¿Por qué España crea más empleo que nunca si la economía se está enfriando?

Un marinero trabajando en un barco

En España hay más personas trabajando que antes de la pandemia y, sin embargo, el Producto Interior Bruto (PIB) no ha recuperado su nivel de 2019. Es más, todos los organismos y analistas han enfriado sus previsiones de crecimiento para la economía nacional. ¿Qué está pasando?

Los últimos datos de empleo revelan que, en noviembre, el paro cayó a mínimos no vistos desde 2008, antes de la última crisis, y la afiliación tocó un máximo histórico, con 19,7 millones de afiliados. 

Al mismo tiempo, en las últimas semanas todos los organismos, empezando por el Instituto Nacional de Estadística (INE), y pasando por el Banco de España, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y casas de análisis como Funcas, han recortado sus previsiones de crecimiento para España este año.

El país crea más empleo que nunca, pero la economía sigue 110.000 millones de euros por debajo de lo que generaba en 2019. ¿Cómo es posible que, con más personas trabajando, se produzca menos?

No es la primera vez que pasa. De hecho, mientras que España todavía no ha recuperado el empleo de 2007, los niveles de PIB de entonces ya se superaron en 2016.

Hay 2 grandes hipótesis, según los analistas consultados por Business Insider España.

1. ¿Está el INE infravalorando el PIB?

"Todas las previsiones de todos los organismos parten siempre de la misma base, de los datos que proporciona el INE de anteriores trimestres", explica Gonzalo Bernardos, profesor de Economía de la Universidad de Barcelona. 

En verano, el INE pronosticó un crecimiento del PIB del 2,8% para el segundo trimestre. Meses después sorprendió con una corrección, rebajándolo nada menos que al 1,1%. Esta corrección y el avance del tercer trimestre, peor de lo esperado, han arrastrado las previsiones del resto de organismos.

Visto lo visto, ahora "el INE ha podido curarse en salud para que no pase lo mismo y evitar grandes correcciones", coincide Francisco Vidal, economista jefe de Intermoney. El INE ya avanzó que los pronósticos para el tercer trimestre se hicieron con menos información preliminar, por lo que los datos de PIB podrían ser mejores. 

En efecto, el tercer trimestre pudo no ser tan malo como se pinta. "Creo que se ha infravalorado el consumo en primera estimación del tercer trimestre", añade Vidal.

En plena temporada alta (julio, agosto y septiembre), el gasto con tarjeta de los turistas nacionales alcanzó máximos nunca vistos y el de los extranjeros empezó a recuperar niveles preCOVID a finales de verano, según datos de BBVA Research.

"¿Cómo puede ser que la tasa de ahorro de los españoles esté en máximos históricos y que, cuando se levanten las restricciones, el INE pronostique que las familias gastan un 0,5% menos?", se pregunta Bernardos.

Otra razón tiene que ver con la contabilización de la actividad del sector construcción. "Hay un desfase entre el empleo registrado en construcción y el PIB estimado en el sector", explica Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas.

Mientras que el empleo en construcción se registra sin decalajes, por normativa estadística el INE contabiliza la inversión y actividad en construcción con retraso. Esto explicaría que la actividad constructora haya seguido cayendo este año mientras que la afiliación en construcción se encuentra ya en niveles precrisis. Y no es un sector baladí: su peso en la economía alcanza el 10,6% del PIB.

Por último, Bernardos apunta a una ley puramente física: "Si tú tiras con fuerza una pelota al suelo, rebota más que si la tiras débilmente. La economía española ha caído más que todas las más desarrolladas, ¿cómo puede ser que rebote tan poco?".

2. Hay más gente trabajando, pero trabaja menos horas

La segunda hipótesis tiene que ver con las horas trabajadas. En el tercer trimestre creció el empleo, pero las horas trabajadas estaban un 2,5% por debajo del mismo periodo antes de la crisis.

"Es complicado que, con un PIB por debajo de 2019, tengamos el mismo número de horas trabajadas. Significaría que la productividad se ha hundido. Hay más empleados, pero en conjunto se trabaja menos porque la economía está en fase de recuperación ", apunta Vidal.

Pero, ¿por qué se trabajan menos horas que antes? Los expertos explican que las empresas van recuperando trabajadores según aumenta la demanda. 

Por ejemplo, un hotel que abre tras la pandemia, aunque sólo tenga la mitad de las habitaciones ocupadas, necesitará tener un mínimo de plantilla trabajando. Pero puede ser que buena parte de los trabajadores no lo hagan a jornada completa y sí a tiempo parcial, es decir, menos horas trabajadas.

Esta particularidad le sucede sobre todo al turismo y a la hostelería, los sectores que más se recuperan, pero que son menos productivos, lo que hace que el empleo pueda crecer mucho, mientras que la producción no aumenta tanto.

También ocurre en el sector del automóvil, debido a la crisis de los microchips. "Tienes la cartera de pedidos en niveles récord, por lo que las empresas contratan, pero no pueden responder a la demanda porque no llegan microchips por la crisis de suministro", explica Torres. Esto hace que crezca la contratación, pero la producción va con retraso.

Esto es una novedad introducida por la flexibilidad de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). A diferencia de crisis anteriores, en esta ocasión el ajuste del empleo se ha hecho con menos horas trabajadas y no con despidos. Esto puede hacer que personas que estuvieran con el 100% de reducción de jornada se hayan ido incorporando poco a poco al mercado laboral, aunque con jornadas reducidas.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.