Tener olfato para los negocios, ¿mito o realidad? Tres expertas en inversión, trading y bolsa nos desvelan las claves para saber identificar una idea exitosa

En palabras del magnate británico Richard Branson, “las oportunidades de negocio son como los autobuses; siempre están llegando”. ¿Cómo saber, entonces, a cuál subirnos y a cuál no? La clave es lo que muchos virtuosos en la materia han querido definir como “olfato para los negocios” pero, ¿existen realmente esas notas olfativas que hacen a los expertos catalogar una idea como apta para invertir? Tres expertas en inversión, trading y bolsa nos ayudan a descifrar las cualidades que acompañan a las narices mejor cualificadas para rastrear una buena oportunidad de negocio y, lo más importante, nos desvelan cómo llegar a desarrollar ese sexto sentido que nos puede catapultar al éxito. 

El olfato para los negocios existe

Aunque en la premisa principal, nuestras expertas coinciden —el olfato para los negocios existe—, es en su naturaleza donde encontramos disparidad de opiniones. “Aunque creo que nadie tiene una bola mágica, también creo que el olfato crece en proporción a la experiencia”, afirma Helena Torras, managing partner de PaoCapital y consejera independiente. Una fe en la capacidad de aprendizaje secundada por  Francisca Serrano, escritora de ocho libros y CEO de Trading y bolsa para torpes: “Hay personas que nacen emprendedoras. El hijo de un alumno cuyo vídeo está en mi canal vendía los albaricoques de su padre de puerta en puerta a los cinco años. No por petición del padre, sino motu propio. El gen de los negocios o se trae, o se adopta por el estudio y la enseñanza financiera, algo que desgraciadamente falta en las instituciones educativas de este país”. Por el contrario, Margarita Rivas, broker y escritora, se inclina más hacia la naturaleza vocacional de este sexto sentido: “Bajo mi punto de vista, el olfato para los negocios es una realidad, o mejor dicho una característica, que probablemente viene implícita en el genotipo, como el que es alto o bajo, tranquilo o nervioso, emprendedor o empleado. No todos valemos para las mismas cosas”.

Metáforas aparte, hay casos prácticos donde el olfato se convierte en la principal herramienta de trabajo. Anne Flipoes un ejemplo real de cómo una “buena nariz” puede llegar a ser la clave del éxito. No en vano, esta perfumista francesa es la artífice, junto a Carlos Benaïm, de la nueva fragancia femenina de Yves Saint Laurent, Libre, que representa a la mujer fuerte y valiente que siente la libertad en toda su plenitud.

Y si Flipo ha conseguido traducir la libertad en una ecuación olfativa, ¿cómo podríamos decir que huele algo tan complejo y vibrante como la bolsa? “Al igual que los perfumes varían su olor según el cuerpo en que se ponen, diría que la bolsa tiene unos olores seductores que no siempre acaban oliendo igual para todos los inversores”, comparte Torras. Para Rivas, por su parte, esa dualidad tiene nombre y apellidos: “La bolsa huele a codicia, a miedo, a envidia, a euforia, a satisfacción, a fracaso; la bolsa huele a todas las emociones humanas mezcladas en un cóctel irresistible”.

La estructura de este nuevo perfume mantiene la tensión olfativa tan característica del patrimonio y las fragancias de Yves Saint Laurent: la flor de lavanda de Francia, ingrediente característico de las fragancias fougere masculinas, combinado con un corazón ultra femenino; la flor de naranja de Marruecos. Ingredientes muy diferentes, pero igual de contundentes, que las notas olfativas que seducen a nuestras expertas en inversión.

En el caso de Torras, las premisas que logran convencerla a la hora de invertir en un nuevo proyecto son, según ella misma confiesa, “las típicas: mercado enorme, escalable, equipo potente y comprometido, estar en el momentum correcto, y en mi caso, añadiría, viabilidad del negocio, entender la estrategia de financiación, y visión, y por supuesto, que me ha de atraer, emocionar el proyecto y su misión”. Francisca Serrano, además, se guía mucho por el factor humano: “Soy socia en varias empresas y para decidirme he debido ver que esas startup, a largo plazo, pueden generar muchos beneficios. También porque me guste su CEO; sea una persona capaz y esté absolutamente alineado con la compañía”, comparte.  

¿Qué papel juegan las sensaciones cuando hay dinero en juego? 

“Fundamental y determinante. A mí me hacen mucha gracia las personas que pretenden aprender a invertir en bolsa con dinero virtual, ¡como si sirviera para algo!… de la misma forma que un simulador de vuelo no te convierte en piloto, pero bueno, es el gancho que utilizan los vendehúmos que pululan a patadas por las redes sociales prometiendo la libertad financiera. En el momento que tienes que tomar una decisión y hay dinero en juego, tu mente empieza a funcionar como una olla a presión: dudas, incertidumbre, miedo, codicia… en fin, todas las emociones que un ser humano es capaz de experimentar bajo presión se fusionan cuando hay dinero por medio”, sostiene Margarita Rivas.

Según agrega Torra, “siempre que hay que tomar una decisión, las sensaciones están ahí; sin embargo, hay que tener en cuenta la situación en que se toma la decisión. Por ejemplo, no pueden tener el mismo peso las sensaciones cuando decides invertir como business angel, con tu dinero, que cuando lo haces como fondo de capital riesgo, en el que gestionas el dinero de otros, y las decisiones no pueden guiarse únicamente por la intuición, tienen que tener sólidos argumentos que las contrasten, ya que tienes un deber fiduciario con tus inversores. Sin embargo, las sensaciones pueden generar alarmas que fuercen a buscar más datos o respuestas a temas que quizás no estaban en primera línea. Hay que tener en cuenta que, en las decisiones de inversión, sueles tener poca información o información incompleta, la intuición (reforzada por la experiencia) te ayuda a cubrir estas lagunas”.

Dentro y fuera del negocio de la perfumería, todas estas expertas cuentan, cada una desde su trinchera particular, con un claro denominador común: el olfato femenino. Para Serrano, “las mujeres no tenemos el macho alfa masculino; esto es una gran ventaja. No tenemos tanto ego y solemos respetar más las reglas.En mi equipo hay más mujeres que hombres. Llevar una empresa no es más que gestionar el ego de todos los que participan en ella; sacando lo mejor de cada uno y liderando un equipo que se mueva como una máquina focalizada en un objetivo. Conseguirlo requiere habilidades que no enseñan en las escuelas”. 

Y, aunque esas aptitudes son inherentes a la persona, desde el punto de vista de Serrano, sí encontramos oportunidades de desarrollo en cuanto a las características que definen a una "buena nariz". En opinión de Rivas, “obviamente todo se puede entrenar, pero desarrollar una cualidad es una carrera de fondo. Solo con disciplina, preparación, constancia y método lo puedes lograr. Sin embargo hay personas que están dotadas de un olfato extraordinario para los negocios y les cuesta bastante menos conseguir el éxito que a los que carecen de esas cualidades”.

En definitiva, aunque no existe la fórmula perfecta y definitiva para saber dónde invertir nuestro dinero con total garantía, siempre nos queda la esperanza de llegar a desarrollar ese olfato de sabueso. “Creo sinceramente que la experiencia incrementa el olfato, ya que te ayuda a detectar patrones, consciente o inconscientemente, señales de alarma y a ser sensible a determinadas cosas que podrían pasar desapercibidas”, añade Torras.

¿En qué episodio de su carrera ha demostrado tener una "buena nariz" para los negocios?

Helena Torras: Con las mejores participadas que tengo en mi portfolio, lo supe tras la primera reunión. El instinto ayuda especialmente a valorar las personas y a identificar los buenos equipos respecto a los que no lo son tanto.

Margarita Rivas: En muchísimas y en otras tantas me he equivocado, toda una vida dedicada a los mercados financieros y siempre tomando decisiones, te aseguro que dan para muchos éxitos y fracasos. Echando la vista atrás, quizás un momento clave en mi vida fue hace 33 años cuando pisé por primera vez el parqué de la Bolsa de Madrid y decidí que esa puerta que se abría ante mí ya nunca se volvería a cerrar. No tengo muy claro si fue intuición, destino o inconsciencia, pero te puede asegurar que el camino ha valido la pena.

Francisca Serrano: Soy muy buena en bolsa detectando compañías con pequeña capitalización que se van a revalorizar. Es el caso de NIO, que ha subido 60% y en la que me monté en el carro cuando era solo un proyecto recién llegado a bolsa. El sector inmobiliario se me da bien. Sé comprar barato. El trading, pero eso es otro tema. Requeriría un artículo completo.