Prioridad estratégica, integración sistémica y digitalización inteligente: los tres pilares para conseguir la resiliencia en una empresa

Business Solutions para F24
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Para que una empresa sea verdaderamente resiliente necesita voluntad, concienciación y comprensión del tema y, sobre todo, una integración sistémica (y digital) de todas las medidas.

La resiliencia es tarea de toda la empresa y la creación de un comité de resiliencia con personal especializado puede ayudar a asegurar que el tema no quede relegado a un segundo plano entre las numerosas exigencias del trabajo diario. 

Acabamos de salir de una crisis de tres años: no nos hace falta más práctica. Seguro que más de uno (y de dos) ha escuchado esta sentencia de boca de los directivos de su empresa. Grave error. Nunca hay que subestimar la complejidad de ciertas tareas ni sobrestimar las propias capacidades. Y aquí es donde aterriza un concepto clave en el presente, y futuro de las empresas, la resiliencia, que es ya una responsabilidad fundamental en las organizaciones. O debería serlo. 

Ser una empresa resiliente es sinónimo de una organización capaz de superar las crisis con rapidez y con los menores daños posibles. Además de una gestión competente de las crisis, las compañías resilientes modernas deben fomentar otros factores como la agilidad, la capacidad de aprender, adaptarse y regenerarse con rapidez. 

La resiliencia organizativa no se debe confundir con la fortaleza ni con la asertividad. “Se trata más bien de la capacidad de considerar los retos como una tarea colectiva”, destaca Jana Meißner, socia directora de MEISSNER The Resilience Company. Por eso, cada vez es más importante reconocer y aprovechar las oportunidades que surgen en estos momentos altamente complejos. Y hacerlo conjuntamente. Resumido en una frase: las organizaciones necesitan implantar una cultura corporativa en la que se fomente la resiliencia.

Jana Meißner, socia directora de MEISSNER The Resilience Company
Jana Meißner, socia directora de MEISSNER The Resilience Company

Sin embargo, muchas de ellas suelen pasar por alto el hecho crucial de que, ante todo, “deben dominar un arte: el de reconocer los peligros. Sin un sistema de alertas tempranas que sea interdepartamental, incluso la mejor respuesta o la más rápida será ineficaz”, explica Markus Epner, director de la Academia de F24, proveedor europeo de SaaS para la gestión de crisis. 

Markus Epner, director de la Academia de F24
Markus Epner, director de la Academia de F24

Estrategia, integración y digitalización

La resiliencia siempre empieza por las personas. Sin la actitud o el comportamiento adecuados tanto por parte de la dirección como del personal, ni siquiera las políticas mejor diseñadas servirán de mucho.

Para ser más resilientes, las organizaciones deben trabajar en muchos aspectos y ámbitos diferentes. Sin embargo, para prepararse ante supuestos imprevistos, no se trata de abordar los múltiples factores de éxito de la resiliencia con medidas aisladas, sino que “hay que adoptar el compromiso de aplicar una estrategia de resiliencia, una integración sistémica exhaustiva y una digitalización inteligente”, opina Jana Meißner.

En estudios recientes de consultoras como Deloitte o McKinsey se observa una tendencia común: existe una falta general en las compañías de comprensión, de recursos adecuados y de una estrategia bien definida para implantar la resiliencia organizativa.

Un estudio de Deloitte resume en tres los obstáculos principales para lograrlo: esa falta de comprensión del tema, pero también el no saber priorizar entre la multitud de tareas estratégicas y, sobre todo, la escasez de personal cualificado.

Si bien la asesoramiento externo puede ser beneficioso, por sí solo no basta. Para Markus Epner, la verdadera resiliencia requiere un planteamiento integral, interconectado y sistémico, así como un compromiso auténtico con el cambio y la voluntad de superar los silos organizativos. Jana Meißner añade a esta idea que “el camino hacia una empresa resiliente debe empezar desde la dirección”.

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Obstáculos por el camino

Quienes consideran la resiliencia como un proyecto asumen que verán resultados en un futuro próximo. Sin embargo, “el camino hacia una empresa más resiliente no es un sprint, sino una carrera de fondo en la que a menudo intervienen varias generaciones de directivos”, explica Jana Meißner. Por lo tanto, la resiliencia, al igual que la gestión de crisis, se debe considerar una tarea continua, a la que hay que dedicar la atención y los recursos adecuados.

Markus Epner identifica un problema importante. Y lo hace centrándose en el poder de la información. El experto considera que los informes de las empresas suelen carecer de coordinación y, en el peor de los casos, presentar cifras contradictorias. Por esta, y otras barreras, la creación de un comité de resiliencia con personal especializado permitiría asegurarse de que el tema no quede relegado a un segundo plano entre las numerosas exigencias del trabajo diario. 

En todas las empresas, incluidas las que ya se centran en la resiliencia, es importante tener una comunicación abierta e interdepartamental. También es crucial mantener una visión imparcial e integral de la situación que ayude a ser consciente de los éxitos, pero a su vez de las áreas de mejora.

Vamos que, en lo que se refiere a la resiliencia, las empresas se enfrentan actualmente a varios retos. Meißner, junto a Markus Epner, resumen en tres las tareas clave que hay que empezar a implantar desde hoy mismo: aumentar la concienciación sobre los desafíos, establecer una resiliencia sistemática y digitalizar –de forma inteligente- los procesos y canales de comunicación. 

Y es que, sí, la resiliencia es inicialmente independiente de la tecnología y empieza siempre por las personas. Pero, “el camino hacia una empresa resiliente es más ágil y eficiente si se cuenta con la ayuda específica de una digitalización inteligente”, puntualiza Jana Meißner. 

Por esta razón, los proveedores de servicios como F24 van un paso más allá en sus servicios y dar solución a este imperiosa necesidad. Gracias a su módulo de resiliencia no solo ofrecen la capacidad de analizar riesgos y consecuencias, las empresas clientes también van a poder integrar este módulo perfectamente en sus sistemas existentes. Un servicio que destaca por su transparencia y es que establece una base de datos global con un esfuerzo mínimo para que toda la empresa funcione con una base de datos compartida y no redundante.

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