreas urbanas caras. La necesidad de tener dos coches, una casa grande y vacaciones costosas puede llevar a un estrés financiero significativo. 

Las personas pueden sentirse atrapadas en empleos que les permiten mantener ese estilo de vida, pero que en realidad no les brindan seguridad financiera. Otra cuestión es si incluimos el factor tiempo y calidad de vida: ¿eres más rico en términos absolutos si trabajas sin horarios, con estrés, pero ganando 200.000 euros al año o 70.000 en lo que te gusta y con tiempo libre?

Evitar trabajos bien remunerados por miedo a la clase trabajadora

Un factor de lo más sociológico y presente en las últimas décadas es otra de las claves en la percepción de clase, en este caso no en lo que ganas, sino cómo lo ganas. Los padres que no pudieron estudiar deseaban formación para sus hijos, y ello derivó en ocasiones en acabar en una oficina como mileurista, aunque licenciado.

Sin embargo, otros optaron por la "indeseable" FP y acabaron como conductor de camiones, agricultores o técnicos de la industria del petróleo. Son percibidos como clase trabajadora y media-baja, pero, no solo no son mileuristas, sino que alcanzan sueldos de clase alta. De cara al exterior, sin embargo, por la forma de vida, puede el mileurista parecer más clase media-alta que el agricultor.

La influencia de la familia

Otro factor que se señala en el vídeo, es que la riqueza de los padres a menudo determina la situación financiera de sus hijos en la vida adulta. Los padres ricos pueden proporcionar mejores oportunidades a sus hijos, como pagar la educación superior sin dejarlos endeudados. 

Además, la educación financiera transmitida desde una edad temprana puede marcar una gran diferencia en la vida de una persona. Una vez más, puedes ganar menos, pero tener ahorrado y saberlo invertir, frente a un sueldo muy superior, casa y coche caro... pero sin ahorros, con deudas y demasiadas facturas que atender para mantener ese estatus. 

Las consecuencias de sentirse de clase media

Lo mismo ocurre en la línea entre clase media y baja. Sentirse de clase media cuando no se tiene una base financiera sólida puede tener diversas consecuencias. Las personas a menudo toman decisiones financieras arriesgadas, como invertir en estafas o tomar préstamos para mantener un estilo de vida inalcanzable o escalar a lo que se pensaba clase alta cercana. 

Sin embargo, no solo estaba más cerca de la baja, sino que realmente pertenecía a ella o al menos a la clase baja-media. Pero esa ceguera les hace evitar tomar riesgos inteligentes, como cambiar de trabajo o mudarse a una ciudad con mejores oportunidades y menor coste. Uno de los comentarios al vídeo lo tenía claro: "Acumulas cosas, eres clase baja; acumulas deudas, clase media; acumulas inversiones, clase alta".