La desaparición del diésel ¿se acelera?

Noelia López,
Coche en la gasolinera
El diésel tiene los días contados sí, pero ¿cuántos son esos días?

¿Tiene el diésel los días contados? ¿Está cerca el momento en que desterremos para siempre el gasóleo como combustible de nuestros coches? ¿Es la desaparición del diésel una amenaza real o exagerada?

No podemos dar una respuesta contundente a estas preguntas, pero tras analizar lo que está sucediendo en el mercado, lo que reflejan las ventas y lo que dicen los fabricantes sí podemos decir que el fin del diésel está cada vez más cerca, pero quizá no tanto como nos quieren hacer creer.

  • Los conductores siguen teniendo el corazón dividido entre ambos carburantes y si bien la brecha entre gasolina y gasóleo es cada vez menor, la aceptación de las energías de movilidad alternativas no es tal como para adelantar su desaparición. 
  • Los fabricantes, amedrentados por las cada vez más exigentes medidas anticontaminación, se van posicionando en contra de los motores de combustión.
  • Las autoridades, tanto a nivel europeo como nacional y, sobre todo, local, han puesto al diésel en el foco de sus protocolos anticontaminación

Vayamos por partes...

2017, el año que terminó el reinado del diésel

En 2017 se matricularon un total de 1.234.931 turismos. Si los agrupamos por tipo de combustible, los datos facilitados por Anfac señalan que el 46,6% de los coches vendidos entre enero y diciembre eran gasolina, mientras que el 48,3% eran diésel (el 5,1% restante se reparte entre híbridos y eléctricos).

Sí que es verdad que las ventas de coches movidos por gasóleo ha ido disminuyendo mes a mes, pero no tanto en favor de los gasolina, sino de los coches eléctricos y los híbridos.

Empezó el año con una diferencia de 10 puntos porcentuales a favor del gasóleo, la brecha se fue haciendo más pequeña los siguientes meses hasta acusar un repunte en agosto y septiembre; pero en el trimestre final del año, las ventas de diésel fueron perdiendo fuerza hasta terminar en diciembre con un 50,7% de las matriculaciones para el segmento gasolina y un 43,9% para el diésel (aquí tienes los coches más vendidos en diciembre de 2017).

Esta tabla preparada por Anfac lo deja más claro:

Carburantes en turismos

Pero, ¿qué pasa en Europa? 

Los últimos datos publicados por Acea, apuntan que en la primera mitad de 2017 ha habido un descenso en las ventas de coches movidos por diésel. El gasóleo ha pasado de ser el combustible preferido por la mitad de los europeos (en 2016 acumulaba el 55% de las ventas) a tener una cuota de mercado del 46,3%.

Como sucede en España, las ventas que pierde en diésel no van tanto para los modelos de gasolina sino que se derivan en su mayor parte a las energías alternativas un segmento que en la primera mitad del pasado año creció por encima del 51%. 

Con todo y con eso, por primera vez desde 2009, entre enero y julio de 2017, en Europa, se vendieron más coches gasolina que diésel.

Los fabricantes se posicionan: ni diésel ni gasolina

Aunque al hablar de la muerte del diésel todavía se piensa automáticamente en Volkswagen, no hay que echar todas las culpas al Dieselgate de lo que está pasando en la industria automovilística.

El escándalo del fraude de las emisiones cometido por el grupo alemán no hizo sino dar voz a un problema por todos conocido: que los coches ensucian más de lo que dicen por la misma razón por las que consumen más de lo que anuncian: las pruebas que se realizan para medir consumo y emisiones no son reales.

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Fue entonces, cuando el problema se convirtió en un secreto a voces cuando empezaron a llegar las sanciones y las restricciones, entre ellas, el cambio al nuevo protocolo de emisiones WLTP.

Volkswagen aceptó su culpa, asumió las consecuencias y, sin hacer mucho ruido, empezó una cruzada por liderar el segmento eléctrico. 

Mientras, otros fabricantes han abogado abiertamente por ir dejando poco a poco los motores de combustión y centrar sus esfuerzos en energías alternativas (las que bonifican los nuevos planes gubernamentales de ayudas a la compra como el extinto Plan Movalt). Van tres ejemplos:

  • Toyota anunció este mes, que dejará de fabricar modelos equipados únicamente con motores de combustión interna hacia 2025, para centrar toda su producción en los híbridos o exclusivamente eléctricos. “La tendencia es un mercado con menor peso de las mecánicas diésel”, ha dicho al respecto el CEO de Toyota en España, Agustín Martín. Pero no cree que este cambio no será a corto plazo; Martín calcula que “en 2018, siete de cada 10 Toyota que se matriculen en España serán híbridos”.
  • Volvo se alza como el fabricante con más prisa por acabar con el diésel: sus planes apuntan que en 2019 solo fabricará coches híbridos y eléctricos.
  • Seat. En la primera mitad de 2017, el CEO de Seat, Luca de Meo, dijo que con las nuevas medidas medioambientales aprobadas por Europa, los coches diésel iban a empezar a dejar de ser rentables. La marca no ha dado fechas concretas pero sí ha dicho que el vehículo eléctrico podría ser mayoritario en Seat a partir de 2025.

Las ciudades que no quieren diésel en sus calles

Queda un tercer e importante argumento en este debate sobre la fecha del fin del diésel: los protocolos anticontaminación de las ciudades.

A las cada vez más estrictas normas de emisiones que tienen que cumplir los fabricantes, se unen las restricciones que algunos ayuntamientos imponen a los coches más contaminantes.

  • Algunos, como el de Barcelona, recurren a la etiqueta medioambiental de la DGT para delimitar qué coches pueden y cuáles no circular por el centro en episodios de alta contaminación; otras, como Madrid, han decidido que todos los vehículos que no sean híbridos, eléctricos, de gas natural o de GLP no pueden entrar en el centro cuando el aire está muy sucio; y las hay que directamente prohíben el paso de coches diésel en su casco histórico.
  • Madrid ha anunciado que en 2025 los diésel anteriores a 2006 y los gasolina anteriores al año 2000 no podrán circular por la almendra central. Los vehículos más recientes se consideran más respetuosos con el medio ambiente, por lo que se sigue permitiendo su circulación.
  • París es mucho más ambiciosa. La capital de Francia prohibirá la circulación de los vehículos diésel en 2024, y la de los coches de gasolina en 2030. No habrá excepciones, se aplicará a todos los coches. Además, estos objetivos se colocan en línea con el objetivo nacional: prohibir ambos tipos en todo el país en 2040.
  • Aunque mucho más extremo es el enfoque de Oslo (Noruega), donde intentaron prohibir la circulación de coches en el centro de la ciudad, pero las críticas fueron tan apabullantes que han decidido no prohibir la circulación, sino el aparcamiento.

Fuera de Europa también se pone al gasóleo en el foco de la lucha contra la contaminación. Ciudad de México, por ejemplo, se une a Madrid y Barcelona en la decisión de prohibir el paso de los diésel a partir de 2025. Y en China directamente plantean prohibir la venta de coches de combustión también en 2025.

 

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