Como si fueran cementerios de aviones, en 37 lugares de EE.UU., Volkswagen almacena 300.000 coches diésel, son los que ha tenido que recomprar a sus propietarios.
La industria automovilística alemana, bajo sospecha de experimentar con humanos. Supuestamente habrían hecho inhalar gases para determinar cuáles serían sus efectos.