12 consejos para ahorrar en la factura de la luz antes de que pongas la calefacción

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Según estimaciones de la OCU, en invierno el gasto de la calefacción supone el 46% de la factura energética.
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Por suerte hay algunas cosas que puedes hacer para reducirla, incluso antes de encender la calefacción.
Apenas hemos terminado de apagar los ventiladores y el aire acondicionado, y ya toca encender la calefacción. Es un gasto elevado que puede suponer un trastorno importante en nuestra economía. Menos mal que podemos aprovechar algunos trucos y consejos para ahorrar en la factura del gas, incluso antes de encender la calefacción.
El consumo de la calefacción no depende solo del frío que haga, sino también de lo fría que esté la casa, que es diferente. Y aquí podemos hacer mucho. Primero, para que no entre el frío en el interior de la vivienda, y segundo, para no dejar escapar el calor.
Con los trucos y consejos que vamos a mostrar puedes ahorrar un 20 un 30% en calefacción sin demasiado esfuerzo y, lo que es más importante, sin pasar frío. Que al final es de lo que se trata.
Aunque en algunos casos tendrás que hacer una pequeña inversión, en otros se trata simplemente de cambiar los hábitos, o tomar una serie de precauciones muy sencillas de llevar a cabo.
Sigue leyendo para echar un vistazo a todos ellos.
El bono de la calefacción. ¿Puedes solicitarlo?
Desde el pasado 1 de enero, las personas con rentas bajas y otros condicionantes que vamos a explicar pueden solicitar el bono social térmico. Este bono de calefacción cubre parte de los gastos del gas, hasta un máximo de 130 euros mensuales. Una ayuda muy importante para las personas que apenas llegan a fin de mes.
El bono social térmico está asociado al bono social eléctrico. De hecho si tienes el segundo obtienes automáticamente el primero, y no se pueden pedir por separado.
Por tanto, debes pedir el bono social de electricidad, y automáticamente te darán el térmico, que cubre la calefacción. Para que te lo concedan, debes cumplir las siguientes condiciones:
- Tener una potencia contratada de luz igual o inferior a 10 kW.
- Consumidor vulnerable. Los ingresos máximos permitidos para recibir el bono son de 11.279 euros al año. Si hay un menor en el hogar, suben a 15.039 euros. Si hay dos menores, puedes ganar un máximo de 18.798 euros. Puede llegar a tres veces el IPREM cuando algún miembro de la unidad familiar tenga una discapacidad reconocida igual o superior al 33%, sea víctima del terrorismo o de violencia de género, acredite una dependencia de grado II o III, o el hogar se encuentre integrado por un único progenitor y, como mínimo, un menor. También para familias numerosas o cuando todos sean jubilados que reciban el importe mínimo vigente en cada momento para cada tipo de pensión o, de percibir otros ingresos, que la cuantía agregada anual no supere los 500 euros. La rebaja es del 25% en esta categoría.
- Consumidor vulnerable severo. De las cifras mencionadas en el punto anterior, no puedes superar el 50%. También entran las familias numerosas que no reúnan al año más de 15.039 euros o 7.519 euros si son jubilados o tienen una incapacidad permanente. El descuento alcanza el 40% si encajas en esos parámetros.
- Consumidor vulnerable en riesgo de exclusión social. A este grupo pueden acceder las personas cuyo gasto eléctrico esté siendo sufragado, al menos en un 50%, por los servicios sociales que corresponda en cada perfil. En ningún supuesto se les puede cortar el suministro.
Si cumples estos requisitos te conviene solicitar el bono eléctrico, porque te ahorras mucho dinero en luz y calefacción.
Pásate a una caldera de condensación
¿Vas a cambiar la caldera de gas? Quizá te interese dar el salto a una caldera de condensación.
Una caldera de condensación es una caldera de gas que aprovecha el calor generado al enfriar el vapor de agua contenido en los humos de la combustión, antes de que estos se vayan por la chimenea. En las calderas tradicionales estos humos se van directamente por la chimenea sin aprovechar su poder calorífico.
Este calor recuperado se utiliza para precalentar el agua que retorna más fría del circuito de calefacción y se termina de calentar el quemador de la caldera, necesitando así menos cantidad de gas.
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Las calderas de condensación pueden aprovechar la instalación de una caldera estándar, pero tienen la ventaja de que ahorran un 30% de gas y emiten un 26% menos de humos contaminantes. Eso sí son un poco más caras pero a largo plazo lo recuperas y, también importante, contaminas menos.